
Llega a Netflix una serie de terror psicológico sobre una mujer que sobrevive a un trasplante de corazón y comienza a desarrollar diferentes rasgos de personalidad. “Chambers” se toma su tiempo reavivar algo que ya vimos latir en otras ocasiones…
Por @08Federock
Nunca habíamos visto un primer capítulo tan desalentador. La trama parece perdida, con solo una pizca de lo que la protagonista siente debido al nuevo corazón que tiene. La intriga de saber qué le sucedió a su donante se acrecenta con el paso de los episodios, pero no a una velocidad que mantenga viva a la serie.
Ella, Sasha Yazzie (Sivan Alyra Rose), es una chica común y corriente, de clase media baja, que intenta perder su virginidad con su novio. Esto le genera el ataque cardíaco debido a un virus que tiene. Recibe el transplante de corazón y tiempo después recibe la visita del padre de Becky Lefevre, la donante. Él es Ben Lefevre (Tony Goldwyn, Scandal), de esos padres siniestros que parece conmocionado pero a lo largo de la serie se comporta mucho más raro de lo que parece. También está la madre de la donante, Nancy Lefevre (Uma Thurman, Kill Bill), quien solo se muestra acongojada por lo que sufrió, sin ninguna otra capa interesante más que intentar sobrellevar lo de su hija como puede. Quizá con algo energético dando vueltas. Además tenemos al hermano de la donante, Elliot Lefevre (Nicholas Galitzine). Mientras que del lado de Sasha está el padre Big Frank Yazzie (Marcus LaVoi) con una historia indígena por detrás que une lo espiritual con la intriga que nos presentan.
La trama sobre que sucedió con la donante gana atractivo luego del cuarto episodio, al que probablemente muchas personas no lleguen por haber renunciado antes. Esto está mezclado con una estética interesante por parte de la creadora Leah Rachel, y por momentos el director Alfonso Gomez-Rejon (Me and Earl and the Dying Girl), quien dirigió 2 episodios.
Más tarde la historia presenta otros sospechosos/as que logran instalar una incógnita mínima para poder estirar la trama lo más posible. Todo se empieza agrandar, con una amiga de Sasha que la ayuda y se empieza a meter en el entramado relato, al igual que otros personajes. El capítulo 7 es el que sirve como la aorta al corazón, entregando un fluido torrente de enredos, revelaciones y entretenimiento.
El estilo empieza a tomar forma y el corazón de la serie empieza a latir con fuerza. Giros narrativos interesantes ocurren muy tarde, desgraciadamente. Con actuaciones como de la protagonista Sivan Alyra Rose, que suele ser correcta pero sin resaltar. Como también sucede con Uma Thurman, de quien más se espera, pero es quizá la que menos entrega. Las actuaciones sin lugar a duda no son el punto fuerte de esta serie. Al igual que los intentos de escalofríos o ambientes terroríficos presentados que desanimarían un poco al amante del género. No son originales ni presentan algo entretenido de ver, y están realizados con efectos ya vistos con anterioridad.
En los primeros capítulos parecen insertar escenas como traumas o visiones con tal de llenar huecos futuros en la historia. Sin embargo, hacia el final nos brinda sorpresas bastante interesantes.
Si hacemos una operación a corazón abierto, todas las venas y tejidos parecen muertos al principio. A la serie le falta vitalidad. Pero pareciera que “Chambers” empieza a realizarse RCP (Reanimación Cardiopulmonar) a sí misma y darse señales de vida.
¿Hasta para llegar a una posible segunda temporada? Habrá que esperar.
Título: Chambers
Dirección: Sydney Freeland, Alfonso Gomez-Rejon, Dana Gonzales y Geeta V. Patel.
Guion: Leah Rachel.
Música: James S. Levine.
Fotografía: Dana Gonzales.
Reparto: Uma Thurman, Tony Goldwyn, Sivan Alyra Rose, Lilliya Reid, Nicholas Galitzine, Kyanna Simone Simpson, Lilli Kay, Sarah Mezzanotte, Griffin Powell-Arcand y Marcus LaVoi.
Productora: Super Deluxe / Super Emotional. Distribuida por Netflix.
Género: Serie de TV | Thriller. Drama. Fantasía. Terror.
Después de recibir un trasplante de corazón, una joven comienza a descubrir un misterioso secreto sobre la muerte de su donante. De esta manera, forja un vínculo con Nancy, la madre de la mujer donante, para tratar de descubrir la verdad sobre lo que realmente le ocurrió a su hija, pero a medida que van saliendo más detalles a la luz, la protagonista comienza a adquirir algunas características de la difunta, algunas especialmente siniestras.
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