[OPINIÓN] Game of Thrones: A propósito de Sansa Stark y las mujeres en la fantasía medieval

Game of Thrones

Entre el pensamiento y la palabra hablada existe una fisura en la que puede penetrar la intención, el símbolo puede ser abstraído y la mentira admitida en la existencia.

Ursula K Le Guin

Por @mauvais1

Hemos leído ya varias opiniones al respecto de lo sucedido en el episodio The Last of the Starks (T8xE04) guionado por David Benioff y D.B. Weiss y dirigido por David Nutter. Y no nos referimos al tratamiento que en general está recibiendo la historia, sino más bien a la escena en el transcurso del banquete fúnebre que se lleva a cabo en Winterfell, que protagonizan Sansa y Sandor ‘El Perro’ Clegane y aquella frase dicha por ella “Sin Meñique y sin Ramsay, posiblemente habría sido un pajarillo toda mi vida“, cuando le advierte que debió escapar con él cuando se lo ofreció.

Esto suscitó una gran controversia con respecto del tratamiento que le estaban dando al personaje, muy a pesar del magnífico desarrollo que hasta entonces había tenido. Aquella frase justificaba la violencia en general y la violación, de Ramsay en particular, como un proceso que había tenido que transitar para ser quien es ahora. Seremos sinceros y sumaremos que ya en el episodio en cuestión; Unbowed, Unbent, Unbroken (T5xE06), nos había parecido una aberración, aunque distante de los horrores leídos en Danza de dragones (A Dance with Dragons) y la pobre Jeyne Poole.

Game of Thrones

La edad media

Pero mantengamos la atención en lo expresado por el personaje interpretado por Sophie Turner. En las redes, fue donde nos encontramos con una afirmación un tanto cabal, pero desdibujada que mencionaba el hecho de que la historia transcurría en una ficticia “Edad Media” y por lo tanto, y en ciertos parámetros, cuadraba a una historia de ese tipo. El medievo (476 – 1492 o 1453 con la caída del Imperio bizantino) como período supone unos 10 siglos de historia que como todo tuvo cambios y diferentes concepciones. Por lo tanto suena simplista, por demás, mencionarlo para justificar la violencia hacia la mujer. Mucha de la información que a veces se comentan ligeramente de aquel período suele provenir del cine, la TV y la literatura, que en el afán de narrar una historia interesante se toma libertades que corrompen todo tipo de cuestiones que realmente no se ajustan a las realidades históricas, más bien a las leyendas negras; el derecho de pernada, el cinturón de castidad, la persecución de brujas, etc. Y olvidamos que también fue período de la poesía trovadoresca, la creación de las Universidades, el amor cortés y la aparición del culto de la Virgen María (siglo XII) que ensalzaba al “bello sexo” como se lo llamaba. Los ejemplos sobran; Braveheart de Mel Gibson, The Lion in Winter de Anthony Harvey, Kingdom of Heaven de Ridley Scott, que deben asimilarse más como romances medievales, ficciones.

Que ellas vivieran bajo los preceptos masculinos es una obviedad, cuando es algo que aún hoy sucede. Pero también en aquellos tiempos surgieron mujeres que escribieron su parte. En la misma antigüedad encontramos a Livia Drusila esposa de Augusto, el emperador. La todo poderosa Teodora emperatriz bizantina y esposa de Justiniano I y Boudica. En la edad media, Matilde de Inglaterra, Leonor de Aquitania, la reina Asturiana llamada La Urraca, Blanca de Castilla, María de Molina, Isabel la Católica. Hasta en los aspectos culturales; Chistine de Pizan, filósofa, poeta y humanista, considerada la primera escritora profesional de la historia, que vivió entre 1364 y 1430. Mujeres poderosas en sus ámbitos que no penaron violencias extremas.

La Fantástica Edad Media

Si hablamos entonces de la fantasía que crea el autor para esta narración, alejándonos de la edad media en que se basa en formas y procesos, debemos hacer historia en la misma línea y nos encontramos con “Fuego y Sangre” (Fire and blood – George R. R. Martin – 2018), en la que se relata la historia de la conquista de Poniente por la casa Targaryen. Aquí no solo hace referencia a los personajes, sino que también a los cambios culturales que realizaron, las leyes que promulgaron y las acciones por sobre costumbres anteriores en que se pronunciaron. Junto a Aegon el Conquistador llegaron Rhaenys y Visenya, sus dos reinas. Ambas combatieron junto a él en la conquista de los siete reinos, Meria Martell la princesa de Dorne que logró vencerlos y mantener su reino independiente, Lady Toland, y por supuesto la reina Alysanne tan importante en la historia como su esposo y rey, Jaeharys. Personajes femeninos que no pasaron por eventos traumáticos para ser quienes fueron, poderosas y orgullosas.

