
Distribuida en España por Filmax, Netflix estrenó, en febrero y para el resto del mundo, un film histórico basado en hechos reales, dirigido por la catalana Mar Targarona (“Secuestro”) y protagonizado por Mario Casas (“El Bar”, “Bajo la piel del lobo”, “Toro”), Alain Hernández (“Solo”, “Plan de fuga”, “8 apellidos catalanes”), Marc Rodriguez (“El crac”, “Polonia”) y Macarena Gómez (“Secuestro”, “Pieles”).
Por @Gimei18
El nazismo, como bien se sabe, fue uno de los momentos más terroríficos de la historia mundial, donde las miserias de la humanidad se vislumbraron con hechos detestables. Historias hay infinidad, con finales terriblemente tristes o felices, dependiendo en qué campo de concentración, país, pueblo, ciudad, se focalice. La lista de brutalidades que se sucedieron es inagotable. El campo de concentración de Mauthausen, Austria, también fue conocido como “el de los españoles”. Los ahí presos llevaban un triángulo azul con una S de “Spanier” en sus casacas. Cabe destacar que se calculan más de 9.000 españoles deportados a campos de concentración, luego de la Guerra Civil, y se dice sobrevivieron menos de la mitad.
Francesc Boix fue un fotógrafo, participante del Ejército Republicano en la Guerra Civil Española, que sobrevivió y logró sacar, clandestinamente, negativos de fotos que probaban las atrocidades cometidas por el régimen de Hitler. Fue el único español que testificó en Nuremberg, lo cual fue fundamental para condenar a muchos criminales.
La película cuenta la historia de Boix, un preso que trabaja en el laboratorio fotográfico del campo que, con la ayuda de un grupo de prisioneros españoles, arriesga su vida al planear la extracción del predio de unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis en el infierno del campo de concentración austríaco. Miles de negativos que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema perverso. Las fotografías que Boix y sus compañeros lograron salvar fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Núremberg en 1946.
Mario Casas demuestra, una vez más, que es un actor muy versátil y talentoso, más allá de su fama de galán. Con muy buen maquillaje y habiendo bajado varios kilos, Casas le da al personaje la fuerza de un héroe (algo extravagante e intrépido), obsesionado con acciones en cuanto a sacar las fotografías que se aproximan, y la vulnerabilidad de la víctima.
Mar Targarona dirige el film, poniendo su particular mirada sobre la 2° Guerra Mundial, dando un halo de “bondad” a los tratos dentro del campo Mauthause, lo que no hace más que volver desesperante el sufrimiento psíquico, además del físico. La narración es fluida, siendo clave las interpretaciones.
La cinta transmite la atmósfera de terror y desesperanza por la que pasaron tantos detenidos, donde no se sabe si la próxima escena será peor que la anterior. El relato es congruente con la magnitud de la historia, sin caer en el recurso del morbo fácil.
Un dato interesante: en los créditos del final, aparecen las fotos reales que tomó Francesc Boix.
Es interesante cómo se rescata la figura de este héroe desconocido para nosotros. Es un film con el uno se emociona y sufre, pero sin caer en la brutalidad de mostrar de más. Igualmente, nunca el espectador es suficientemente fuerte para ver este tipo de películas.
PUNTAJE: 8/10
Título original: El fotógrafo de Mauthausen
Año: 2018
Dirección: Mar Targarona
Guion: Roger Danès, Alfred Pérez Fargas
Reparto: Mario Casas, Richard van Weyden, Alain Hernández, Adrià Salazar, Stefan Weinert, Macarena Gómez, Frank Feys, Rubén Yuste, Eduard Buch, Efrain Anglès, Luka Peros, Igor Szpakowski, Marc Rodríguez, Joan Negrié, Roger Vilá.
Be the first to comment