
Este año termina siendo uno de los mejores en cuanto a producciones argentinas se refiere, y para celebrarlo destacamos más de 20 películas de un 2018 a pura patria.
Por @RockaOnTheGo
El 2018 fue verdaderamente un gran año para el cine argentino. Mes a mes, las carteleras del país disfrutaron de una saludable cantidad de producciones nacionales de calidad. Todo esto en un ambiente cada vez más hostil para aquellos amantes del cine, una salida que va volviéndose un gusto difícil de darse sumado a que la gente en general le presta menos y menos atención a los films que no pertenecen a los “eventos” que plantea Disney con Marvel y Star Wars. Al igual por supuesto que los revivals de franquicias, otra gran apuesta de los estudios para que la gente deje la comodidad de su hogar y sus cuentas de streaming. En medio de esta particular escena internacional e interna de nuestro país es que nos encontramos con una gran cantidad de películas argentinas de las cuales elegir, al punto de que esta selección puede variar bastante con respecto a los gustos de nuestros colegas o ustedes nuestros queridos lectores.
Ahora sí, sin más preámbulo les dejamos las 23 películas argentinas más destacadas del año a nuestro humilde criterio bastardo. Grandes producciones, películas independientes, el protagonismo femenino por el que el 2018 estuvo luchando y muchas cosas más. Para mantener lo más simple posible esta pequeña guía, si quieren leer más sobre cada película pueden hacer click en su titulo para ir a su respectiva reseña.
Arrancamos con un género que siempre se percibe como hostil, eligiendo destacar dos documentales que se ofrecen como una gran opción para aquellos buscando darle una probada a esto del cine documental. La Boya, de Fernando Spiner, hace foco en los anexos de la vida del director. Mostrando los viajes a su Villa Gesell natal y la comunidad artística de la ciudad anclándose en una antigua amistad que hasta el día de hoy mantiene con vida el ritual anual muy particular.
Dejando la introspección de lado, Pabellón 4 se enfoca en una curiosa realidad que sucede más en lo profundo de nuestra sociedad. Muestra el progreso y la vida en un pabellón en el que los presos tienen clases de filosofía todas las semanas. Con clases dadas a pulmón y que, el docente insiste, están lejos de ser un ejercicio de rehabilitación, a pesar de que la realidad muestre que poco tiene que ver ese pabellón con el resto de las cárceles de máxima seguridad en la Argentina.
También hubo producciones más que curiosas. La primera es No Llores por mi Inglaterra. Una verdadera superproducción del género de comedia, usualmente resignado a producciones más amarretas, de la mano del usual colaborador de Capusotto y director de Pájaros Volando. Una comedia de época centrada en el fútbol y la previa a la revolución libertadora argentina. Con un tono mucho más serio pero todavía navegando las aguas de la comedia tuvimos además a Mi Obra Maestra, el debut como director en solitario de Gastón Duprat que encontró un descomunal éxito con su anterior trabajo: El Ciudadano Ilustre. Inevitablemente sosteniéndose en su excelente dupla protagónica, y centrándose en una tan particular como longeva amistad navegando el mundo del arte contemporáneo.
Otro regreso de un director muy anticipado fue Animal de Armando Bo, ganador del Oscar como Guionista de Birdman. Obviamente estas últimas dos fueron protagonizadas por el gran Guillermo Francella, ya pieza tan fundamental de nuestro cine como lo es Ricardo Darin. Por último, y antes de pasar a otras secciones más estructuradas, tenemos a continuación quizás LA sorpresa del año. Una gigantesca épica basada en un mito de la fe argentina con tintes de La Pasión de Cristo, Django Unchained de Tarantino e incluso algo de Batman V. Superman: la hermosa locura que fue Gracias Gauchito.
Directoras y Protagonismo Femenino
El 2018 arrancó con La Reina del Miedo, escrita, co-dirigida y protagonizada por Valeria Bertuccelli, presentandose en el Festival de Sundance ganando un premio del jurado por Mejor Actriz. La odisea interna de una actriz en la previa del estreno de su unipersonal permitió que un combativo año arranque con fuerzas en cuanto a la representación y protagonismo femenino en nuestro cine.
A lo largo de los meses siguieron los estrenos de directoras, destacándose especialmente un par de films muy particulares. Soledad, dirigida por Agustina Macri y protagonizada por Vera Spinetta. Una historia real de juventud militante y la joven argentina que se volvió central en el movimiento anarquista italiano. Además tuvimos más hacia el final del año el estreno de Familia Sumergida, dirigida por María Alché y protagonizada por una Mercedes Morán confundida y buscando contención en medio del caós familiar que trae siempre un funeral.
Aunque varias de estas historias no encontraron el público que merecían, hubo una clara estrella este año. Acusada es una entrada bastante fija en la lista de lo mejor del año en cuanto a cine nacional se refiere, en gran parte por el brillo y performance de una estrella internacional como lo es Lali Espósito. Rodeada de una superproducción impecable con una calidad técnica de lo mejor de nuestro cine.
