
Pocos años le llevó a Stanley Kubrick en su carrera de director para revelarse como un auténtico autor, audaz y provocativo con un estilo definido y probado. Gracias a su brillante “Casta de Malditos”, el film que lo catapultó al estrellato y al reconocimiento, Kubrick concibe un genial ensayo explotando al máximo la imaginación del gran novelista Jim Thompson y su colaboración sobre la historia.
Por @Maxi_CDC83
Kubrick, en “Casta de Malditos”, perfecciona todos los arquetipos del cine negro: el mundo de la mafia, sus códigos de honor, un golpe criminal y una traición: Johnny Clay, es un ex convicto en búsqueda del último asalto de su carrera delictiva. Pretende robar la recaudación de un hipódromo, para lo cual recluta a sus cómplices mientras planea una, a priori, infalible estrategia para concretar su golpe definitivo.
Un obsesivo de la perfección, meticuloso hasta el más mínimo detalle, se ve claramente la mano de Kubrick al ambientar este film noir con una atmósfera lúgubre y oscura. Un consagrado arquitecto cinematográfico, el realizador neoyorkino construye un film que narrativamente resulta insuperable. Así, refleja la novela original de Lionel White y, mediante esta fuerza narrativa y visual, el póstumo autor de “Ojos Bien Cerrados” aborda con resonancia y contundencia el cine policial.
Sumado al innovador tratamiento y usos del tiempo para la época, Kubrick se vale de varios puntos de vista de diversos personajes sobre un hecho en común, que brindan al filme otra característica que lo enriquece, generando múltiples disparadores narrativos. El director de “El Resplandor” juega con el tiempo a su antojo ralentizándolo, acelerándolo y deteniéndolo por completo para estructurar a la perfección su relato.
Su propia dupla interpretativa, los brillantes Coleen Gray y Sterling Hayden, dan vida a sendos personajes con antagónicas motivaciones que derivan en lo variado y mixto de una trama llena de suspenso e imprevisibilidad acorde a los requerimientos del género. El espectador llega a sentir a la vez simpatía y compasión por estos delincuentes, dado que sus problemáticas son algo que no resulta extraño ni ajeno, sublimando incluso la obtención del dinero como medio delictivo a sus fines.
En cuestión de pocos años, el autor concebiría obras con «2001, Odisea del Espacio«, «La Naranja Mecánica» o «Barry Lyndon» para acrecentar el mito de una filmografía grandiosa. Aún desde sus comienzos creativos e inclusive desde la ingeniosa e hipnótica “El Beso del Asesino”, Kubrick se convierte en un especialista en reinventar ciertos recursos propios del cine noir, logrando puntos en común con la contemporánea e icónica “La Jungla de Asfalto”. Títulos de gran calibre para tiempos de oro del género policial.
TÍTULO ORIGINAL: THE KILLING
DURACIÓN: 83′
GÉNERO: SUSPENSO/POLICIAL NEGRO
AÑO DE ESTRENO: 1956
ORIGEN: ESTADOS UNIDOS
DIRECCIÓN: STANLEY KUBRICK
PROTAGONISTAS: STERLING HAYDEN, COLEEN GRAY
Después de pasar por la cárcel, Johnny Clay ha decidido dar el último golpe de su vida, el que le permita retirarse junto a su amada Fay. El plan es llevarse la recaudación de las carreras de caballos de un hipódromo. Después de una meticulosa selección de colaboradores, planea la estrategia del asalto con una precisión insospechada. Tratará de provocar un altercado en la sala de apuestas y matar al caballo favorito de la séptima carrera. Clay cuenta con la ayuda de Randy, un policía sobornado, George, el cajero de las apuestas, y Mike, barman del hipódromo. El atraco se desarrolla según lo previsto, pero los problemas se presentan con el reparto del botín.
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