
Tuvimos la oportunidad de conversar con el director y el protagonista de “Los Últimos”, el film que conjuga una realidad dolorosa con la especulación de un futuro donde solo la esperanza de unos y la redención de otros podrán salvarnos.
Fue en el hotel Dazzler San Martín donde se llevó a cabo el press junket de la ópera prima de Nicolás Puenzo, parte de una destacada familia de cineastas argentinos, y varios de los actores que protagonizan este film, que lejos de catalogarlo en un género se nos presenta, en palabras del director, como de “un realismo futurista” donde se cruzan muchas de las temáticas actuales como la ecología, la futura y presagiada guerra del agua y la sobrevivencia de los que quedaron atrás.
“Los últimos”; transcurre en una época post apocalíptica, en algún lugar del desierto del altiplano una joven pareja interpretada por Peter Lanzani y Juana Burga, viven en un campo de refugiados durante la Guerra del Agua. Al enterarse del embarazo de la joven, deciden escapar al mar en busca de un mejor futuro para su hijo.
– ¿Cómo surge la idea de esta historia, con tantas temáticas cruzadas?
Nicolás Puenzo – La idea de base era la admiración de la potencia de lo humano en la búsqueda de que la vida fluya. Planteada alrededor del mito de Sísifo (conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiendo una y otra vez el frustrante proceso) la construcción de la voluntad de vida, como lo humano más espectacular y a partir de ahí apareció la idea de darle a eso un contexto tremendamente hostil para que se manifieste más marcadamente la voluntad de vida y la película originalmente nació como un film post apocalíptico.
– ¿Ciencia ficción, cuál sería el género, como tuvo que ver esto en la creación de la historia?
Nicolás Puenzo – Ciencia ficción es raro. Porque el pensamiento científicos positivista y sin embargo la ciencia ficción es la fantasía, es como que en la realidad se habla de películas que tienen que ver con la fantasía, con lo cual esto sería ciencia ficción si esta fuera realista. Podríamos llamarlo realismo futurista. A la luz de las imágenes de la zona de conflicto y darte cuenta que hay un hombre o una mujer que es un refugiado ambiental, que ya está fuera del sistema, pero vos querés hacer una película para contar sobre gente que va a estar fuera del sistema cuando caigan bombas atómicas dentro de veinte años, ahí entré en conflicto con la historia al darme cuenta de que es actual. Porqué voy a hablar de qué nos pasaría en veinte años si hay alguien que lo vivió ayer. Y de ese conflicto salió la necesidad de hacer este film. De hablar de algo que está pasando y se fue configurando la idea. Fue hablemos de lo que podría ser una explotación militar y bestial de los recursos naturales de américa. Un contexto realista que naturalmente está sucediendo.
La película transita algunos géneros, el western, el bélico, road movie, pero no los ocupa plenamente. Sempre me pareció raro que el género requiera que vos seas fiel a él y yo no quiero serlo a eso, sino que a lo humano. Hay cosas que son interesantes como el western, el territorio salvaje y sucede en el clásico americano avanzó sobre la frontera hacia el oeste y los tipos como Ruiz (Germán Palacios) que estaban en el límite, como seres salvajes que pueden ser sheriff o ladrones de un día para el otro. En algún momento se quedan afuera de la posibilidad de existir y cabalgan hacia el horizonte. A partir de que la civilización avanzó sobre todo el territorio optó por destruirlo y retroceder la frontera. Como un “anti-western” que deja gente olvidada y sobre gente habla la película. La frontera retrocede y ellos van en pos de ella.
– ¿Cómo llegó Peter Lanzani al proyecto? ¿Por qué él, un chico caucásico en un conflicto del norte, en el altiplano?
Nicolás Puenzo – El padre de Pedro (Peter Lanzani) es un operario golondrina que llevan a manejar esas máquinas de minería…
– Es como la mirada extraña del sitio en el que sucede la historia…?
Peter Lanzani – Es una mezcla – comienza explicando – en realidad de gente de todo el mundo también. La idea en principio era universalizar un poco todo…
Nicolás Puenzo – Eso es lo que tienen una zona en conflicto, la guerra se transforma en una gran Babel. La guerra lo que hace es amontonar a los que son los últimos, Y eso es un poco la película; los que quedaron del lado de allá. Amontonados en ese campo de refugiados para que aguanten hasta morir, son los últimos. Dentro de ese grupo hay algunos que particularmente ostentan una potencia de vida especial y van en busca de la vida. Y me pareció que la posibilidad de que sea como cuestión multiétnica enriqueció el film. La gran dificultad era lograr que Peter se amalgame con el entorno y que el espectador crea que pertenece al lugar, como lo hizo Juana Burga y fue un gran laburo de ambos.
– Háblanos de tu personaje de Pedro, cómo llegás a él.
