
Con tanto bullicio que ha generado la nueva apuesta televisiva de HBO, creemos que es importante revisitar el material original.
Por @diegui83
En 1973 el escritor Michael Crichton llevó al cine y dirigió por primera vez la historia sobre un parque de diversiones futurista donde los huéspedes podía dejarse llevar por sus instintos más bajos en tres posibles realidades históricas: el Mundo Romano, Mundo Medieval y Mundo del Oeste. Estas “atracciones” para adultos con mucho dinero (1.000 dólares al día, en la década del 70 era mucho dinero) eran el resultado de un trabajo arduo de científicos que no solo recrearon los paisajes con total exactitud, sino que también la población de robots que la componían para satisfacer los placeres de los clientes. Salvo una pequeña falla en sus manos, a estos cyborgs no se los podría distinguir de otro ser humano, excepto que estaban allí para el “consumo” de los que pudiesen pagar una estadía en DELOS y sus exclusivas atracciones.
Pero algo inexplicable, algo que nadie supo ni previó comenzó a expandirse como un virus: fueron pocas las señales, una víbora sintética que muerde un cliente, una doncella que rechaza la seducción de un cliente (siendo que está programada para sucumbir a ella), y poco a poco la rebelión de las máquinas se hizo presente.
En este contexto, Peter (Richard Benjamin) junto a su amigo John (James Brolin) se ven amenazados en Westworld por un pistolero (Yul Brynner) que servía como atracción, retando a duelo a los clientes y siempre dejándose matar. Esta vez él decidió que ya no más.
Si bien el argumento parece simple y hasta trillado, es la base de lo que hoy HBO transformó en serie semanal gracias a los libros de Jonathan Nolan, su esposa Lisa Joy y J. J. Abrams. Si bien la historia es la misma, la serie difiere en el material original por su profundidad y, claro está, lo ilimitado de sus minutos en pantalla.
Con sus 88 minutos de metraje, el Westworld de Crichton fue una pieza fundamental de la ciencia ficción que perdura por su atemporalidad y porque también fue influyente en obras posteriores de similar trama: el Pistolero interpretado por Yul Brynner (con exactamente el mismo atuendo que su personaje en Los Siete Magníficos) podría llegar a ser un antepasado no muy lejano del T-800 ideado por James Cameron; una inteligencia artificial implacable, casi imposible de matar e impasible y de mirada y expresiones frías. No se puede negar la influencia que tuvo este film en el mundo que creó Cameron en la saga Terminator, como tampoco en el mismo Crichton, autorreferenciándose en lo que a parques temáticos se componen con su también famosísima obra Jurassic Park.
Otra de las genialidades de esta cinta es mostrar el punto de vista del cyborg asesino con un procesador digital de imágenes, tan novedoso como paradigmático para las futuras producciones de este género.
En conclusión, es imprescindible revisitar esta obra fundacional de la ciencia ficción si se quiere entender de donde viene la nueva serie del momento, pero más que nada, para entender que ya todo está inventado y que lo clásico siempre nos depara alguna que otra sorpresa más que agradable.
- TÍTULO: Westworld (1973)
- DIRECCIÓN: Michael Crichton
- GUIÓN: Michael Crichton
- MÚSICA: Fred Karlin
- PROTAGONISTAS: James Brolin, Richard Benjamin, Yul Brynner.
- DURACIÓN: 88 minutos
- DISTRIBUIDORA: MGM
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