
Llega la adaptación del cómic de Chilling Adventures of Sabrina, una reinterpretación del personaje creado por George Gladir, realizada por Roberto Aguirre-Sacasa y que nada tiene que ver con la personificada por Melissa Joan Hart en los años ’90.
Por @mauvais1
Tendremos varias consideraciones al desarrollar esta reseña, y creemos que la primera debe de ser no realizar ninguna comparación con su anterior adaptación, Sabrina, the Teenage Witch, creada en 1996 por Nell Scovell, ya que aunque también está basada en el personaje de los Archie Comics, solo mantiene nombres y parentescos; porque cuando Roberto Aguirre-Sacasa tomó las riendas de los guiones de Afterlife with Archie (2013) y posteriormente la historia de la bruja adolescente en Chilling Adventures of Sabrina (2014), generó todo un nuevo enfoque en la protagonista, que se presenta en las antípodas de la sitcom liderada por Melissa Joan Hart. Como también revelar muchos más detalles de la trama sería tan contraproducente como narrar el final de un film de M. Night Shyamalan.
“¿Sobre qué podremos hablar entonces?”, se preguntaría un futuro espectador. Pues de varias cuestiones. Esta producción de Warner Bros. Television tiene como guionista y productor al mismo Roberto Aguirre-Sacasa (Riverdale, Supergirl), que escribe junto a Matthew Barry y Donna Thorland los diez episodios dirigidos por Lee Toland Krieger, Rob Seidenglanz, Maggie Kiley y Craig William Macneill. La historia, en sus conceptos básicos, sigue teniendo el mismo disparador: Sabrina Spellman cumple los dieciséis años y pasa a convertirse en parte del mundo mágico al que pertenecen sus tías Hilda y Zelda. No es que no lo fuera antes, es que ahora debe asumir los compromisos que esta vida tiene, participando más activamente y viéndose obligada por las leyes que la rigen.
Satán, la niña non santa y el universo mágico de Greendale
No será sorpresa que el universo mágico en el que la protagonista participa es, por antonomasia, oscuro. No solo porque las brujas que lo pueblan son adoradoras de Satán, el príncipe del inframundo cristiano, el ángel que se atrevió a enfrentarse a Dios, lo es también porque el mismo pueblo vive sumido en un otoño perenne. Más allá de iniciar la historia en el mes de octubre, Sabrina cumple los años el 31 de Octubre, todo allí parece sumido en un tormentoso atardecer, en el que el equipo de directores de fotografía se encargan de pronunciar, con morosos grises neblinosos, y húmedos y embarrados caminos, rutas y veredas. Lisa Soper, la diseñadora de producción, crea un crepuscular mundo poblado de sombras y de esa constante humedad que sigue a las lluvias de otoño. Aer Agrey y Stevo Bedford, en la dirección de arte, preservan esa sensación tanto en los interiores como en los edificios elegidos para vivienda de los personajes, como el hogar de Sabrina, su primo Ambrose y sus tías, que existe y ha sido fuente de muchas ficciones, la original Casa de los Siete Tejados (The House of the Seven Gables), retratada en la novela de Nathaniel Hawthorne, que se encuentra en Salem, Massachusetts. En cierta manera al espectador, como nos sucedió, le recordará a lo realizado por Tim Burton en algunas de sus producciones como Sleepy Hollow, Corpse Bride y por qué no Frankenweenie, o incluso las producciones de Hammer. Interiores sombríos, pobremente iluminados con haces dorados de lamparas vetustas, todo se amalgama en un contexto de opresión que se ve de diferentes maneras; físico, psíquico, espiritual.
Porque todo allí es viejo, anticuado. El diseño de vestuario es una combinación extraña que se confunde en décadas como los sesentas y ochentas; y el mismo pueblo parece suspendido en un indeterminado lugar de la historia reciente, gris con hojarasca de un dorado apagado, de bosques añejos y neblinas eternas, ominoso, intemporal, donde los mismos personajes cargan en cierta manera con esos adjetivos. Excepto ella, Sabrina, y su eterno color rojo, que bien podría representar el de la pasión, tanto adolescente como la de los mártires.
