
Parece hasta algo premonitorio que el episodio anterior se titulara Into the Forest I Go (T1xE09), porque el regreso de la 2° parte de la 1° temporada de esta renovación del universo Star Trek, ha sido todo un salto hacia temas largamente explorados, pero más retorcidos que nunca.
Por @mauvais1
Sean Cochran se ha cargado sobre sus espaldas un episodio que ha sido satisfactorio en más de un nivel, no solo porque ha sabido mantener el material en intrigas y personajes, también porque ha jugado una carta maestra de estas series en general y la saga en particular, nos referimos a los tan mentados viajes temporales. Esta vez, con una interesante vuelta de rosca, puesto que ha sido no en el tiempo, sino que entre universos.
La nave, luego de un salto fallido del motor de esporas que casi le cuesta la vida al teniente Stamets, aparece en un punto del espacio que le es desconocido a la tripulación del U.S.S. Discovery; mismo sitio, mismo tiempo pero con algunos intrigantes detalles. Claro, Gabriel Lorca, el capitán, pronto comprende que lo sucedido es que han cambiado de universo. Así es, un universo paralelo. A todo esto, una de las más interesantes lineas es la vivida por el jefe de seguridad Ash Tyler, que parece de a poco y de manera dolorosa ir descubriendo que es lo que la klingon L’Rell ha introducido en su cabeza, o quizás como teoriza el doctor Hugh Culber, que le han sacado… Tyler es un personaje quebrado, torturado por el desconocimiento y manipulado por una extraña criatura que no podemos terminar de sujetar como es la klingon interpretada por Mary Chieffo.
El universo paralelo que visitan es a todas luces un sitio contrario a lo conocido por ellos, algo que a la audiencia suele gustarle mucho, porque contrapone los ideales perseguidos, con tanto ahincó, por la linea de la saga. Es decir, aquí son todos exploradores devenidos en guerreros por motivos que están fuera de sus posibilidades, la guerra contra los fanáticos Klingons los empuja a mostrar lo peor de ellos, aun a pesar de sus aspiraciones. En este universo paralelo, la raza fanática, xenofoba e imperialista es el humano, ¿Recuerdan a los Necromongers de Las crónicas de Riddick (2004)? Algo así dibujan y dejan entrever en este episodio titulado «Despite Yourself«. Es decir a Pesar de ti Mismo, porque ellos deberán comprender y asimilar esta nueva linea temporal en la que interrumpen. Ingeniárselas para moverse en él y descubrir como otra de las naves de la federación tuvo el mismo accidente, para así poder regresar y llevar los códigos klingons a la federación. El drama está presente como también la necesaria cuota de comedia que alivie lo suficiente para lo que vendrá.
Por fin estamos en camino de nuevo en la serie que reimagina el pasado de la linea original, transcurre aproximadamente diez años antes de las historias de Star Trek original, y la novedad sigue siendo el tratamiento que los guionistas dan a los personajes que la protagonizan, criaturas capaces de las atrocidades más descabelladas, de ocultar torcidos destinos y, como es de uso común hoy en día en la series, nadie tiene el sitio comprado, todos pueden morir, sí, y hasta ignominiosamente. A pesar de ti mismo, parce un mantra que los creadores siguen a pié juntillas y que los espectadores agradecen. Su puesta serial, permite un desarrollo más detallado de los personajes, no es que los otros no lo hicieran, pero la búsqueda de los grises en ellos, la tensión que exploran en el conflicto, los intereses. En definitiva, esta mitad de temporada volvió con todo, con ideas nuevas depositadas en viejos usos. Y estamos más que agradecidos.
Star Trek – Discovery: Despite Yourself
Director: Jonathan Frakes
Guión: Sean Cochran
Protagonistas: Sonequa Martin-Green, Doug Jones, Shazad Latif, Anthony Rapp, Mary Wiseman, Jason Isaacs, Jayne Brook y James Frain.
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