
Pasarse a la clandestinidad, volverse invisible. Quieta, en el abandono, June espera el siguiente paso. Hay que esperar que será de ella y su intento de fuga del teocrático mundo de Gilead.
Por @mauvais1
ATENCIÓN: ESTA REVIEW PUEDE CONTENER SPOILERS DEL EPISODIO MENCIONADO. ENTRAR BAJO ABSOLUTA RESPONSABILIDAD
Llegamos al tercer episodio de The Handmaid’s Tale sin esperanzas, observamos abatidos que el sistema creado en esta nueva sociedad es prácticamente invulnerable, que para todo tiene una parábola y un castigo. Para todos decimos, y es en realidad para todas ellas que no terminan de comprender que ese mundo ya no les pertenece. Ahora gobiernan ellos, a puro látigo puritano. No será una enorme y púrpura letra bordada en el pecho, la adultera es castigada en un campo de concentración y trabajos forzados, la rebelde lo mismo, al igual que la enloquecida. [RECAP] The Handmaid’s Tale: Unwomen (T2xEp02)
June mientras tanto, continúa su periplo hacia la libertad, incierto camino que se forja mientras avanza, nunca sabiendo que vendrá después. «Baggage» es el titulo de este episodio. Bagaje, es lo que cargamos de forma metafórica cuando nos referimos a lo vivido, equipaje es lo que llevamos cuando emprendemos un viaje. June oculta en lo que fue una vez The Boston Globe, ahora un edificio abandonado, rememora su pasado. Esta vez desde el lugar de hija. Seremos partícipes de su educación, conoceremos a su madre Holly y el entorno. Esa loca que anticipaba lo que vendría, y como una Casandra troyana, fue ignorada, tildada de radical. En su lucha con el patriarcado, sin muchas más armas que sus principios, intenta que su hija comprenda lo que está sucediendo, lo que vendrá si sigue adormecida por el encanto de triunfar en esa sociedad que vive.
La adormecida June que cree estar en buen camino haciendo lo que cualquier mujer haría en la sociedad actual; triunfar en su empleo, casarse con el hombre que ama, forjar un futuro para sus hijos. Cuestionada por su madre, en ese entonces, puede sonar a radicalizada arenga, visto desde la perspectiva actual de ella, es en realidad un llamado de atención que no supo entender. Lo que vivimos hoy, dice, es solo un espejismo, un amanerado presente que nos enajena de las luchas que sí tienen sentido. La libertad de ellas, de nosotras, va por otro camino June…
Ella, hoy, ahora, en la abandonada redacción de un periódico que supo denunciar el caso de abuso infantil más controvertido de la iglesia católica en los principios del 2000, busca la manera de comprender que fue lo que pasó. Quieta en ese lugar vacío, revisa su pasado persiguiendo las pistas. Siempre estuvo allí, ese cambio no fue repentino, maduró, le permitió que creciera. Enfrenta junto a la memoria del pasado distante de su infancia, el pasado reciente. Nick Blaine regresa para advertirle que aun no es tiempo de continuar el camino, demasiados peligros, demasiada atención hacia esta criada embarazada. Acorralada en ese sitio que una vez fue un altar de la libre expresión y la denuncia y ahora solo un abandonado matadero, ella, la que fue June, la que fue Offred, la que volvió a ser June Osborne, se convierte en June Maddox, el apellido de su madre; una mujer que necesita seguir adelante, que debe abandonar para hallar.
El siguiente paso más errático que el anterior solo parece conducirla hacia un crepúsculo que se cierne sobre todos. En el camión llega hasta otro abandonado lugar, en un galpón lleno de letreros, esperará. Y es cuando comprende, cuando las palabras de su madre terminan de encajar, cuando la memoria de su hija regresa. Dará los últimos pasos hacia esa libertad que esquiva para complacerse en su derrotero espiritual, más que físico. ¿Acaso salve su alma antes que su cuerpo? Quien lo sabe, el último de sus contactos la lleva a su casa, cuando se desbaratan los planes. Desde allí intentará forjar su propio destino, cualquiera sea lo que venga después, será por su decisión, no por la de otros. Hombres.
Corre por el bosque, los rostros de su madre mutan a los de su hija Hanna, se despide de todos los que quedaron atrás, el salvarse es solitario, ajeno a las voluntades ajenas. Los últimos minutos del episodio son casi un epílogo de lo que hasta hoy vimos, casi, porque no todos reaccionan a tiempo, no lo hicieron, y ahora hay que pagar las consecuencias. Kari Skogland ha dirigido con maestría este episodio escrito por Dorothy Fortenberry. Tanta que se antoja una desoladora propuesta de lo que podría ocurrir si no oímos a tiempo, si no somos capaces de leer entre líneas. No diremos más que esto. Dos tópicos; el bagaje y la palabra escrita y dicha, son el eje de este episodio que seguro verán más de una vez para abarcar todos las lecturas.
Dirigido por:
Kari Skogland |
Guionistas:
Bruce Miller | … | (created by) |
Dorothy Fortenberry | … | (teleplay by) |
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