El inmutable mundo mágico
Al cumplir los dieciséis, Sabrina comienza a vivir lo que podríamos llamar la vida joven-adulta de una bruja. Con esto llegan las reglas, los secretos, la historia de su linaje y el mismo Satán en busca de una nueva acólita que se sume a su aquelarre, cargado de leyes centenarias y oscuros rituales, y que ha mantenido unido el sumo sacerdote y las brujas que lo pueblan. Ella da los primeros pasos en un universo que conoce solo de oídas, en más que un par de hechizos, y que no comprende en su totalidad. Todo allí, decíamos antes, esta sumido en una intemporal década en la que sobreviven viejas costumbres, rancios preceptos. Pues, y en su finalidad, la serie narra cómo Sabrina llega para dar por tierra lo asumido como inmutable y eterno. Tanto en el mundo mágico como el mortal, ella intentará subvertir muchas reglas, no siempre con finales felices, que refieren en su mayoría al sitio que la mujer posee en la sociedad, lo que se espera de ella, lo que otros estipulan que debe ser. El mansplaining abunda a su alrededor, algo que ella no acepta.
Como, y salvando las distancias, sucedía en Peter Pan, en que el padre y el Capitán Garfio eran el mismo actor por tradición, puesto que representaban la adultez que los niños intentaban derrotar con sus fantasías, aquí se da (aunque con dos actores distintos) el mismo planteo; el sumo sacerdote del aquelarre y el director de la escuela, símbolos inequívocos de la opresión masculina. Este universo, en el que la familia Spellman contradice, es regenteado y condicionado por la ley masculina. Claro, ellas, las tías y la sobrina, tienen sus luchas y permisividades con esto. He aquí el jugo de la historia, o gran parte de él. Más siendo que el único hombre de la casa es… Bueno, ya lo verán. Hasta sus amigos son victimas de todo esto, y es representado, no muy sutilmente convengamos, con la figura paterna, lo religioso y la búsqueda de la identidad sexual.
“El mundo oculto de Sabrina”
En definitiva, ya no podemos decir más sin caer en masivos spoilers, “El mundo oculto de Sabrina” es una interesante propuesta que se basa en el clásico Coming-of-age, para divertir con un relato que no carece de interesantes lecturas entrelineas, que se vale de un elenco excepcional para desarrollarlo y que no ahorra en sangre, sustos y muchas referencias a clásicos del género. Creemos que es un acierto, por sobre todo, el elenco femenino, sin desmerecer a los actores involucrados como Richard Coyle, Bronson Pinchot o el ya no tan niño Disney Ross Lynch. Kiernan Shipka logra con Sabrina un estupendo personaje que combina la dulzura con el carácter, y la inocencia con una mente rápida para la respuesta. Lucy Davis, Miranda Otto, Michelle Gomez, todas ellas bordan personajes con un delicioso sarcasmo, dotándolos con varios matices a lo largo de los episodios.
No es la quinta esencia en series adolescentes o lectura avezada del ya mencionado Coming-of-age, pero sí un entretenimiento que no subestima al espectador, porque en su totalidad la producción es cuidada y esmerada para contener la trama. Ya habrá seguramente grupos a los que les resultará chocante todo lo referente al mundo mágico y oculto que se retrata, aunque si le dan una oportunidad verán que solo es un tópico para ejemplificar cierto tipo de comportamiento y visión que los adultos tenemos sobre el inmutable mundo que creamos como resguardo a la novedad, al progreso.
La reseña fue escrita solo viendo los primeros ocho episodios de la serie que tendrá su estreno, con la totalidad de los diez episodios, el 26 de octubre.
Título: El mundo oculto de Sabrina (Chilling Adventures of Sabrina – 2018)
Dirección: Lee Toland Krieger, Rob Seidenglanz, Maggie Kiley, Craig William Macneill
Guion: Roberto Aguirre-Sacasa, Matthew Barry, Donna Thorland (Cómic: Roberto Aguirre-Sacasa)
Reparto: Kiernan Shipka, Jaz Sinclair, Michelle Gomez, Miranda Otto, Lucy Davis, Chance Perdomo, Richard Coyle, Tati Gabrielle, Ross Lynch, Bronson Pinchot, Abigail F. Cowen, Lachlan Watson, Adeline Rudolph, Christopher Rosamond,Darren Mann, Annette Reilly, Kurt Max Runte
Sabrina está a punto de cumplir 16 años y se debate entre el mundo de la magia de su familia y el mundo real de sus amigos. Historia basada en el cómic de Archie.
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