Con el reinicio/regreso de Star Wars a la gran pantalla nos hacemos esta pregunta un poco simplista pero con diferentes respuestas posibles.
Por @martog23
“¿Tanto fanatísmo por esa película?”, muchas veces hemos escuchado esta interpelación a lo largo del tiempo sobre Star Wars. Para comenzar, podemos decir que no nos encontramos ante una simple película como muchas personas pueden creer. Star Wars prácticamente desde su estreno en 1977 dejó de ser una película para convertirse en un fenómeno de la cultura popular y objeto de culto por muchos fans.
Si bien nos encontramos ante una obra de ficción como tantas otras que abundan en el séptimo arte, la saga concebida por George Lucas se hizo un lugar en el corazón de mucha gente y terminó siendo un sentimiento. Al igual que como pasa con el deporte y otras áreas importantes de la cultura, Star Wars pasó a ser motivo de fanatismo y adoración. Lo cierto es que no hay grises cuando se trata de tomar una postura, o la odias o la amas. Como bien se puede advertir al realizar esta pequeña nota, este humilde servidor pertenece al grupo de los segundos.
Star Wars es pasado, presente y futuro. No solo es un clásico de la cinematografía mundial que llegaron a disfrutar aquellas generaciones que hoy rondan los cuarenta, cincuenta años sino que también supieron divertir a los hijos de dichas personas que crecieron, desafortunadamente, con los episodios I a III y revisitando las verdaderas joyas originales. Hoy casi 40 años después, nuevas generaciones están creciendo con las series animadas y los nuevos films del universo SW por lo que también se puede advertir que se están formando nuevos fanáticos que se encuentran con esta tremenda ópera espacial.
En lo personal, Star Wars representa un vínculo con mi viejo. Yo crecí en los años ’90 y mi padre me hizo ver la primera trilogía los sábados por la tarde o los domingos cuando no había que ir a la escuela. Al principio accedí a dichos films doblados al castellano en las distintas repeticiones que se daban en los canales de aire o cable. Mi papá me había enseñado a usar la videograbadora y de alguna manera intenté preservarlas realizando copias en VHS. “¿Sabes que en realidad Lucas empezó la historia al revés y están desarrollando tres películas más?” me decía mi viejo. Yo me emocionaba ante la posibilidad de poder disfrutar nuevas historias, esta vez en el cine. Y así fue como comenzó a convertirse en costumbre ir a ver Star Wars con mi papá, al principio con episodio I y II como una necesidad ya que era un niño y no podía ir al cine solo pero luego como una linda tradición. Por eso siempre es una alegría enterarse que hay más historias por ser contadas en esa galaxia muy muy lejana.
Volviendo a la pregunta inicial, y dejando el lado afectivo/personal de lado, Star Wars puede ser catalogada como una gran obra de ciencia ficción. Creo que ningún film posee una mitología tan rica como éste. La narración es compleja y el montaje es prácticamente perfecto. Y si nos toca hablar de la banda sonora, ninguna película logra transmitir a través de la música un sentimiento tan profundo como el que produce John Williams con este film. Cuando escucho los primeros acordes del “Theme” siempre se me pone la piel de gallina y me emociono como la primera vez que escuché ese tema.
Por otro lado, Star Wars significa un legado en lo que respecta a los relatos de ciencia ficción y aventuras. Ya sea por la estructura narrativa, por las estrategias de marketing o por cualquier otra cosa, es inevitable una comparación obligada con la obra de Lucas cuando vemos películas que transcurren en otras galaxias con seres de otros mundos.
Cabe destacar que también está la cuestión comercial del asunto. Star Wars resulta ser un producto muy redituable para los estudios. Es por eso que siempre está el temor a que se termine arruinando la saga solo por el hecho de que pueden anteponerse los fines de lucro a los fines artísticos o narrativos de la cuestión. Cuando hace unos años Disney compró Lucasfilm hubo cierto terror generalizado por parte de los fans acerca del futuro de la saga. Dichos miedos se fueron descartando al ver que Episodio VII fue un relato a la altura de las circunstancias, brindando fanservice, nostalgia y personajes nuevos tan frescos y maravillosos como los viejos. Con Rogue One, se probó también que hay vida fuera de la saga y que los spin-offs pueden llegar a funcionar si se toma el tiempo necesario para desarrollarlos, si se buscan artistas interesantes y si se antepone el hecho narrativo y fílmico al comercial.
Como bien pudimos ver, Star Wars es muchas cosas: es todo para algunos y nada para otros, es un sentimiento, es un ritual o tradición, es una obra significativa, rédito económico, una gran proeza audiovisual, etc. Solo podemos determinar que no es una simple película, sino un fenómeno colosal sin precedentes. Lo único que pedimos los fanáticos es que Disney respete el material con el que trabaja porque está tratando con los sentimientos y las ilusiones de mucha gente.
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