
Por @joacods
Eraserhead fue el debut de David Lynch como director de largometrajes y es también una de las películas más interesantes de toda su filmografía. Estrenada en 1977, con Jack Nance como protagonista, uno de los más asiduos colaboradores en la carrera de Lynch (con papeles en Twin Peaks y en Lost Highway, por ejemplo), la película sigue a Henry Spencer, un excéntrico hombre que se desplaza en una ciudad fabril y que se encuentra de repente con la noticia inesperada de su paternidad y que de aquí en más, nadará entre un surrealismo envidiable desplegado por el director en donde la realidad y los sueños (muchos de ellos, pesadillas) se entremezclan en un combo audiovisual terrorífico.
Cualquiera que esté familiarizado con la filmografía de David Lynch puede encontrar en esta película una declaración de principios de 89’, tanto de manera estética como narrativa, que funciona de antesala premonitoria para todo lo que Lynch crearía en materia cinematográfica de ahí en más. La película se encuentra filmada en blanco y negro y está no solo dirigida por Lynch, sino escrita, producida y editada por él mismo.
“Eraserhead” se traduce al español como “cabeza borradora”, término que cobra sentido no sólo por lo que sucede en una de las oníricas escenas de la película sino por el estado general en que se encuentra Henry. Atormentado por pesadillas y por temores profundos de su propia psiquis, que cobran vida luego de lo que es una de las escenas de cine más bizarras e inolvidables que alguien haya podido filmar (la cena con los padres de su novia Mary), el surrealismo de Lynch se luce en pasajes en los que el protagonista se funde en el sueño, interpelando así constantemente al espectador, obligándolo a preguntarse qué es lo que está sucediendo, qué es real y qué no y si todo lo que ocurre en la pantalla tiene algún sentido. Lynch no es un tipo que suele dar explicaciones de lo que sucede en sus películas y Eraserhead no es una excepción.
David Lynch es un artista completo: desde la pintura, pasando por la escritura y la música, hasta su vasta experiencia como cineasta. Es necesario tener en cuenta esto, en tanto uno de los rasgos más sobresalientes de la película es su diseño de sonido, también a cargo del multifacético creador, en colaboración con otro diseñador de sonido, Alan Splet (ganador de un oscar por su labor en “The Black Stallion” en 1979). Su acercamiento al diseño sonoro en este film se desarrolla como un trabajo cuidado al detalle, cada sonido, cada complejo sonoro que logran nos sitúa en tiempo y espacio, aunque muchas veces no sepamos exactamente en qué lugar nos encontramos. El universo principal de Eraserhead es el de una ciudad industrial, aquí el diseño de sonido juega una pieza fundamental: la función de situarnos en ese ambiente acuciante de fábricas. Y es interesante pensar esto ya que en Eraserhead se puede notar claramente algo muchas veces esquivado por otros cineastas: utilizar el sonido como elemento narrador, en complemento junto a la imagen.
En este sentido, el particular gemido logrado para la criatura que queda a cargo de Henry, su aparente progenitor, se posiciona entre lo terrorífico y lo cotidianamente humano, un sonido que perseguirá a cualquier espectador del film días después de vista la película.
Esta explotación argumentativa del diseño de sonido nos lleva en muchos pasajes de la película, como en la mencionada escena de la cena familiar, directamente a otro aspecto particular de la misma: la evocación de las fantasmáticas más arraigadas de Henry (muchas de las cuales también lo son del propio Lynch, y del ser humano en general), tanto desde el diseño sonoro como de la literalidad de las imágenes, que incluyen desde deformidades a seres extrañamente semejantes a espermatozoides gigantes. El terror a convertirse en padre, la fascinación y ¿la repulsión? por el sexo, la incertidumbre sobre Dios… hay tantas pulsiones ocultas como capas en Eraserhead, que pueden leerse y, de hecho, han sido leídas desde tantos ángulos que sería injusto e imposible querer mencionarlas todas.
Eraserhead se encuentra justificadamente conservada por el Registro Nacional de Cine en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. por ser considerada de “importancia cultural, histórica o estética” y es una opción más que interesante de cine de horror experimental para conocer un poco más a uno de los tipos más talentosos que nos dio las últimas décadas del arte mundial.
Título original: Eraserhead
Año: 1977
Duración: 89 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: David Lynch.
Guion: Lawrence D. Cohen, Paul Monash (Novela: Stephen King).
Reparto: Jack Nance, Charlotte Stewart, Allen Joseph, Jeanne Bates.
Productora: American Film Institute.
Sinopsis: Henry Spencer, un joven deprimido y asustadizo, sufre desde pequeño unas extrañas pesadillas de las que intenta liberarse a través de su imaginación. Cuando Henry es invitado a cenar a casa de su amiga Mary, se entera de que ha sido padre de un bebe.
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