
La nueva producción del director de la recomendable Resurrección (2015) y la quizás un poco olvidada La plegaria del vidente (2011) se estrena esta semana y tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre esta película de género que tiene como protagonista, sobre todo, la búsqueda de la identidad perdida.
Por @mauvais1 y @diegui83
La cita se dio en la productora La Puerta Cinematográfica a la que pertenece Gonzalo Calzada, director de Luciferina; una historia sobre una joven que va en búsqueda de su historia para terminar sumida en una aterradora espiral de posesiones, sectas y sacrificios satánicos. De la charla surgen nuevas ideas que cambian el curso de la entrevista y, de querer saber más sobre el proyecto que lidera, terminamos conversando sobre sus ideas en general, sus especulaciones sobre el genero en particular y su visión del mismo. Una vuelta por las pasiones y búsquedas del director y novelista, que tiene publicada la novela del filme “Resurrección”, y sus anhelos con respecto a la película, al género cinematográfico que frecuenta y las historias que se ha propuesto narrar.
– Comencemos con el génesis de Luciferina, la primera entrega de la que será una saga que llamás La trinidad de las vírgenes y que inicia con la historia de Natalia.
Gonzalo Calzada – La idea parte de un pedido, cuando hicimos “Resurrección (2015)”. Cuando digo “hicimos” es porque son dos productoras; La Puerta Cinematográfica que es nuestro espacio y Buffalo Film, que es la productora de los Mentasti. Después de hacer “Resurrección” y lo que pasó con la película, que no nos esperamos que le fuera bien porque uno se enamora de lo que hace, de lo que le gusta, pero hablando fríamente, se puede considerar lenta dentro de los cánones del género, con falta de sexapeal visual; pausada, más de intriga, no tiene tanta acción. Es decir con una acción más interna, con otros tiempos, y la verdad pensamos que era un logro en si misma del que estamos muy orgullosos, pero en términos comerciales pensamos que con suerte llegábamos a los quince mil espectadores…con suerte a los veinte mil. Eso dio pie a que digamos “hagamos una más”; esto fue propuesta de Buffalo, pero esta vez tratemos de ponerle un tema que atraiga más al público. Ese era el pedido de la productora, específicamente comercial, y lo miró desde un lugar marketinero, cuyos tópicos debían ser exorcismo, posesiones y juventud.
Entonces tomando esos elementos comencé a escribir. Comienzo tirando distintas líneas, diferentes caminos, y de golpe me encontré con tres historias muy fuertes y me costaba mucho decidir. Y dije “¿por qué tengo que decidir?” hago una saga. Tenían puntos en común las tres, muy fuertes, solo había que que forzarlos apenas como para armar un concepto. De manera que se presentó sola, no es que yo la busqué, no es que me la encargaron. Me puse a escribir y de golpe lo vi y dije esto no lo puedo soltar, es fantástico. Tienen puntos de coincidencia: son tres chicas vírgenes, sufren casos de posesión muy particulares los tres, y entre un cruce de personajes y contextos ocurren en el mismo momento, misma ciudad, pero diferentes lugares de Buenos Aires; como también son de distintos estratos sociales. A partir de ahí elegí la que consideré más conveniente para el pedido original. Además de temas novedosos como la cuestión de la ayahuasca, la juventud, este exorcismo final que es un poco más comercial en términos visuales. Pero la realidad es que el concepto eran tres historias. Las que se vienen, que no sé si será en cine o novela, porque las estoy escribiendo así.
– ¿Pero existe la posibilidad de que se produzcan en cine?
Gonzalo Calzada – El guion de la segunda ya está, estamos esperando ver qué pasa. La situación no está buena y todo en este mundo neoliberal es así: te va bien seguís jugando y si te va mal, vas a tener que remar un poco más para que se hagan. Yo no puedo detenerlo, dominar eso. Como los colegas, cada uno va armando su historia de a poco como podés, lo que sí, nadie me quita el derecho a poder escribirlo. Se presentaron, no puedo dejarlas ahí, las hago en formato de novelas, para tenerlas, pero hay un interés en seguirla, claramente. Yo las presenté como saga, porque no creo que las películas que se presentan así las tengas que hacer como se piensa hoy, “si te va bien, haces la segunda”. Es decir, hiciste una película en la que te fue bien, y dale inventá algo con eso y hace la segunda; hagamos “Tiburón II”, “Pirañas II”, como ejemplos más patéticos. No es así como se arma una saga, una trilogía. En mi caso no es así. Y hoy me sorprendo de las líneas que se están generando, la historia estaba ahí y yo por suerte la encontré.
