[REVIEW] El Diablo a Todas Horas: Crímenes y Pecados

Netflix estrena un nuevo largometraje original con elenco multiestelar, temáticas complejas y un magnetismo visual que nos tendrán al filo del asiento durante sus 140 minutos de duración.

Por @martog23

Resulta muy difícil definir a The Devil All the Time porque aglutina demasiados elementos, situaciones, géneros y personajes extravagantes en la historia que pretende contar. El film adapta la novela homónima de Donald Roy Pollock, que además oficia como narrador omnisciente de la cinta que pretende sumergirse en la norteamérica rural del medio oeste durante los años post Segunda Guerra Mundial y atravesando varias generaciones posteriores hasta mediados de los años ’60. El drama rural con tintes religiosos va mutando hacia el thriller policial mezclando historias de líderes religiosos manchados, asesinos seriales, corrupción entre tantas otras yerbas.

El largometraje se presenta como un relato coral que va trazando el azar o destino de diversos personajes que se entrecruzan dos pequeñas ciudades de Estados Unidos. Una es Coal Creek en West Virginia y la otra Knockemstiff, Ohio. Dos ciudades que en los ’50 se encontraban a más de 10 horas en auto pero que extrañamente los individuos de ambas localizaciones terminaban uniendo en más de un aspecto o situación.

Willard Russell (Bill Skarsgård) vuelve a su pueblo natal tras haber servido al ejército de su país en la guerra. De camino a Coal Creek, para en Meade, Ohio y allí se enamora de Charlotte, una mesera (Haley Bennett) de un pequeño Bar. En el mismo bar y casi simultáneamente se conocen Sandy, otra de las camareras, (Riley Keough) y Carl (Jason Clark), que terminan comprendiendo una pareja bastante peculiar que comenzará, espontáneamente, un camino criminal.

Mientras tanto Russell vuelve a su pueblo natal y aunque su tía intenta emparejarlo con Helen (Mia Wasikowska) una muchacha con una tremenda devoción cristiana, el decide volver en busca de Charlotte mientras que Helen termina enamorándose del excéntrico predicador Roy Lafferty (Harry Melling). Todo parece idílico en torno a estas parejas tan peculiares como disímiles, pero sus caminos no estarán exentos de conflictos, tormentos, violencia, fe y redención en las dos décadas venideras.

Estos relatos corales suelen ser bastante atractivos pero conflictivos de confeccionar. No obstante, el director Antonio Campos (Christine, After School), sabe perfectamente cómo llevar adelante la trama y la narración con un relato que pese algunas falencias (quizás la forma en la que están llevadas algunas subtramas y la temporalidad no lineal) y giros previsibles logra mantener la atención del espectador durante sus 140 minutos de duración.

Por momentos, puede sentirse extensa la cinta, pero no es otra cosa más que el tiempo necesario para desarrollar todas las subtramas y personajes que forman parte de la obra. El casting es más que perfecto y presenta a bastantes más “jugadores” que los mencionados arriba ya que, la historia es más compleja y extensa de lo que se puede apreciar en la breve sinopsis argumental antes descrita. Tom Holland, Sebastian Stan y Robert Pattinson serán tres personajes esenciales que se introducirán luego de la segunda mitad del relato y que serán pieza angular para la unión de las historias.

Como bien reza el título, el opus de Campos nos habla sobre la maldad, los abusos (de todo tipo, sexuales, de poder, etc.) de ciertos líderes religiosos, la corrupción en pequeños poblados y cierta oscuridad que ronda en lo profundo del ámbito rural. Una historia que pasa por diversos tonos acorde a los delirios místicos que tienen los devotos de la fe e impulsados por una maldad evidenciada en ciertos aspectos de las pequeñas comunidades que bien le hacen honor a la frase “Pueblo chico, infierno grande”.

Probablemente, todo esto también quede acentuado gracias a la majestuosa fotografía de Lol Crawley (Vox Lux, The Childhood of a Leader) contribuyendo a crear esa atmósfera densa y amenazante que se cierne sobre los personajes de forma implacable tal como el destino y las consecuencias de sus actos.

El Diablo a Todas Horas es un relato irregular en cuanto a manejo de las subtramas y su enfoque narrativo. Por momentos parece que no sabe bien qué camino tomar, pero cuando lo logra es implacable y seductor. Una película con un elenco increíble y con la visión de un director que parece haber recobrado su rumbo tras un breve paso por la pantalla chica (dirigiendo capítulos de The Sinner y The Punisher). Una propuesta diferente y magnética desde lo visual, lo sonoro y lo profundo de sus tan diversas temáticas.

PUNTAJE: 7.5/10


Título: El diablo a todas horas (The Devil All the Time – 2020)

Dirección: Antonio Campos

Guion: Antonio Campos, Paulo Campos (Novela: Donald Roy Pollock)

Reparto: Robert Pattinson, Tom Holland, Bill Skarsgård, Mia Wasikowska, Jason Clarke, Sebastian Stan, Riley Keough, Haley Bennett, Mia Goth, Eliza Scanlen, Tracy Letts, Gregory Kelly, Gabriel Ebert, Emma Coulter

Productora

Distribuida por NetflixBorderLine Films, Ninestory Pictures

Desesperado por salvar a su mujer, Willard Russell convierte sus oraciones en un sacrificio. Las acciones de Russel llevan a su hijo Arvin a pasar de ser un niño que sufre abusos en el instituto a convertirse en un hombre que sabe cuándo y cómo ha de pasar a la acción. Los acontecimientos que se dan lugar en Knockemstiff (Ohio) desatan una tormenta de fe, violencia y redención que se desarrolla a lo largo de dos décadas.

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