El documental presentado en el Festival de Sundance en la Sección oficial de documentales a concurso presenta su primer avance.
Por @mauvais1
Si reconocen la estatua que protagoniza la imagen de portada y recuerdan donde, es la misma que decora el hall de la Academia de Artes Oscuras en la serie de Netflix, Chilling Adventures of Sabrina. De hecho un Templo Satánico con sede en Salem, Massachusetts, que pretende emprender acciones legales contra el servicio streaming por haber plagiado de la estatua de Baphomet de su templo. Esta misma organización es la que protagoniza este documental que dirige Penny Lane (The Pain of Others – 2018 y la premiada Our Nixon – 2013).
La sinopsis oficial del film cuenta; ¿Qué tipo de expresión religiosa debería estar permitida en una nación secular? Aunque nació hace apenas seis años, el denominado “Culto al Templo Satánico” ha crecido desde lo más hondo de la sociedad para convertirse en uno de los movimientos religiosos más controvertidos de la historia norteamericana reciente. Este documental centra su mirada en el crecimiento del movimiento y en las consecuencias sociales que conlleva el hecho de separar el Estado de la Iglesia.
El Templo Satánico (TST, por sus siglas en inglés) fue inaugurado en 2016 por Malcolm Jarry y Lucien Greaves que de acuerdo a los periódicos de entonces se proclamaba como una organización de activistas políticos y religiosos. Contrario a lo que cualquiera podría especular inmediatamente después de ver sus afiliaciones los artículos relacionados hablan de ella “… no promociona una religión o una creencia, sino que se rige por una ideología atea y humanista y que su misión como organismo es “fomentar la benevolencia y la empatía entre todas las personas”, “rechazar la autoridad tiránica” y “abogar por el sentido común y la justicia”.” (‘El diablo’ se muda a la ciudad de las brujas).
Quizás no debas tomarlo tan en serio (?)
Dicho esto y la controversia que pueda suscitar el documental ha sido calificado por la crítica internacional como “… el ingrediente extra inesperado es el humor, gracias a ambos sujetos irónicos y expertos de Lane, miembros del Templo Satánico (TST), dirigido por el activista-bromista en jefe Lucien Greaves (que no debe confundirse con la antigua Iglesia de Satanás) y El equipo de filmación está totalmente involucrado en la broma complicada pero también un poco seria de TST. Malvadamente divertido, fascinante y hábilmente hecho, este público complacerá en los festivales y demostrará, una vez más, que el diablo siempre tiene las mejores melodías“. Leslie Felperin – Hollywood Reporter.
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