Mira, si particularmente yo pienso que si vos estás pegado a una expresión artística y sos sincero con ella, inevitablemente estás políticamente ubicado en un lugar…
– El film posee esos atractivos, tanto para el público que lo consume, como para los iniciados. De hecho tiene la crítica social que el género buscaba, como por ejemplo Romero con sus Zombies. ¿Vos lo pensaste de esa manera?
Gonzalo Calzada – Mira, si particularmente yo pienso que si vos estás pegado a una expresión artística y sos sincero con ella, inevitablemente estás políticamente ubicado en un lugar. Si vos te pones a pensar, el expresionismo alemán fue la expresión de un pueblo entreguerras, doloroso, que sabía la que se le venía, o lo intuía; porque el arte trabaja más con la intuición que con la razón. “El gabinete del doctor Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari – 1920)” es un exponente de un cine que está queriendo contar algo social y político en un contexto, y digamos que es la base del terror. Podemos agarrar a los escandinavos; en los primeros atisbos de trabajos de luz y de sombras. La realidad es que el cine inevitablemente, y me refiero al comprometido, siempre está pegando: pensá en Griffith y en “El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation – 1915)”, estaba creando un lenguaje cinematográfico pero lo que ocurrió con ese film es que en dos minutos te ubica en el potencial que tuvo el cine y que tienen los medios audiovisuales para dirigir un pensamiento a la gente, entonces, hay una responsabilidad desde un lado como artista, de decir, para qué hago esto, para qué lo hago y qué quiero comunicar y qué pienso yo de esto. Y el terror, a partir de ahí yo creo que siempre lo fue, el cine de la Universal (Pictures) con la guerra fría, la manipulación o no que se hizo con la sociedad con todas estas películas increíbles que se produjeron en la década del cincuenta.
– La idea del monstruo ajeno…
Gonzalo Calzada – La idea de los monstruos, de “cuidado pueden estar en cualquier lado”, puede ser tu vecino. Y nosotros tenemos el mismo compromiso, algo de lo que pasa tenés que ponerlo. “Resurrección” era la crítica a la soberbia de la razón y que todavía está presente de que no todo es así. La misma casona estaba construida como una metáfora de lo que era la Argentina, de lo que todavía es la Argentina. Y acá, en “Luciferina”, el tema es fundamentalmente la identidad, el robo de la identidad. No está pensado específicamente con los militares, está deslizado a una sensación de ese tópico. Por eso el tema del nombre, de recuperar tu nombre, de esos niños que fueron profanados o fueron violados indirectamente al sacarlos de un contexto, porque la saga lo va subrayando cada vez más, va uniendo elementos y esta “Secta” que se presenta en la película empieza a tomar relevancia, en la segunda entrega y en la tercera aparece más. Tiene líneas de acción cada vez más fuertes.
– Sobre la Secta, los rituales, las posesiones, ¿Realizaste algún tipo de investigación o desarrollaste todo de manera original?
Gonzalo Calzada – Investigo bastante, y tengo una biblioteca enfocada en ese universo, ya de adolescente, como sucede con lo que nos apasiona, te vas enamorando de esas cosas. Lo que sí, agrego lo propio. Cuando más sabes, más te informas, es fácil utilizar los elementos, porque tenés conocimiento de donde vienen y a veces te sorprendes de cómo están relacionados. En el caso de “Resurrección”, efectivamente la peste llegó con el carnaval, por ejemplo. Y era la ciudad de Sarmiento, la ciudad del positivismo, de la incipiente Revolución Industrial, del iluminismo, de “esto es lo que hay que hacer; matamos al gaucho, matamos al indio, esto es el país”. Y cuando dijeron esto es el país, vino el eco del Paraguay con la peste. A lo que voy es que todo lo que quieras construir como realidad tal vez no lo es. En el caso de “Luciferina” es distinto, ahí tiene que ver con las ganas que tiene uno de tratar ciertos temas; como la Secta, de qué tipo es, diferenciarlo desde el lugar de lo aborigen, desde lo bueno y luminosos al introducir la Ayahuasca, dejando bien claro ese lugar, que no faltará el pacato que criticará la idea diciendo vas con esto y es el diablo.
