Darkest Hour: Un hombre obstinado a través de las horas más oscuras

15 de febrero de 2018 Federico Bazán Sin categoría 2

Un film elegante donde la gran actuación de Gary Oldman se complementa con la hábil dirección de Joe Wright.

“El éxito no es el final, el fracaso no es fatal, es el coraje para continuar lo que cuenta”

WINSTON CHURCHILL

El director Joe Wright (Atonement, Anna Karenina, Orgullo y Prejuicio) siempre se rodea de gente estupenda en su trabajo. En este caso, este film recibió 6 nominaciones al Oscar. En mejor maquillaje, mejor fotografía, mejor diseño de vestuario, mejor diseño de producción, además de mejor película y mejor actor con Gary Oldman como Winston Churchill.

Éste último es el corazón de la película, es una increíble caracterización que realiza Gary con un extraordinario maquillaje. En que todo acompaña a las escenas de manera atractiva; decorados refinados, diseño de vestuario, todo en los primeros y angustiantes días de las Segunda Guerra Mundial.

En aquel momento, el destino de Europa occidental dependía del recién nombrado Primer Ministro británico Winston Churchill. Nadie lo quería, una gran mayoría pretendía que esté al mando Halifax (Stephen Dillane), pero éste no creyó que fuera el momento.

Mientras Hitler avanzaba.

Es Churchill entonces quien debe decidir si negocia con Hitler o si lucha, con probabilidades terroríficas. En este film se aprecia como un hombre inteligente, con humor, y carácter fuerte soporta sobre sus hombros una responsabilidad gigante. Es su impredecible personalidad ante ciertas situaciones, lo que atrae y hace que no sea un aburrimiento varios de los monólogos, aunque por momentos puede que resulte tediosa, pero al fin y al cabo es un film político.

Un férreo personaje como Churchill es sometido a las opiniones de los demás en el gobierno. ¿Qué hacer ante semejante situación? Intenta detener el avance alemán, pero las fuerzas de Hitler son mucho más fuertes y rápidas. Sacrificios enormes, decisiones intrépidas de una persona a la cual nos la quieren retratar como alguien con mucha valentía. Y es aquí donde su entorno aparece, le da ese pequeño empujón que lo ayuda a seguir adelante.

Las actuaciones que los rodean son precisas, no destacables. Está la entretenida relación de él con el rey George VI, interpretado por el genial Ben Mendelsohn (Rogue One). Su esposa Clemmie aparece poco en pantalla en las 2 horas del film, pero cuando se presenta con la interpretación de Kristin Scott Thomas (El Paciente Inglés) divierte debido a la relación que tiene con Churchill.

La secretaría, o la joven que con la máquina de escribir que ayuda a Churchill a plasmar las palabras que salen de su boca es Elizabeth Layton, interpretada por Lily James (Baby Driver). Este personaje parece un intento forzado para que veamos algo de empatía con los soldados, y así tengamos alguna relación con lo que hay más allá de los mapas que Winston Churchill y los del gobierno usan para planificar la guerra. Ya que el film nos mete en la interpretación de Gary Oldman, de un señor que mira hacia adelante que sigue sin importarle nada, porque está convencido que hace lo correcto. Entonces con la señorita Layton quizá la película quiere generar otros sentimientos al espectador, y al estar tan metidos en Churchill, probablemente cueste empatizar con esto.

Lo que suma mucho a este film es otra película que está nominada en los Oscars. Hablo de Dunkirk de Nolan. En Darkest Hour se hace referencia a este suceso en la mitad del film. Aquí empieza a oscurecer mucho más el panorama para Churchill, que al mismo tiempo quiere ser destituido por los mismos que lo pusieron. Cuando surge el tema de Dunkerque y se recuerda a los soldados varados en la playa, adiciona mucho a este film de Joe Wright, asemejándose a un detrás de escena de la película de Nolan.

El director de fotografía Bruno Delbonnel (Nominado a 5 Oscars en su carrera) genera momentos brillantes de oscuridad e intimidad usando la silueta de Churchill. También se destacan los movimientos de la cámara, que acompañan muy bien la caminata acelerada del Primer Ministro durante el transcurso del film, en dónde además puede resultar repetitiva la personalidad de Churchill. Él intentando no rendirse. Pero hay un uso de la palabra, unido a la interpretación de Gary y el gran personaje que es Churchill, que genera una fuerza inspiradora a quien la escuche.

Podríamos ver a este Primer Ministro Británico como un hombre que quería lo mejor para su pueblo; pasional, que parece cubierto por un maquillaje áspero, pero en su interior hay cortesía con los demás. Hay un corazón fuerte que nos permite identificarnos, con él, de cómo se relaciona con el pueblo. Es un líder que sigue para adelante, sin importar lo que pase.

Es una película llevada por un personaje y sus discursos, su toma de decisiones y dudas, su valentía y sus errores. Y todo es apreciado gracias a uno de los mejores actores de todos los tiempos, el señor Gary Oldman.