Llega con retraso a los cines argentinos este film de suspenso español que, para nosotros, representa bastante más de lo que se ve a simple vista.

Por @diegui83

Pau es un pibe que trabaja en una morgue. Como todo joven le gusta salir de joda con sus amigos, pero esta noche tendrá que quedarse, ya que es un celador y justamente esta noche ha fallecido la famosa y bella actriz Anna Fritz. El cuerpo inerte de la chica, aún en ese estado, sube la líbido del muchacho que saca una foto del cadáver desnudo para mandársela a sus amigos. Por pura joda. Los loquitos de sus amigos deciden visitar el lugar de trabajo de Pau para hacerse de una vista más en directo de la bella fenecida. Pero claro, los jóvenes y sus hormonas (más algún saque de cocaína) los impulsarán a cometer uno de los actos más viles que un ser humano puede realizar: necrofilia.

El cadáver de Anna Fritz, cinta de Hèctor Hernández Vicens, juega con el suspenso en sus escuetos y correctos 76 minutos de duración. Por momentos se vuelve predecible y lenta, llegando a parecer que su duración es mucho mayor, y hasta los protagonistas cometen acciones sumamente estúpidas, dejando entrever que se tuvo algún problema de tiempos de filmación o edición.

Pero, bajo todo este entramado por momentos confuso, la sub-trama del film es muy profunda, algo que tenemos en carne viva y que por estos días subyace nuestro día a día: la mujer como objeto de deseo. O como objeto lisa y llanamente: los protagonistas no dudan un instante en violar uno por uno el cadáver, haciéndonos saber que para el hombre, la mujer solo es un receptáculo de semen. Y (SPOILER) al darse cuenta que Anna Fritz no esta muerta, deciden que deben asesinarla, porque claro, quedará manchada su reputación de «chicos bien». Todo este tópico nos toca de frente en esta época de «Ni Una Menos», donde las mujeres sufren repetidas vejaciones por parte de enfermos que creen que el género femenino sirve solamente para sus antojos y sus más bajos instintos.

El cadáver de Anna Fritz puede no ser una buena película, pero sí que nos invita a reflexionar sobre el rol que la mujer cumple para ciertos grupos (psicópatas) del género masculino.