
La ópera prima de Jeremy Saulnier está en Netflix, donde podemos apreciar el origen de la sangre, el humor y la buena mano del director con esta película chica pero muy entretenida.
Por @08Federock
A Jeremy Saulnier lo tendrán de películas que dirigió y escribió como Blue Ruin (2013), la brutal Green Room (2015) y la reciente Hold The Dark (2018). En todas tenemos interesantes tramas, lobos, música, excelente dirección y hasta algo de humor negro.
Con Murder Party (2007) comenzó la carrera de largometraje de Saulnier, en la cual entramos en la locura en que se mete el protagonista Chris cuando decide ir a una fiesta de Halloween, luego de haber encontrado la invitación aleatoria en la calle. Esto lo lleva a descubrir un grupo más hilarante y desquiciado que el de Manson, con la mentalidad de asesinarlo por generar arte. Una locura muy divertida vamos a presenciar.
El caos tiene como excusa la expresión de arte que tiene este grupo de jóvenes que secuestra al pobre Chris. Cada personaje está bien delineado, desde el callado siniestro, hasta el enamorado borracho. Como también el líder de ellos, Alexander, el cual ofrece una beca de mucho dinero a estos jóvenes desequilibrados del arte. Todos brillan en su rol, con actuaciones correctas y una cara conocida si es que vieron los posteriores films del director. Hablamos de Stacy Rock como Lexi (Blue Ruin) o Macon Blair, recipiente de un estupendo trabajo de maquillaje.
Se destaca la inteligente forma de desarrollar tramas en la película de poco presupuesto. Ante pocos recursos, la imaginación cobra mucha más importancia. En este caso las pocas locaciones, como las calles del principio filmadas de manera maravillosa, con disfraces de la gente alrededor del protagonista que se acerca a su desquiciado destino. O techos receptores de una buena persecución, o pequeños cuartos de departamentos, no son para nada desperdiciados. Especialmente el depósito de cajas abandonado donde ocurre “la fiesta”. Allí la mayor y mejor parte del film.
Allí conocemos a cada personaje, las drogas y el humor son los globos y palitos salados que coronan la fiesta. Además de tener una gran banda de sonido, como nos tiene acostumbrado Saulnier. Lo absurdo de las situaciones divierte, con ayuda de la creación de atractivos personajes y referencias a películas estupendas. Además de un maquillaje brillante, el cual se va acrecentando hasta que explota como piñata hacia el final.
Con esta película, además de pasarla bien con algunos refrescantes giros narrativos o momentos graciosos que pueden no generar risa pero sí una sonrisa, se puede aprender a cómo ser original con poco presupuesto. Desde el excelente uso de la cámara, el no desperdicio de la sangre y el gore, o el caos constituido como serpentina decorativa del film, etc.
Lo hilarante baila con lo inteligente de la película durante todo el trayecto. Desde diálogos y situaciones dignas de Reservoir Dogs de Quentin Tarantino, hasta pequeñas formas de perspicacia como el medicamento que toma el protagonista.
Con Murder Party apreciamos el séptimo arte, como los personajes querían mostrarlo. Una película que pasó desapercibida, pero merece ser vista y apreciada como esas obras de arte de antaño.
PUNTAJE: 9.5/10
TÍTULO ORIGINAL: Murder Party
AÑO: 2007.
DURACIÓN: 79 minutos.
PAÍS: Estados Unidos.
DIRECCIÓN: Jeremy Saulnier.
GUION: Jeremy Saulnier.
MÚSICA: Brooke Blair y Will Blair.
FOTOGRAFÍA: Jeremy Saulnier.
REPARTO: Chris Sharp, Kate Porterfield, Tess Porterfield Lovell, Damon Lindsay, Macon Blair, Stacy Rock, Skei Saulnier, Paul Goldblatt, William Lacey, Alex Barnett y Bill Tangradi.
PRODUCTORA: The Lab of Madness.
GÉNERO: Terror. Comedia | Comedia de terror. Cine independiente.
SINOPSIS: Un hombre recibe una invitación para asistir a una fiesta de Halloween, ignorando que ha sido organizada por un grupo de artistas asesinos que luchan por una beca.
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