“¿Sabías de Ramsay? Si no lo sabes, eres un idiota. Si lo sabes, eres mi enemigo”

Sansa Stark

La historia escrita por George R.R. Martin tuvo en cuenta estas cuestiones, como en las generaciones posteriores con Olenna Tyrell, Margaery Tyrell, Catelyn Tully, Ygritte, Cersei Lannister, Arianne Martell, Arya Satrk; todas ellas fuertes e independientes en muchos aspectos, que rescataban a las grandes de la historia Inglesa como Elizabeth I, Margarita Beaufort y Katherine Woodville. En definitiva no hay violación alguna en ninguna de estas historias que justifique tampoco el ambiente “Medieval” de la fantasía. Ya que en la propia historia de este universo no se vale de ella para justificar el comportamiento de ninguna de ellas.

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En la fantasía medieval, en la literatura, el cine y la Tv, se han mencionado los hábitos antes descriptos, violaciones, corrupción de la mujer y cientos de etc, como también no. La violenta y oscura Saga de Geralt de Rivia de Andrzej Sapkowski, Elantris de Brandon Sanderson, la trilogía de Patrick Rothfuss El asesino de reyes, David Eddings y sus crónicas De Belgarath y la saga Elenium, el Legendarium de J. R. R. Tolkien y la preciosa Esperanza del Venado de un controvertido Orson Scott Card. Cada una de estas historias no solo crean su propio universo físico, mapas y razas, también sus leyes, tanto físicas como espirituales.

El lugar de la mujer en tales ficciones está orquestado de acuerdo a la posición política e ideológica del autor y más aún a las necesidades de la trama. La mujer ha sido retratada como la damisela en peligro, la tentación, la guerrera silente, la reina intrigante. Tanto si es una Mary Sue (personaje ficticio en exceso idealizado y abiertamente identificable como el alter-ego del autor o del lector) como una Final Girl, término acuñado por Carol J. Clover, que refiere a la última sobreviviente en una historia (Ellen Ripley en Alien) y la única capaz de vencer al villano. Sucede que las tramas está pergeñadas por hombres en todos los casos y admitámoslo, es un condicionamiento, más allá del trato acertado o no.

Se nos ocurre también mencionar al Rape & Revenge, el subgénero de violación y venganza, nacido del cine exploitation en la década de los setentas. Recuerdo más cercano que poseemos al respecto de esta situación en la ficción de Sansa y su comentario, que irrumpe de manera desprolija en la trama del diálogo desdibujando el arco dramático del personaje, limitándolo a una acción para una reacción posterior. Y convengamos, las acciones de ella son mucho más interesantes cuando se la asocia a su experiencia con Cersei, Olenna y por qué no su madre Catelyn.

Game of Thrones

“Si voy a morir, que sea mientras aún queda algo de mí.” Sansa Stark

Dicho todo esto, creo que es simplificar demasiado el tema con aseveraciones como las antes mencionadas, la “Fantástica Edad Media”, y excluyen otras muchas posibilidades de análisis en la creación de un personaje femenino. Limitarlo a contextos históricos, ficticios o no, es también no permitir la evolución del género en que se retrata, porque el mismo cambió con los años y los escritores. Es impensado comparar la literatura de J. R. R. Tolkien y George R.R. Martin, de Robert E. Howard y Margaret Weis.

También argüiremos que esto no tira por la borda toda la evolución del personaje. De alguna manera, intentaron comprimir su historia en una frase redonda, pero falla a la hora de expresarlo. Más viniendo de una serie que tuvo tan en cuenta, desde su inicio, los decires de los personajes. En que un guionista tenía asignado un personaje para profundizar en su desarrollo a partir del material literario que luego era introducido en el marco general de la trama. Es entonces criticar el apresuramiento por el decir algo cabal y definitivo, que un pensamiento masticado y procesado por el personaje, como se hizo en temporadas anteriores. Todo esto, claro, es apenas un esbozo de algunas de las aristas que tiene el tema, rico en debate si se tiene en cuenta las muchas referencias que posee la mujer en la ficción fantástica, en su evolución. Pero a grandes rasgos es posible decir que no hay fantasía que no pueda cambiar, medieval o no, que logre retratar el momento histórico en que esta es creada. “La ciencia ficción es una inmensa metáfora” supo decir Ursula K. Le Guin, pues la fantasía bien podría serlo también.

Acerca de Marco Guillén 4326 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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