Con menos luces y mucha menor taquilla nos quedan dos películas mucho más alejadas de lo estrictamente comercial. La Quietud es el más reciente trabajo del reconocido director Pablo Trapero, una historia de secretos familiares que buscan salir a la luz tras una enfermedad. Mientras que Marilyn va al interior de nuestro país para contar la historia real de un joven buscando su identidad y plenitud en medio de un ambiente más que hostil.
Terror Nacional
Este fue un año en el que el terror en Argentina dio que hablar. Incluso sin tener en cuenta la realidad socioeconómica del país, también por el género en los cines. Hubo grandes propuestas durante todo el 2018, pero especialmente durante los primeros meses del año. Si últimamente las grandes producciones nacionales se han puesto codo a codo con la calidad técnica extranjera, este fue el año en que el terror argentino dijo presente de la misma manera.
Hubo especialmente tres películas que dejaron bien alto el género en nuestro país, con Aterrados teniendo incluso alcance internacional al punto de que una remake producida por Guillermo del Toro se encuentra en producción. Sí actualmente muchos tienen la posibilidad (y porque no, obligación) de probar Luciferina en Netflix, la que menos olas ha provocado luego de su estreno lamentablemente fue No Dormirás, definitivamente una excelente opción de terror protagonizada por Eva de Dominici y Belen Rueda que debería estar en la lista de todo fanático del género.
El Panorama Independiente
El cine independiente se permite explorar temáticas sin la necesidad de mantener feliz a la audiencia en todo momento. Joel por ejemplo cuenta la historia de una familia viviendo en el sur del país una complicada adopción, con una gran dirección de Carlos Sorín. Un relato que definitivamente no suena a apuesta segura para las productoras, como toda gran película independiente debe hacer. Por supuesto, el interior tiene siempre un protagonismo especial en cuanto a cine independiente se refiere.
Tucumán fue representada en el mundo por El Motoarrebatador. Sobre un motochorro intentando arreglar sus males, llego hasta el Festival de Cannes, mientras que Córdoba dijo presente en el Festival de Berlin con Mochila de Plomo la historia breve de un niño, la pistola que lleva en su mochila y el asesino de su padre recién liberado de la cárcel. Por otro lado Mendoza también tuvo una fuerte representación cinematográfica, como es el caso de La Educación del Rey: el relato de un joven al borde de la delincuencia y la complicada bondad de los humildes que conocen lo eso es.
Los Vagos por su parte, arranca en Capital Federal para rápidamente trasladarse a dónde su protagonista siente que pertenece. De vuelta en su Misiones natal, también lugar de nacimiento de su director Gustavo Biazzi, el joven cae en viejos vicios junto a su grupo de amigos. Un trágico relato masculino sobre aferrarse a la juventud y enceguecerse ante su tóxico comportamiento. Imperfectamente moldeado para que cualquier desprevenido la vea buscando camaradería y, si no se niega a verlo, encontrarse replanteándose varias cosas. Definitivamente la película que hizo menos ruido de esta sección, pero al mismo tiempo una recomendación firme en la forma de una extremadamente valiosa herramienta de reflexión en plena época de deconstrucción.
Los Mejores Exponentes
Todos los años hay muchas películas que nos gustaron más o menos, pero son pocas las que realmente hacen que a todos se nos infle el pecho de que sean Argentinas. Las producciones nacionales que más fácil se destacan este año son dos. De El Ángel hay realmente poco que decir, un verdadero hito en nuestro país que probablemente hizo que mucha gente vaya a ver cine argentino por primera vez desde Relatos Salvajes. Uno de esos éxitos pochocleros de calidad que cualquier industria disfruta tanto. Por otro lado, Rojo tuvo un paso mucho más humilde por nuestro país en cuanto a taquilla se refiere. Básicamente una precuela de la dictadura militar, utiliza al abogado protagónico de Dario Grandinetti como centro de un relato de la más alta calidad cinematográfica que ofrece una ventana de sucia ficción hacia un país (eternamente) en la antesala del apocalipsis.
Para cerrar, no esta de más destacar que Zama, el triunfo audiovisual de Lucracia Martel, continuo sus proyecciones en territorios internacionales durante todo este año y termino coronándose en varias listas de “Lo Mejor del 2018”. Una película que a pesar de estrenarse en nuestro país en 2017, se encarga de dejar a nuestro país en lo más alto del cine mundial incluso más de un año luego de su estreno. No estaría nada mal que alguno de los estrenos de este año tenga un impacto posterior como el que ya tiene Zama. Esperar algo similar va a ser bastante difícil pero estamos a la expectativa, después de todo en Argentina la esperanza es lo único que no nos podemos permitir devaluar.
El Motoarrebatador no es de Córdoba sino de TUCUMÁN
Error de fin de año, pero uno de los feos de todas maneras.
Muchas gracias por hacerlo notar!