
La nueva apuesta de acción desenfrenada de Netflix plantea sencillamente un caos cinematográfico que no encuentra salvación posible.
Por @joacods
Debemos aclarar que el término “caos cinematográfico“, que esta publicación se toma la libertad de acuñar, decididamente tiene en este caso un significado negativo. Los últimos días del crimen es, a secas, una pérdida de tiempo. Dos horas y media que nadie se compromete a devolver. La película de Olivier Megaton tiene como protagonista a Bricke (Édgar Ramírez, de aclamada actuación por The Assassination of Gianni Versace) que, junto a Kevin Cash (Michael Pitt, con roles en The Dreamers y Boardwalk Empire) y Shelby Dupree (Anna Brewster, quien aparece escuetamente en Star Wars: The Force Awakens), nos presentan un mundo plagado de crimen y en el que el gobierno de los EE. UU. ha logrado crear una señal que, según prometen, evitará mágicamente cualquier tipo de acción delictiva en toda la población. Los tres se unen para causar un último gran golpe y así quedar en la historia del crimen (¿?).
Parece interesante entonces, ante semejante desastre, ordenar las múltiples fallas que se superponen durante toda la película. Para empezar, nos introduce a una premisa que, si bien carece de originalidad, podría generar un argumento lineal convencional, fácil de entender, para lograr una historia accesible, algo que suele ser típico del cine de acción. Sin embargo, parece contener inherentemente el deseo de autodestruirse. El protagonista se queda sin motivación en los primeros veinte minutos de película y la base del film aparece entonces, hueca: no hay una razón clara por la que Bricke se decida a meterse en negocios con el otro gran desperdiciado del film, Michael Pitt. Un actor que ha tenido mejores días y que termina poniéndose en la piel de una suerte de gángster fracasado y totalmente olvidable. Ni hablar del incentivo del personaje de Pitt que es literalmente mencionado por él mismo cuando el plan está a punto de ponerse en marcha… La integrante restante del trío es otro claro ejemplo de lo flojo de la trama, un personaje totalmente sexualizado y del que no sabemos absolutamente nada, a excepción de un problema que se revela hacia la mitad del film y que – sorpresa – se encuentra explotado de la peor manera. No culpemos al guionista, el guion es tan malo como todo el resto. Que nadie se engañe, todos son partícipes de este desastre. La dirección parece estar ausente en el 90% del relato, recordemos, de las DOS HORAS Y MEDIA de película. Las actuaciones son una peor que la otra y nadie se salva: desde el hombre que interpreta al policía que le exige unas cuatrocientas veces a Shelby explicaciones acerca de lo que está ocurriendo mientras le apunta con su arma, hasta el propio Ramírez, que está a punto de morirse prácticamente durante toda la última hora de la historia.
Otro gran protagonista, aunque no de carne y hueso, es el famoso recurso de la explosión a gran escala, tan querido por gran parte de la corriente estadounidense actual. Desde el primer momento tiene más tiempo en pantalla que cualquier otro actor y contribuye a terminar de cavar la tumba de un film totalmente prescindible. Y es que ni siquiera en esa etiqueta funciona la película, ni siquiera pasa como una mala película comercial de acción yankee. Así de nefasta es.
Y como si fuera poco, para terminar de rematar la situación, el estreno de Los últimos días del crimen y la brutalidad policial que viene incluida en ella, coincide con las terribles imágenes reales de violencia a cargo de la fuerza policial estadounidense en las protestas por el asesinato de George Floyd.
Al momento de finalizar esta nota, la película ocupaba el puesto n° 6 de las producciones más vistas de Netflix en Argentina. Contrariamente, forma parte del selecto grupo de largometrajes que mantienen un 0% en el famoso sitio de crítica cinematográfica Rotten Tomatoes. Las dos caras de esta moneda convierten así al film en cuestión en un paradigma de la realidad que se presenta en el público argentino: una parte importante sigue inclinándose por este tipo de cine. Lamentablemente estas producciones donde todo explota porque sí y en las cuales todo es más que olvidable sigue en los escalones más altos de preferencia y por lo tanto, seguirá siendo parte importante de las pantallas nacionales, ya sean de los cines o de nuestras casas.
PUNTAJE: 1/10
Título original: The Last Days of American Crime
Año: 2020.
Duración: 148 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: Olivier Megaton.
Guion: Karl Gajdusek (Novela gráfica: Rick Remender).
Música: The Limiñanas, David Menke.
Fotografía: Daniel Aranyo.
Reparto: Edgar Ramirez, Michael Pitt, Sharlto Copley, Anna Brewster, Jay Anstey, Inge Beckmann, Sean Michael, Tamer Burjaq, Robert Hobbs, Daniel Fox, Carel Nel, Nathan Lynn.
Productora: Radical Studios / Mandalay Pictures. Distribuida por Netflix.
Género: Acción. Thriller | Crimen.
En un futuro no muy lejano, el Gobierno de los Estados Unidos planea activar una señal para detener todo comportamiento delictivo. Un ladrón se suma a un plan para dar el último golpe que pasará a la historia.
Be the first to comment