
No es regla que un buen lector sea un buen escritor. Es difícil además de tener una buena redacción y exposición de las ideas crear con un estilo propio. Marguerite Yourcenar en la novela histórica Memorias de Adriano logra con maestría generar una acertada mirada sobre el mundo antiguo y, en particular, sobre un ser humano al final de sus días.
por @MLauParedes
Tengo que aclarar desde un principio que si bien todo comentario es subjetivo, este lo es en mayor medida. Es, junto con La muerte de Iván Ilich de León Tolstoi, mi texto literario favorito. Ambas recorren los últimos momentos de vida de una persona y permiten comprender esa manera de enfrentarse a la muerte aceptando o no su pasado.
En Memorias de Adriano, el emperador romano recuerda en una carta extensa enviada a su sucesor Marco Aurelio las peripecias que deben enfrentarse en el poder y como distribuyó su tiempo entre su familia, sus pasiones y su desempeño como líder de un imperio. Los datos históricos fueron estudiados por Yourcenar con detalle y fueron enlazados con la construcción de la mirada personal del personaje representado. Dice al comienzo de la novela: “Es difícil seguir siendo emperador ante un médico, y también es difícil guardar la calidad de hombre. (…) Perdono a este buen servidor su esfuerzo por disimularme la muerte.”
La autora crea una personalidad que se observa a sí mismo y que analiza sus aciertos y desaciertos tanto en la esfera pública como en la esfera privada. Por un lado, entonces, recrea los hechos históricos y, por otro, crea todo un mundo a su alrededor. Le confiesa a Marco Aurelio en este sentido: “Comenzada para informarte de los progresos de mi mal, esta carta se ha convertido poco a poco en el esparcimiento de un hombre que ya no tiene la energía necesaria para ocuparse en detalle de los negocios del estado, meditación escrita de un enfermo que da audiencia a sus recuerdos. Ahora me propongo más: tengo intención de contarte mi vida.”
El lector encontrará una gran profundidad en sus pensamientos y se verá motivado a mirar también hacia su interior. La novela no es para consumirla de forma ligera, es para acompañar a Adriano en cada reflexión filosófica, política y personal. También, es una buena oportunidad para conocer parte de la cultura grecolatina: sus saberes y costumbres cotidianas.
Marguerite Yourcenar nació en Bélgica en 1903 y murió en Estados Unidos en 1987. Fue escritora y traductora. Gracias a su padre y a su interés personal fue una gran lectora. Entre sus obras, se encuentran: El jardín de las quimeras, Los dioses han muerto, Alexis o el tratado del inútil combate.
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