
“La vida es un sueño para el sabio, un juego para el tonto, una comedia para el rico, una tragedia para el pobre”
Sholem Aleijem
Por @mauvais1
De ese cuento escrito por el destacado escritor judío ruso de literatura en yidis; Sholem Aleijem al musical compuesto por Jerry Bock con letras de Joseph Stein estrenado en 1964 y el film que lo catapultaría a la fama internacional dirigida por Norman Jewison en el año 1971. Una historia que se convirtió no solo en un recuerdo de los oscuros años de la persecución judía en la Rusia zarista de principios del S. XX, y porqué no en el mundo en general, como también una historia del hombre con sus anhelos y frustraciones, de la terquedad de continuar a pesar de la adversidad.
La acción se desarrolla en la aldea ucraniana de Anatevka, en el año 1905. Es una comunidad en la que convive una población judía y ortodoxa de manera más o menos cordial. Tevye, el lechero, intenta mantener su vida tradicional, y la de sus hijas, en un momento en que los tiempos están cambiando. Tevye tiene cinco hijas, y la mayor preocupación que tienen tanto él como su mujer, Golde, es casarlas a todas con un hombre acaudalado, o bien, que tenga una buena herencia para así terminar con su línea de pobreza. Las tres mayores, Tzeitel, Hodel y Chava son las que más cerca tienen el matrimonio.
Tevye conoce un día a Perchick, un estudiante de Kiev, al que la gente de la aldea considera un radical. Tevye le invita a su casa a cenar, para el Shabbat, y después de la cena le ofrece trabajar como tutor para sus hijas más pequeñas a cambio de manutención. Durante el tiempo de su estancia en la casa de Tevye, Perchick se enamora de Hodel. Mientras que Tzeitel, la hija mayor, se casa con Motel, un sastre amigo de su infancia, honrado pero pobre, Chava, que es la hija que sigue en el orden de casamiento, conoce a Fyedka, quien resulta ser un amante de la literatura que se enamora de ella. Esta última unión no será permitida por Tevye puesto que Fyedka no era judío y ya en los dos anteriores compromisos había desafiado su tradición. Ésta termina casándose con Fyedka lo que significa para Tevye que su hija ha muerto. Al momento de ser exiliados de Anatevka se reconcilian.
Particularmente, y gracias a la maestría del autor original, la historia es, en toda su tragedia, una comedia que Gustavo Zajac, director de esta puesta, comprendió era el mejor recurso para narrar los terribles acontecimientos que se retratan. Logrando así una puesta ágil y fluida, en la que se destaca la labor del elenco encabezado por Raúl Lavié y Julia Calvo. Ellos recrean de manera casi personal estos personajes tan visitados, logrando darles una impronta propia y renovada a la vez. Que más allá de la capacidad vocal se halla dado esa importancia a la construcción de los personajes crea en el público una simpatía instantánea. Este reseñador, teniendo solo el film de 1971 en su haber, encuentra injusto el hacer comparación alguna, pero a la vez siente que no ha sido defraudado en ningún momento en las expectativas del respeto por el material que esperaba encontrar. Encomiable es la labor de Gastón Cerana, quien se encarga de la traducción y adaptación de la lírica, puesto que logra una cercanía asombrosa con el material original, como también en el sentimiento que las canciones merecen y comprehenden.
Es ante todo un espectáculo completo de esmerada ejecución, de impecable tempo musical, de una austera pero significativa escenografía, de elenco equilibrado y dúctil a las demandas de tan largo y complejo libro. Una fiesta musical que logra a través de la risa retratar momentos de un dramatismo que solo podemos intuir y a la que ejecutan con solvencia. Es “El Violinista en el Tejado” parte de la historia del pueblo judío y también un modelo del que se podrían recortar cientos de personajes vistos y oídos a la vuelta de la esquina. Es la universalidad que su narrativa logra en la construcción de sus protagonistas lo que la hace trascender un pueblo convirtiéndola en una nación, algo que quienes producen este espectáculo lo han entendido hasta el punto de lograr que las melodías se vayan con los espectadores en tarareos y sonrisas, algo que en verdad no tiene precio.
El Violinista en el Tejado
• ELENCO •
Raúl Lavié, Julia Calvo, Sabrina Garciarena, Dan Breitman, Flor Otero, Patricio Arellano, Adriana Aizemberg, Omar Calicchio, Miguel Habud, Manuela del Campo, Diego Bros, Andrea Lovera, Eluney Zalazar, Damian Iglesias, Bruno Pedicone, Pedro Frias, Menelik Cambiaso, Andrés Rosso, Diego Martin y Sami Abadi
• FICHA TÉCNICA •
Dirección y Coreografía: Gustavo Zajac
Dirección Musical: Mateo Rodó
Dirección Vocal: Sebastián Mazzoni
Traducción y adaptación del libro: Gustavo Zajac
Traducción y adaptación de letras: Gastón Cerana
Diseño de Escenografía: Andrea Mercado
Diseño de Vestuario: Alfredo Miranda
Diseño de Luces: Gonzalo Córdova
Diseño de Sonido: Gastón Briski
Diseño de Peinados: Daniel Laurito
Coordinador escenotécnico: Lucas Martínez Bojanich
Asistencia de coreografía: Mariana Zourarakis
Asistencia de Dirección: Christian Alladio
Producción ejecutiva: Roro Pellegrini
Dirección de Producción: Ana Florencia Blejer
Producción General: Julieta Kalik
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