
Un viernes a la noche, uno se sale de las luces y el trajín de los teatros de Corrientes y advierte esas salas que llaman off pero que tienen en sus tablas propuestas para una cita diferente.
Por @mauvais1
La obra es de Leonel Giacometto y Nico Cota, basada en idea de Ricky Pashkus y se presenta en el Cultural San Martín, un endiablado laberinto de cristal y cemento con una preciosa sala que en la negrura parece infinita, como la pantalla iluminada con el logo de la puesta. Ya en el ingreso se descubre a un actor sentado, enumerando una fútil lista de información que contextualiza a los espectadores sobre lo que están a punto de ver… Habla sobre un morbo del director, sobre la idea de un teatro in y otro off y de un bailarín, que pronto se presenta, que tiene dos novias. Allí quieto y entre dramáticos silencios hace del sencillo ingreso una performance.
En el amplio escenario, con actores y bailarines rondando, vemos una calle, un cruce, una senda peatonal que conduce desde un taxi a un bar o viceversa, quizás de acuerdo al gusto del invitado al presenciar una puesta que juega entre el dialogo costumbrista, la danza y la música. Hombre viajando en taxi se solaza con la idea del doppelgänger en sus personajes. Desdoblados ellos, taxista y pasajero se prestan a una historia infinita como laberinto borgeano. Obrar es la definitiva concepción de esta puesta, la construcción constante de una acción que provoque esa reacción a veces temida y por lo tanto ansiada. Él, el pasajero, ronda y seduce, busca en sus devaneos el placer de lo imposible, acecha y no ataca; es un adicto al control, un desinhibido seductor que toma sin pestañear su conquista. El otro, tachero con facha, juega a representar la victima de un imprudente coqueteo, siendo a su vez el vendedor de fantasías, uno que abraza el juego sin titubear cuando la ganancia es, aunque sea al principio, deliciosamente económica. Son cuatro, dos y dos, que son uno y uno. Taxista, pasajero y ella, la representación femenina que ronda nuestro mundo como una especie de alivio humano. Ante tanto macho ella es la responsable de ser la Eva de un mundo nocturno y gay. Los diálogos están alternados con cuadros de música y danza, un coro de viejo drama griego de boxer elastizado y mucho bulto, que hará lo que los personajes no se atreven, ir al punto.
Con una puesta ágil somos testigos de la seducción, del maldecido morbo que tanto nos alimenta y de una danza donde el placer se mezcla con la brutalidad. Excéntrica en su imaginería para contarnos cómo en definitiva somos los propios autores de las fantasías que la mayor parte del tiempo anhelamos.
Elenco: Christian Sancho, Elias Viñoles, Nahuel Mutti, Martin Urbaneja
Libro y Letras: Leonel Giacometto
Música Original: Nico Cota
Coreografía: Facundo Mazzei
Dirección General: Ricky Pashkus
Funciones y horarios: Jueves 21 h, viernes 22 h, sábado 22h, domingo 21h
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