… en Luciferina, el tema es fundamentalmente la identidad, el robo de la identidad. No está pensado específicamente con los militares, está deslizado a una sensación de ese tópico. Por eso el tema del nombre, de recuperar tu nombre, de esos niños que fueron profanados o fueron violados indirectamente al sacarlos de un contexto.
– … Personaje que interpreta Tomás Lipán (cantante aimara argentino nacido en Purmamarca, Jujuy), que hace del personaje un ser positivo, luminoso…
Gonzalo Calzada – Totalmente, es luminoso, igual que Marta Lubos, la actriz que interpreta lo malo, y entonces con qué tipo de secta se la representaba. Yo si iba a elegir un satanismo, era el europeo, el de los setentas y ochentas, “esto es la oligarquía”, acá hay una veta hermosa. Y no está contado en este país, y lo tuvo, lo tiene en sus poros, cuando vas caminando por las calles y ves ciertos edificios están ahí. Así que dijimos armemos algo con esto. Que sea este satanismo, no el quimbanda, en cuanto al concepto, no de satanismo sino de magia negra, magias oscuras, que tipo de vínculos hay. Yo soy un enamorado de “El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby – 1968)”, de ese universo, que me resultaba interesante introducirlo aquí. Por eso quise acercarlo lo más posible a Aleister Crowley sin que fuera el concepto de la bestia.
– Más que sectario, de Logia…
Gonzalo Calzada – Totalmente, de logia de gente con guita. En realidad, y no voy a contar mucho de lo que viene, pero la intención es la búsqueda de lo sobrenatural en gente que tiene el tiempo y los medios para hacerlo.
– Los mismo jóvenes que transitan la narración tiene oscuridad, son imperfectos…
Gonzalo Calzada – Ellos son experimentos, están buscando algo, esta secta, que termina de aparecer con las tres protagonistas de la trilogía. Y no hay escrúpulos en eso, ni siquiera en el sacrificio… No puedo decir mucho, pero todo eso se termina develando en las siguientes historias. Hay un personaje que aúna todas estas historias y sus porqués. Se verán en las siguientes historias que, de no producirse, saldrán como novelas…
– No dejamos de encontrar referencias al clásico cine italiano de terror, el giallo de Bava y Argento. Es algo que utilizaste como catalizador de ciertos momentos que vemos en el film, la sexualidad por ejemplo.
Gonzalo Calzada – Yo con ese género muy poco, si bien adoro a Dario Argento a Mario Bava, estoy como más enamorado del cine sueco, me gusta mucho Bergman y lo imaginé más para el lado de eso y Lars von Trier, es lo que pensé con la escena final. Sí, coincido, hay una búsqueda de ciertas profundidades, y es que el espectador que le gusta este género, pueda disfrutar de otras cosas, porque está metido todo lo que es el Tantra Yoga; sobre la poderosa energía de la sexualidad, que de ahí se puede ir tras los gnósticos y una línea que lo instauraron como una de sus disciplinas más importantes. De cómo la energía sexual puede transformar a una persona. Ahora si esa persona tiene un don, como la protagonista del film, de ver el aura, que remite automáticamente a las cámaras Kirlian. De hecho el título de la película, Luciferina, se toma del termino científico; (Las luciferinas son compuestos que se utilizan para la obtención de luz en organismos bioluminiscentes), un aspecto físico que tienen tienen por ejemplo las luciérnagas. Ella puede ver una luz, y no solo eso, también modificarla a través del tacto, por eso la distancia que hay siempre.
