
El controvertido director regresó al Festival de Cannes luego del escándalo que le valió la desagradable mención de “Persona no grata” por las declaraciones que hizo sobre su comprensión y cierta simpatía sobre nada menos que Adolf Hitler, y lo hizo con un film, fuera de competencia, que muchos espectadores abandonaron a mitad de la proyección.
Por @mauvais1
Parece lejana ya su consagración internacional con Breaking the Waves en 1996 que le valió Grand Prix del Festival de Cannes, además de numerosas nominaciones y premios en otros como los Óscar, Globos de oro y BAFTA, como también su prolifera creación de films que tuvieron la misma suerte; Los Idiotas (1998), Bailarina en la Oscuridad (2000), la imprescindible Dogville (2003) y más aquí en el tiempo la ya mediocre Antichrist (2009) y las redentoras Melancholia (2011) y Nymphomaniac. Volume I y II (2013). Todas ellas acompañadas de un aura polémica que alimentaba el director, como las declaraciones sobre las acciones de Hitler o las acusaciones sobre acoso sexual por parte de Bjork y empleadas de su productora Zentropa en 2017.
Pues su regreso ha sido una vez más cuestión de polémica cuando gran parte del publico abandonó la sala en la que se estaba proyectando su último trabajo protagonizado por Matt Dillon, Bruno Ganz y Uma Thurman. Hablamos de “The House that Jack Built”, un thriller sobre un asesino en serie, personaje que interpreta Matt Dillon que a lo largo de un período de 12 años realiza una serie de asesinatos que lo llevarán a convertirse en Jack El Destripador. La historia está ambientada en la década de 1970.
La producción que se presentó fuera de concurso en Cannes, ha dividido la crítica de manera bastante drástica. “Lars Von Trier’s ‘The House That Jack Built’ Is Repulsive, Toxic Trash” titulo su reseña Jessica Kiang para Playlist. Y a su vez Eric Kohn diría para IndieWire; “Lars von Trier’s Serial Killer Epic Is Horrifying, Sadistic, Possibly Brilliant“. Nuestro compatriota Diego Batlle, fue lapidario con su “Un ejercicio de sadismo gratuito, autoindulgencia irritante y pases de factura por parte del cada vez más caricaturesco director danés.” que publicó en el sitio Otros Cines. Controversias a parte el film ha lanzado su primer avance que al contrario se muestra bastante convencional.
La producción de dos horas y media de duración no tiene fecha de estreno en estas australes tierras.
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