
En medio de la cuarentena nos dimos un paseo por la película turca del momento. Quedamos sorprendidos, y no gratamente.
Por @santiagufranco
Es entendible por qué en estos tiempos una película como Milagro en la celda 7 viene teniendo tanto éxito de audiencia en la plataforma masiva de streaming. Es una historia por breves momentos entrañable, con personajes que generan empatía a pesar de sus debilidades narrativas. Este remake turco de una película surcoreana estrenada en el 2013 se conserva desde hace varias semanas en el top 10 de películas más vistas en Netflix.
Nos cuenta la historia de Memo, un hombre con trastorno del espectro autista, quien es acusado de un crimen que no cometió, el asesinato de una niña, y se enfrenta a la pena capital en tiempos en los que Turquía lo consideraba legal. Su entrada en prisión deja con enorme tristeza a su pequeña hija Ova, quien no entiende completamente lo que está pasando. Memo adentro tendrá que enfrentarse a la incomprensión de sus dificultades para comunicarse mientras afuera hay un testigo de los hechos que puede ser de vital importancia para su futuro.
La película en sus premisas iniciales posee los greatest hits de los dramas en reclusorios como The Green Mile o The Shawshank Redemption en el que alguien rechazado por sus particularidades vive experiencias traumáticas dentro de ellos. Pero esta película está bastante lejos de las mencionadas tanto en guión como en la creación de atmósferas adecuadas para su desarrollo.
Lo primero es que es una cinta llena de buenas intenciones que no logran concretarse en su ejecución pues se ven interrumpidas por escenas fragmentarias que pretenden llenar de nuevas capas la historia basadas en los personajes secundarios. El problema de ello es que cuando se abren de manera paralela varios arcos es difícil conseguir un cierre efectivo de la historia en su conjunto. Es por esto, y quizás también por el montaje final, que sentimos artificialidad en la evolución que varios de ellos tienen, cambios de actitudes combinadas con escenas forzadas y con muy poca naturalidad. Si a esto le añadimos el truco ya conocido de añadir música melancólica en escenas con alto nivel de dramatismo, no podemos obviar el detalle de estar viendo una madeja compuesta por clichés y algunas buenas propuestas que se quedan a medias.
Y es una pena porque la película parece tener un buen director de fotografía, alguien que pretende entregarnos un estilo visual sofisticado; pero el ensamble final propuesto por el director de la película se amolda más a un melodrama blando y facilista que a un repaso de las emociones humanas ante la adversidad.
Otro problema de la historia es el villano de turno, que más parece el de un cómic que el de una película con pretensiones de realismo. A ello le agregamos su poca aparición durante el metraje por lo que se siente una ausencia de profundidad en la confrontación del personaje principal con sus desavenencias que tratan de ser suplidas por sus compañeros de celda en una escena de violencia poco arriesgada y simplista.
Justamente las partes más interesantes de la película no tienen que ver con la relación entre este hombre y su hija sino con esos compañeros. Hay una escena bien lograda en el que uno de ellos toca un instrumento de cuerda llamado baglamá mientras la cámara va recorriendo las caras de los prisioneros, en el que sentimos cierto hálito de camaradería entre ellos y nos volvemos a lamentar por las interesantes premisas con las que el director contó pero no aprovechó en su más interesante dimensión. El guión siembra en exceso y siega muy poco.
De su desenlace se puede decir que es inesperado y deja en el espectador una sensación de conclusión con las emociones a flor de piel que por supuesto reciben la ayuda efectista de cámara lenta, música y lágrimas. A veces se dice que quienes vemos falencias en las películas es porque no deseamos disfrutarlas. En esta ocasión y hasta casi los títulos finales ustedes tampoco disfrutarán con Milagro en la celda 7; llorarán con ella, y es evidente que para eso fue hecha.
PUNTAJE: 4/10
Título: Milagro en la celda 7 (7. Yedinci Kogustaki Mucize – 2019)
Dirección: Mehmet Ada Öztekin
Guion: Özge Efendioglu, Kubilay Tat
Reparto: Aras Bulut Iynemli, Nisa Sofiya Aksongur, Deniz Baysal, Celile Toyon Uysal, Ilker Aksum
Un hombre con discapacidad intelectual es injustamente encarcelado por la muerte de una niña, y debe demostrar su inocencia para poder estar de nuevo con su hija.
Be the first to comment