Presencia Siniestra: Mamma mía…aquí vamos de nuevo

5 de diciembre de 2016 Diego Alvarez Sin categoría 0

Como si de la canción del famoso cuarteto se tratara, este filme que supone ser un thriller abunda en situaciones sin sentido, una y otra vez. Aunque prometía, y mucho.

Por @diegui83

Al salir de ver Presencia Siniestra (Shut In, 2016) me quedó un sabor amargo en la boca. Pocas veces me ha pasado esa sensación de haber visto algo y pensar que lo que vi en pantalla fue una muy buena idea ejecutada muy mal. Y no solo eso, sino que un filme que supones ser un thriller, abunde en clichés y situaciones de manual y estúpidas para sostener un plot twist que, lamentablemente, también llega tarde y a destiempo.

Mary Portman (Naomi Watts, bellísima como siempre) es una psicóloga infantil que pierde a su marido y su hijastro Stephen (Charlie Heaton de Stranger Things) queda en estado vegetativo tras un accidente automovilístico. Tiempo después de ese fatídico hecho, su vida sigue al cuidado de Stephen y los sentimientos encontrados que esto le provoca, mientras que cae a su cuidado Tom (Jacob Tremblay) un niño hipoacúsico que en una noche aparece en su casa, pero que misteriosamente desaparece luego de que ella quiera albergarlo en su residencia. Una tormenta de nieve y ruidos extraños harán que Mary se comience a preguntar si está alucinando o hay algo más en los oscuros y recónditos pasillos de su cabaña en el medio del bosque.

La trama de por sí es muy interesante, con un guión que estuvo cajoneado en la famosa Black List del 2012, pero que sin embargo el ignoto director Farren Blackburn (que tiene otros dos filmes aún mas desconocidos) ejecuta de una manera cansina, somnolienta; como si quisiera tratar de estúpido al espectador y dormirlo al mismo tiempo. Siento que tomó de base los thrillers asiáticos, queriendo crear una atmósfera de encierro con dramas familiares incluídos, pero termina aburriendo. Una mala copia del cine coreano que tanto admiro.

Naomi Watts hace lo que puede, tanto como Heaton que luego de Stranger Things quizás lo veamos mucho más, y que sin lugar a dudas el papel que le otorgan lo cumple a la perfección. Otra cosa que me deja muy mal sabor de boca es haber relegado a Jacob Tremblay a un papel de niño casi idiota y sin diálogo. Una verdadera lástima y, también, una total falta de respeto que lo deja con muy pocos minutos de cinta.

Como siempre afirmo, la última palabra la tiene el espectador y esto es solamente una apreciación. Vayan al cine, quizás los atrape más que a este servidor. Eso sí, no esperen una obra maestra del Séptimo Arte.