
“Al final los cazadores matan a los lobos… Eso es algo que solo pasa en las historias que han escrito los humanos.”
Jin-Rô (1998)
Por @mauvais1
Sería una desmerecida redundancia para nuestros lectores volver sobre las adaptaciones y sus consecuencias; el periplo que los animé, novelas o sucedáneos realizan al, tal vez y en los últimos tiempos desgastante, live action cinematográfico. Ya hemos hablado bastante de él, y solo nos repetiremos en esa máxima con que siempre cerramos tales comentarios; la reconstrucción no es necesaria, si el original es un acabado trabajo, más si posible, si es capaz de canalizar la actualidad imperante al hacerlo. Es decir, un “update” político, social. Vamos que proponga una relectura de la historia en el tiempo que se vive.
El caso de In-rang, titulado en latinoamérica Illang: La brigada del lobo que dirige Kim Jee-woon sobre un guion que él mismo escribe y que se basa en la película animada de Hiroyuki Okiura de 1999, que a su vez surge del manga escrito por el maestro Mamoru Oshii (sí, la bestia detrás de Ghost in the Shell, Avalon y porqué no Garm Wars: The Last Druid) ha intentado hacerlo, con claras referencias a su actualidad coreana, pero que francamente y entre tanto giro dramático se pierde en un maremágnum político/pasional y héroes venidos abajo que ancla el film no permitiendole el vuelo que su homónima animada poseía.
En el año 2029, tras anunciar los gobiernos de Corea del Norte y del Sur un plan quinquenal para unificar el país, las naciones más poderosas del mundo imponen unas fuertes sanciones que paralizan la economía y conducen a un periodo de caos infernal. Tras la aparición de un grupo terrorista armado llamado La Secta que se opone a la unificación, el presidente crea una nueva división policial, la Unidad Especial, a la que otorga un poder considerable. Pero el servicio de inteligencia, al ver decaer su propia influencia, trama un plan para aniquilar a la Unidad Especial. En medio de esta sangrienta lucha entre dos instituciones tan poderosas, surgen rumores sobre una “brigada del lobo” secreta que se está formando en el seno de la Unidad Especial.
Los futuros cercanos y conflictivos, una graciosa peculiaridad, en el mejor sentido, de las historias que abordan estos creadores, y que tan bien define su sinopsis oficial, se ve enrevesada por la historia de amor de los protagonistas y sus propias agendas. Esto es claramente parte del original; las dudas del antihéroe con respecto a lo que se espera de él o lo que él espera de si mismo como la vendetta de los desahuciados por un gobierno que los olvida en la planificación general de un estado que peca de una corrupción asquerosamente profunda, se desdibujan en una trepidante acción, que debe ser mencionada por su excelente factura, pero que deja atrás a los personajes y su respectivas miserias. Destacamos un prologo logradísimo que pudo ahorrarnos los trastornos posteriores, pero que a bien de dejar al publico sin dudas y con la información bien masticada, interrumpe el minimalista drama existencial de los involucrados.
Cerrando esta concisa review, porque le huimos estrepitosamente a cualquier tipo de spoiler que arruine el visionado del espectador, concluiremos entonces diciendo que es un film digno, con una atractiva factura técnica que ha sabido captar y dotar de la atmósfera indicada a estos Lobos humanos, que traza un interesante aggionamiento de la historia concebida por Mamoru Oshii pero que, única y quizás fundamental crítica, se enreda en los plot twist hasta casi perder al espectador en el camino. Pero, aún así, es un más que entretenido film de acción, cuando toca, que en cierta manera logra nivelar sus falencias narrativas.
Título: Illang: La brigada del lobo (In-rang – 2018)
Dirección: Kim Jee-woon
Guion: Kim Jee-woon (Historia: Mamoru Oshii)
Reparto: Gang Dong-won, Han Hyo-Joo, Jeong Woo-seong, Kim Mu-yeol, Han Ye-ri, Choi Min-ho, Shin Eun-soo, Heo Jun-ho
En el año 2029, tras anunciar los gobiernos de Corea del Norte y del Sur un plan quinquenal para unificar el país, las naciones más poderosas del mundo imponen unas fuertes sanciones que paralizan la economía y conducen a un periodo de caos infernal. Tras la aparición de un grupo terrorista armado llamado La Secta que se opone a la unificación, el presidente crea una nueva división policial, la Unidad Especial, a la que otorga un poder considerable. Pero el servicio de inteligencia, al ver decaer su propia influencia, trama un plan para aniquilar a la Unidad Especial. En medio de esta sangrienta lucha entre dos instituciones tan poderosas, surgen rumores sobre una “brigada del lobo” secreta que se está formando en el seno de la Unidad Especial.
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