– La escena final, la capilla, el dramatismo que inspira la misma, ese juego de luz y oscuridad…
Gonzalo Calzada – Lo hicimos muy coreográfico, a los tres exorcismos les dimos un diseño específico. El del nacimiento de Natalia o parto de Clara, en particular, fue un momento increíble, Desirée (Gloria Salgueiro) hace de la mamá… Que es muy difícil encima, porque vos estas ahí, vos lo ves; el movimiento de cámaras, tiene la música tiene retoques, tiene ajustes, yo como director mientras lo veo en el monitor sé que va a funcionar. Ahora el actor, está gritando como un mono, no está con la voz de diablo, lo vez y decís es lo más bizarro que vi y tengo que confiar que el director no me arruine la carrera. Y hay otras escenas, como esta, la de Clara, que era todo real, las monjas, la eremita, lo hicimos en el tigre en la noche. Y cae ella embarazada con el pelo mojado, y de golpe estas dentro de la escena, estás vos dentro. Coreografiado como estaba al verlo, fue como un mini diorama. Ese sentimiento de orgullo ante lo que estás creando. Uno que está más viejo olvida disfrutar de los momentos, hasta que llegan esos instantes de rodaje en lo que uno advierte porqué está filmando.
– Como fue el trabajo con los actores a la hora de encarar los personajes y sus historias.
Gonzalo Calzada – Lo más importante es que los vínculos sean lo más creíble posible, elegimos actores y actrices accesibles, porque sabíamos que el trabajo era mucho, con ensayos y hay actores que tienen agendas apretadas. Hay muy buenos actores, no muy conocidos, y dimos la oportunidad en la que, sabemos, iban a poner mucho huevo. La contraprestación era que tuvieran tiempo para ensayar, sobre todo los vínculos, generar la hermandad, que no se da en solo un ensayo. Tuvimos una coach que fue Desirée Gloria Salgueiro, que para mí fue fundamental, que ayudo en la contención de los actores, en la comprensión del texto. Para que no estén pensando en la letra cuando están accionando. Y la parte física se resolvió con un coreógrafo (personal de “Fuerza Bruta”) para que ellos pudieran concentrarse en la actuación con todo lo demás cubierto. La calidad es porque nuestro laburo es místico, trabajamos seis meses de preproducción. El cuidar todos los detalles, la obsesión por los detalles, como lo hace el cine yanqui. Seis meses previos de reuniones, de ver locaciones, ajustar el guion a esas eventuales locaciones que surgen, diégesis de los personajes. Para mí es una relación mística en ese sentido, yo voy al rodaje y tengo que estar dos horas antes sentado sin hacer nada para sentir el lugar, como lo hacía el documentalista Jorge Prelorán, que antes de filmar se tomaba el trabajo de convivir con lo que documentaba. Ese es el trabajo, desde el lugar de uno, porque si no quedan vacíos que se notarán.
– Cuáles son las expectativas con el film.
Gonzalo Calzada – Está durísimo, el mercado está duro. Mi sueño es que logre la cantidad de espectadores que nos permita continuar con la trilogía. Hoy que se estrene ya es un éxito para mí. Para cualquier director, el hecho de que su trabajo se estrene relativamente bien, ya es un gran logro.
Título: Luciferina
Guion y Dirección: Gonzalo Calzada
Reparto: Sofia del Tuffo, Marta Lubos, Pedro Merlo, Vando Villamil, Malena Sánchez, Tomás Lipán
Natalia es una joven de 19 años que posee un extraño don que le permite ver el tipo de aura que tiene la gente, una “luminiscencia” que se manifiesta en el contorno de las personas. Esto la lleva a desarrollar un carácter introvertido y a vivir recluida como aspirante a novicia en un convento. El suicidio de su madre la obligará a salir de su lugar y enfrentar un secreto que su familia oculta sobre su pasado y sobre el origen de este raro don. Solo a través de una experiencia con la ingesta de una bebida sagrada conocida como ayahuasca logrará conectarse con su propia luz y realizar el ritual para librarse de la posesión que la tiene atrapada desde su nacimiento.
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