Castle Rock sigue creciendo en intensidad y en este tercer capítulo comienza a revelar más datos de dos de los personajes más extraños de la pequeña ciudad, pero también se nos presentan nuevos y excéntricos lugareños.
Por @martog23
La serie que conjuga todos los grandes atractivos de la mitología del Kingverse se convirtió en la propuesta televisiva del momento. Es por ello, que decidimos seguir analizando en detalle sus capítulos para poder desentrañar entre todos los grandes misterios que nos ofrece Castle Rock, aquella ciudad ficticia situada en el Estado de Maine. Esta tercera entrega que nos trae Hulu se titula Local Color y hace referencia directa al programa de TV donde Molly Strand (Melanie Lynskey) planea contarle a los ciudadanos sus planes como agente de bienes raíces para levantar un poco la actividad local. Nuevamente el episodio irá yendo y viniendo en las dos líneas temporales que maneja la narrativa de la obra. Así es como descubrimos que la pequeña Molly además de haber sido una “acosadora” en potencia fue la responsable de la muerte del pastor Deaver durante una noche cuando irrumpe en la soledad de la casa de sus vecinos y decide desconectarle el respirador artificial con el cual el párroco estaba siendo asistido.
Nuevamente en el presente, vemos que Molly sigue sufriendo y automedicándose para calmar una supuesta aflicción que la aqueja hace tiempo. No obstante, cuando Henry se ve obligado a enfrentarla, su vieja vecina le comenta que escucha voces y pensamientos de la gente, y que eso la tiene alterada porque algunas personas son demasiado complejas a nivel mental. Esto no solo nos hace creer que Molly tiene el “resplandor” que varios personajes poseen en la literatura de King (Danny Torrence, Jake Chambers en La Torre Oscura, el personaje de The Stand, entre otros), sino que además nos lleva a pensar que sus habilidades psíquicas y el personaje en general va a ser de vital importancia para el desarrollo de la trama en los próximos capítulos. Por otro lado, Molly se ve forzada a vincularse con Henry porque aparentemente el destino los une, aunque también los acopla el secreto que mantiene ella con el fallecimiento del padre. Es por ello que quizás se ve obligada a usar su escaso tiempo televisivo para hablar sobre el misterioso recluso (Bill Skarsgård) y retribuirle a Henry su ayuda, asistiéndolo en el caso que lo hizo regresar a su pueblo natal.
Todo el episodio gira en torno al programa Local Color, abriendo el panorama para que se vayan desarrollando las distintas líneas narrativas. Por un lado Henry, la nueva alcaldesa de Shawshank y “The Kid”, por otro Molly, Henry y sus cuestiones pendientes. El final del capítulo con Henry avanzando hacia una pronta liberación del preso de la cárcel, hacen que junto con los poderes psíquicos toda esta entrega traiga augurios sobre más eventos paranormales en los episodios venideros. La señorita Strand quiere apaciguar su actividad extrasensorial mediante calmantes, y es así como acude a un dealer nuevo y cuando llega al lugar donde éste se encuentra, se topa con un grupo de chicos usando máscaras de papel maché en una suerte de simulacro de juicio. Este suceso, además de ser extraño, representa un homenaje a Children of the Corn, la historia corta de Stephen King.
Luego de ese extraño acontecimiento, Molly se desvanece y no recuerda nada cuando se despierta en la cárcel a la mañana siguiente. Nuevamente, entre este personaje y el de Bill Skarsgård quedan varias incógnitas y misterios por resolver. La serie va abundando en enigmas y viniendo de JJ Abrams, hay cierta atmósfera similar a Lost. Veremos qué nos deparan los próximos capítulos, pero la realidad es que Castle Rock viene en un in crescendo constante que la convierten en un producto sumamente entretenido y adictivo. Y tal como dijo el señor King, conviene ver la serie por lo que realmente es y no solo por los easter eggs:
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