
Love Actually es una comedia romántica británica de 2003 escrita y dirigida por Richard Curtis. Está ambientada en la ciudad de Londres durante los dos meses previos a la Navidad y entrelaza una serie de historias peculiares y conmovedoras que concluyen en una, pero con muchos puntos clave, Nochebuena.
Por @lupebaldoni
Mientras que el nuevo primer ministro británico (Hugh Grant) se enamora de una miembro del personal de servicio de la residencia oficial (Martine McCutcheon), un escritor (Colin Firth) descubre que su novia (Sienna Guillory) le es infiel con su propio hermano y se marcha hasta Francia, donde conoce a su nueva asistente (Lúcia Moniz).
Una mujer felizmente casada (Emma Thompson) empieza a sospechar que su marido (Alan Rickman) le es infiel con su secretaria (Heike Makatsch), dos stands-in de actores porno (Martin Freeman y Joanna Page) entablan una relación muy especial. Mientras una recién casada (Keira Knightley) necesita la ayuda de un amigo (Andrew Lincoln) de su marido, un padrastro viudo (Liam Neeson) decide ayudar a su hijastro de 11 años Sam (Thomas Brodie-Sangster) a conquistar a la chica más popular de su colegio, Johanna (Olivia Olson).
Al mismo tiempo, una ejecutiva (Laura Linney) decide dar el primer paso con otro compañero de trabajo del que lleva tiempo enamorada (Rodrigo Santoro), un viejo rockero (Bill Nighy) prepara su reaparición final de una forma muy peculiar y un joven británico (Kris Marshall) decide viajar a Estados Unidos para conocer a cuantas más mujeres mejor.
Diciembre, sin dudas, es el mes más festivo del año y quizás también el más nostálgico. En época de balances de fin de año y recetas familiares, nada mejor que un buen clásico que sabemos que no va a defraudar.
Y para los más románticos, sin dudas Love Actually es la mejor opción. Les contamos el por qué del éxito de esta entretenida comedia romántica.
Empezamos por la impresionante elección del elenco, tal fue el éxito de esta película que casi 20 años después seguimos recordando a los queridos personajes de esta entrega y, claro está, tiene que ver con las actuaciones precisas que se desarrollaron: Keira Knightley, Hugh Grant, Liam Neeson, Colin Firth, Alan Rickman, Bill Nighy, Emma Thompson y hasta la participación de Claudia Schiffer, le dan vida a estos personajes que buscan encontrar el sentido de sus vidas, cada uno a su manera, con distintos valores, distinta historia e incluso distintas formas de vivirla, pero todos con un único destino: el amor.
Lo bueno de esta exitosa comedia es que no habla de un único amor, ni de una única forma de verlo, sino que habla de diferentes formas de vivir, de sentir y elegir el amor. Una trama que tiene lugar para todos los gustos: el desamor, la infidelidad, el primer amor, e incluso el amor que parece imposible pero quizás no lo es tanto.
Todos estos dramas, se entrelazan para hacernos vivir un sinfín de emociones, y al menos una de ellas nos hará sentir identificados. Es que lo que la hace ser absolutamente encantadora es que son historias que ya se nos habían contado infinitas veces, pero lo embellecedor de éstas es que son contadas con tanta gracia y simpatía, que se nos hacen irresistibles.
Una combinación perfecta de actores que demuestran todo su talento dando vida de forma exacta a cada personaje, agregándoles pequeños detalles que harán la diferencia y nos explican el por qué de su historia, por qué se encuentran donde están. De hecho otro detalle a destacar, es que es la única película que ha sumado a tantos actores británicos de renombre interactuando y relacionándose en la misma trama.
Agregado a esto, una banda sonora inolvidable (la música original de la película fue compuesta, orquestada y llevada a cabo por Craig Armstrong, y el álbum con la música de la película estuvo en el Top 40 de los Billboard 200 en Estados Unidos) y un poco de calidez navideña, hacen de esta película un clásico de las comedias románticas, que no pasa de moda y cuyo humor, ácido por momentos, se mantiene intacto. Una película que se puede disfrutar sin percibir el paso del tiempo, que funciona de manera muy eficaz.
Hay algo en Love Actually que no deja de maravillarnos: puede tener que ver con cómo se desarrolla con tal liviandad, que parece que todo se va resolviendo sin que nos demos cuenta, y con la frescura e inocencia que hay en cada momento. De hecho la escena de apertura donde se muestran reencuentros en un aeropuerto británico es totalmente auténtica: los productores captaron escenas reales del lugar para combinarlas en lo que se convirtió en una de las partes más dulces y espontáneas de la película.
Así es que esta joya navideña, repleta de escenas inolvidables que varias generaciones guardan en su memoria, sigue siendo una elegida de cada año. A casi 20 años de su estreno, sin ningún tinte de óxido en su humor e interpretaciones, sigue siendo tan inagotable como única. Si no la vieron, prepárense para reír y llorar, ya que sin dudas el destino de alguno de los personajes nos dejará con la sensación de que, al menos en Navidad, todo es quizás un poco más posible.
Be the first to comment