[RECAP] Star Trek – Discovery: Point of Light (T2xE03)

“A veces, cuando trato de entender los motivos de una persona, me gusta jugar a un juego. Asumo lo peor“.

Petyr “Meñique” Baelish – Game of Thrones

Por @mauvais1

Con la imagen seleccionada como portada y esta más que sugerente frase de la serie Juego de Tronos, queda claro nuestro sentimiento frente al tercer episodio de Star Trek: Discovery, que titularon Point of Light. Pero para comenzar nos es necesario mencionar la rápida dinámica de sus escenas, llevando al relato a una sucesión de acciones y resultados, que por momentos se antojó más un avance de un film que un episodio, y no de manera negativa.

Comenzaremos por la trama en Qo’noS, sí los klingons han regresado; con una trama que en muchos aspectos recuerdan a las historias de intrigas palaciegas, algo en lo que ellos son unos ases. L’Rell está en medio de la reconstrucción del derrotado imperio y con varias de las casas no tan convencidas de que ella es la mejor para el proceso. El que Ash Tyler/Voq esté a su lado, en su forma humana, no ayuda para nada y los demás señores comienzan a tramar en su contra. La voz cantante la lleva Kol-Sha, padre del desaparecido Kol (interpretados por el mismo actor Kenneth Mitchell). La trampa está en el descubrimiento de un hijo de ambos lideres y su utilización como moneda de cambio. Su vida por el puesto de canciller.

En esta historia que corre en paralelo a la investigación de las luces rojas por el Discovery y Tilly y su fantasma, se reúnen lo mejor de estas sagas. Porque en ella los guionistas ponen en imágenes problemáticas actuales que podemos leer en nuestro acontecer cotidiano, la situación de la mujer en un puesto de poder, la subestimación de sus capacidades, Kol-Sha la acusa de ser la marioneta del híbrido Tyler/Voq, y hasta la misma increpación de este al cuestionarle como puede ocultar su maternidad… – ¿Crees que tu descubrimiento hecho hace unos momentos es algo mayor que el dolor con el que he vivido todo este tiempo? le escupe ella en medio de un enfrentamiento en el que demostrará su madera de líder, su orgullo y por qué es la indicada para lograr el resurgimiento del imperio. Ella dejará de lado sus emociones, mal que mal, sacrificando a su amado e hijo, para convertirse en la lider indiscutida, la madre de la nación. Ecos de Elizabeth I de Inglaterra y sus esponsales con la nación. “Aunque el sexo al que pertenezco se considera débil, encontrarás que soy una roca que no se dobla ante ningún viento“. Es sin lugar a dudas la mejor historia aquí narrada en contadas escenas, un juego del trono sangriento que tiene un final de película, y la intervención, por fin, de la ex-emperador Georgiou y la tan ansiada sección 31.

Por otro lado, en la Discovery de a poco se desarrolla el drama de los ángeles rojos, citados por los klingons como presagios, y que todo apunta a que sí lo sean, pero con la llegada de Amanda Grayson (madre humana de Spock y la adoptada Michael Burnham) las cosas parecen tomar otro cariz. Informada sobre los sucesos de su hijo, con internación psiquiátrica de por medio, se dirige a Burnham por ayuda. El secretismo con que se maneja su estado actual plantea varios interrogantes, más aún con la historia de que Spock podía ver los ángeles rojos desde pequeño. Curiosamente la primera vez fue cuando ella escapó de su casa. Pero ahora el problema es que ella, la madre, robó los informes médicos de su hijo. Con la intervención del capitán Pike buscarán las respuestas a preguntas que solo llevan a más interrogantes. ¿Mató Spock tres médicos al huir de la internación auto impuesta? ¿Por qué el puede ver los ángeles desde niño y por qué lo enloquecen a tal magnitud? Todavía tendremos que esperar a su entrada en la serie, porque hasta ahora es solo un fantasma, que ahora se interpone entre la madre y la hija. Truculenta y extraña es esta trama que solo sigue generando cuestionamientos.

Sylvia Tilly, por otro lado, sigue con el entrenamiento para capitán, perseguida por ese fantasma que es su desaparecida amiga May. En un vergonzoso colapso en el puente frente a su capitán y los oficiales del puente se da por vencida. Es una escena hermosa, la que comparte con su amiga Michael Burnham, porque en ella está el espíritu de que nada es extraño en este universo, todo tiene una explicación. Lagrimas, esporas y materia negra, otra vez la humanidad y la ciencia se combinan para resolver el enigma. ¿Qué es lo que May tiene que contarle y que es de vital importancia? ¿Por qué llama capitán al científico Paul Stamets? May resulta ser un hongo alojado en el pecho de Tilly, tal vez una forma de vida nueva, que ha mostrado su inteligencia, pero para qué… Quien lo sabe.

Hay que admitir que Olatunde Osunsanmi, director de este episodio, logra una puesta de profundo dramatismo en este episodio, que si puede antojarse algo acelerado, no deja de ser contada con pulso y acertadas puestas en producción de escenarios y vestuarios, como si combinara un episodio de Vikings con la ya estimada visión de ciencia ficción que esta serie propone. Es el tercer episodio de trece, falta mucho por recorrer, como la cantidad de respuestas que nos deben. Algo si es seguro, la apuesta para esta temporada en alta y esmerada en su producción. Star Trek: Discovery sigue creciendo a vista de ojos y eso es lo mejor, que en ningún momento subestima al espectador, al contrario busca maravillar con cada encuentro y para este reseñador es algo que se agradece.

Star Trek – Discovery: Point of Light

Director: Olatunde Osunsanmi

Guionistas: Andrew Colville

Reparto: Sonequa Martin-Green, Doug Jones, Anthony Rapp, Mary Wiseman, Anson Mount, Mia Kirshner, James Frain, Tig Notaro, Michelle Yeoh, Mary Chieffo, Shazad Latif.