
En HBO está disponible la serie británica que interpela a todos, sin pedir permiso. Una historia basada en hechos reales que atraviesa el alma e invita a reflexionar. Escrita, dirigida y protagonizada por Michaela Coel, narra la historia de una escritora que no puede recordar lo que ocurrió la noche en la que fue atacada sexualmente.
Por @Gimei18
El movimiento #MeToo ha visibilizado los abusos y agresiones sexuales que viven las mujeres todo el tiempo, y cada vez son más las series y películas que lo llevan a sus tramas. El consentimiento como la piedra fundacional de cualquier tipo de relación es lo que se intenta defender. Ya otras grandes mujeres de la TV han tratado temáticas femeninas de una forma distinta, como Shonda Rhimes, Lena Dunham, Issa Rae o Michaela Coel, la creadora, guionista, directora y protagonista de I May Destroy You, una serie tan poderosa como bella.
Ya en la reciente “Unbelievable”, se cuestionaba a la víctima de abuso sexual por denunciar al atacante, por sentirse retraída o, por el contrario, verse fuerte como un roble, luego de una agresión de esta índole. Muchas personas creen que la denuncia es falsa sólo porque la víctima no se mostró sufriendo, o porque lo denunció después de años. I May Destroy You cuenta con 12 episodios de 30 minutos cada uno, un drama crudo y brutal, una ficción autobiográfica con una vulnerabilidad que desconcierta.
La serie presenta un tono único, nada parecido a algo que hayamos visto previamente en televisión. Además de seguir con la trama central, en cada capítulo se muestra un caso de violación o violencia de una manera bastante particular. Algunas veces se muestra de una forma más directa, otras más sutil, haciéndonos replantear aquellas prácticas o situaciones que podemos tener naturalizadas o vistas en varias oportunidades y que en realidad dan cuenta de una violencia detrás. Muchas de ellas juegan al límite, son ambiguas o confusas.
Tres años después del final de “Chewing Gum”, que la lanzó a la fama, Michaela Coel regresa tocando temas de lo más diversos, con la violación como columna vertebral; explora diferentes relaciones y experiencias sexuales, como también el interior de la industria literaria, el costo-beneficio de tener redes sociales, entre otras cuestiones. Más que la historia de una mujer violada, cuenta los esfuerzos de una chica para sobreponerse a semejante situación.
La historia se inspira libremente en las propias experiencias de Coel, quien contó en el Festival de Edimburgo de 2018 que un ejecutivo del canal Channel 4 intentó agredirla sexualmente mientras estaba escribiendo la segunda temporada de “Chewing gum” (por el que ganó un BAFTA). Nunca recibió apoyo de los directivos del canal.
Arabella es una joven que transformó sus tweets en un libro y que ahora está intentando escribir una segunda novela. Para aumentar su inspiración, una noche va a un bar con amigos y, al otro día, a través de flashes bastantes confusos, se da cuenta de que la drogaron y la violaron.
En la reunión con sus editores, en la mañana siguiente, vemos que algo anda mal. Ella está golpeada, con el celular roto y más distraída de lo normal, como si estuviera bajo el efecto de alucinógenos. Al llegar a casa, nuevamente, toca la perilla de la puerta y se encuentra con un recuerdo vago: alguien está sobre ella, jadeando.
A partir de ahí, crece esta alucinante historia sobre Arabella, sobre su dolor, pero también sobre su resiliencia para seguir, para saber qué le pasó, junto a la compañía fiel de sus amigos.
Coel realiza un gran trabajo actoral, manejando distintos registros y plasmando perfectamente la confusión de Arabella que, por momentos, intenta seguir con su vida, por otros se da cuenta de que no puede. Y, si bien ella es la protagonista indiscutida, sus mejores amigos, Terry (Weruche Opia) y Kwame (Paapa Essiedu), quienes también transitan por situaciones grises y complejas, logran excelentes interpretaciones, apoyando a su amiga, al mismo tiempo que tienen que lidiar con sus propias vivencias.
A pesar de que los capítulos son de corta duración, algo que fomenta a la maratón, los tópicos que toca son tan profundos que generan incomodidad o angustia, así que es recomendable verla de forma más pausada para poder ir reflexionando al respecto. Es una comedia de humor negro sobre enfrentarse a abusos sexual, es así: tiene muchísimo drama, pero también toques de humor.
Es una serie necesaria, con un guion brillante y mucho que decir. El final es confuso (y no se habló de una continuación), pero puede tener distintas interpretaciones según quién lo mire. Además, sorprende por la normalización de temas tabú (aún hoy en día) como la menstruación, el sexo explícito entre hombres, los abortos y la sexualidad de chicas trans. El show educa, contextualiza para que se puedan plantear ciertos temas que uno después los pueda decantar tranquilo, cuando la televisión se apaga. Busca crear en el espectador una reflexión sobre sus propias conductas y vivencias sexuales.
En síntesis, I May Destroy You es una historia poderosa, que interpela a quien la mire. Hace que uno se coloque en el lugar de los distintos personajes y, sobre todo, invita a reflexionar sobre situaciones cotidianas que tenemos naturalizadas y que, en realidad, esconden una violencia que desconocemos (como que el hombre se quite el preservativo en medio del acto sexual sin avisar a su partenaire). Una historia muy necesaria en estos días.
Título: I May Destroy You
Dirección: Michaela Coel
Guion: Michaela Coel
Reparto: Michaela Coel, Weruche Opia, Paapa Essiedu, Aml Ameen, Sarah Niles, Ann Akin, Harriet Webb, Ellie James, Franc Ashman, Karan Gill, Natalie Walter
Arabella Essiuedu (Michaela Coel) es una joven escritora fácilmente distraída, descomprometida y despreocupada que, tras escribir un exitoso texto que atrajo mucha atención en internet, se encuentra proclamada como la ‘voz de su generación’. Ahora cuenta con un agente, un contrato literario y una inmensa presión. Después de ser agredida sexualmente en un club nocturno, su vida cambia irreversiblemente y Arabella se ve obligada a reevaluar todo: su carrera, sus amigos, y hasta su familia. Mientras Arabella lucha por aceptar lo que sucedió, también comienza un viaje de autodescubrimiento.
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