Peter Lanzani – Está buenísimo, me gusta que sea lo más diferente posible, de eso se trata. Somos actores y no dejamos de ser intérpretes, tenemos que poder hacer lo que querramos. No equivale que siempre lo podamos hacer. Pero bueno cuando Nicolás me ofreció esta película y me pareció interesante, ya de por sí la atmósfera en la que está envuelto el personaje iba a ser muy difícil de meterme, además de que lo que cuenta el film. Y ami cuando es diferente de lo que vengo haciendo está buenisimo. Porque no deja de ser una búsqueda completamente diferente para tratar de encontrar este personaje que fue que hicimos. Respondimos preguntas que quizás no tenían nada que ver con lo que contaba el film, pero nos ayudaba a comprender el rol y saber descubrir quien es y a dónde quería ir, de donde sería, cuáles eran sus objetivos y ahí cuando lo teníamos bien afianzado nos vamos a rodar qué fue lo que hicimos y seguir buscandolo.
Nicolás Puenzo – Fue la relación de los cuerpos con ellos, porque la pareja en este contexto es una, pero en alma son otros. Cómo lograr una historia romántica sin que haya franeleo. Quisimos hacerlo amalgamando con el territorio, con el contexto.
– ¿Quisiste una historia que hablara de la esperanza que puede haber después de todo ese caos?
Nicolás Puenzo – Es esperanzador cuando vos ves que un tipo sirio con su mujer y sus hijos se caminan todo, la esperanza viene de la gente, porque la gente hace cosas realmente increíbles. Así como hay elementos en el mundo como para hacerse pesimista, también es lo contrario. Yo quiero pensar que la película es optimista, que plantea un elemento sombrío, pero saber que quieren vivir el uno con el otro y contra los drones, la sangre, las bombas…
Peter Lanzani – Tienen un instinto de supervivencia y de esperanza. Me parece que ellos son la esperanza. Eso es lo que el personaje de Ruiz (Germán Palacios) ve. Y eso es lo que logra su transición. Ella lleva la esperanza, por donde lo mires, se nota el poder y el lugar que ocupa esta pareja dentro de la película. De cómo vivir en un mundo, en el campo de refugiados, completamente olvidados y si siguen quedándose ahí van a morir. Es encontrar estos dos personajes que terminan siendo hasta animales con ese instinto de supervivencia, ya no no hablan, se gruñen. Parecen dos perros callejeros en el medio del desierto buscando una nadita para comer. Para comprender, llegando a la civilización, que hay otra vida y se empiezan a volver un poco más humanos y comienza de a poco el reencuentro.
– ¿Hay una búsqueda denunciar con el film lo que está sucediendo con la explotación ambiental, era parte de la idea original?
Nicolás puenzo – La película nos fue pasando por arriba, en cuanto la realidad de elementos que nosotros proyectamos para más adelante. Porque cuando uno empieza a investigar en un área va viendo datos y vas recibiendo la información te cuestionas ¿Cuando va a suceder? Y la realidad se precipitó y el futuro llegó hace rato.
Peter Lanzani – Fuimos creyendo que íbamos a hacer una pelicula post apocaliptica y nos encontramos un presente que sucede.
Nicolás Puenzo – Inquietante. Yo me crié cineasta, mi familia hace cine y te puede dar cierta culpa decir che, aprendiste porque te enseño tu viejo (Luis Puenzo) a usar una cámara, tan simple como eso. Y yo sentía el peso de la exigencia de – bueno que voy a hacer, que hago con esto. Me generó como una exigencia hace algo que sirva para algo. Te prepararon como cineasta toda tu vida, eso fue lo que me marcó mucho, entonces trate de hacer algo que genere ruido. Como tampoco es mi estilo, ni mi gusto el cine de las palabras. En donde todo viene explicado en la palabras. Sino más bien un cine sensorial que pueda impactar y también creo que como cineasta nos pasa una cosa distinta que antes, por ejemplo cuando mi viejo hizo La Historia Oficial, lo que te dice en el film es lo que vos recibiste y punto, después para tener más info tenés que buscar los libros es más complejo. Ahora el cineasta cambió el partido porque el espectador va su casa y googlea y entonces yo no necesito cocinarte la información tanto. Porque en definitiva la info más fuerte la hallará el espectador en los buscadores. Yo conciente de eso y también de que mi fuerte es la construcción sensorial, la construí para impactar y quiere que después el otro busque por su lado.
– ¿Esas son sus expectativas con el film?
Nicolás Puenzo – Hay una expectativa de supervivencia básica que es que no cierre la productora. Hay una cuestión de venta básica, una vez superado esto es que ejerza influencia, no en el sentido de convencerte con mi pensamiento, sino por el lado de – fijate que con tu montaña están haciendo algo tremendo. Si es lo que querrías que suceda. – Mi expectativa es que alguien diga “esto puede pasar”. Como autor me pareció muy interesante la posibilidad de dar una realidad que te va a impactar por lo real y modifique tu pensamiento. Quiero que la película sirva para algo.
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