![[REVIEW] The Crown - Temporada 4](https://i0.wp.com/cuatrobastardos.com/wp-content/uploads/2020/11/TheCrown_401_Unit_03784.jpg?resize=678%2C381&ssl=1)
Review sin spoilers de la cuarta temporada de la serie creada por Peter Morgan que Netflix estrena el 15 de noviembre.
Por @mauvais1
Hace ya un año escribía sobre la tercera temporada de esta serie creada por Peter Morgan, acentuando el atento, aunque a veces mórbido, cariño con que encaraba a sus diferentes personajes y el equilibrio que esta mantenía para dar en una misma escena con lo aborrecible y cándido que sus personajes podían llegar a ser.
Las tres Damas del Reino
El cambio generacional, que particularmente a mí me pareció el elemento aglutinador de la tercera temporada, aquí, aunque en menor medida, se continúa. No solo por la aparición de uno de los personajes en que más tinta se ha invertido en la Inglaterra de décadas pasadas, Lady Diana Spencer, sino también porque interfieren los drásticos sucesos históricos como el IRA, la guerra de Malvinas y, claro, el gobierno de la primera ministra Margaret Thatcher, que marcó toda una era con su ya histórico “thatcherismo”. La nación pasó cambios abruptos, de esos que dan comienzo a nuevos capítulos en los libros, y en la vida, nada menos, de los protagonistas de la casa real inglesa.
Es notable cómo la narración es enmarcada dentro un momento histórico en particular para desarrollar un instante íntimo de los personajes. En “Know what this is about?” (T04xE1), se muestra a la soberana en sus galas militares saludando al desfile de efectivos, mientras dan comienzo los tumultuosos años de Irlanda y su grupo armado y paramilitar IRA Provisional en la década de 1970. O la llegada de Diana a la vida de Carlos, que se resuelve manera brillante cuando es narrada a la par de la cacería de un ciervo macho de gran cornamenta, que llaman imperial. El acertado equilibrio construye un universo que por alguna razón se comprende predestinado, y presupone la reacción a una acción no siempre correspondida en una historia que comprende las décadas de 1970 y 1980, hasta la salida de Thatcher del poder (1990).
La misma Diana de Gales, Lady Di o princesa del pueblo, es un ejemplo cabal del cambio de clima, bien interpretado por Emma Corrin. Una vuelta de página en los procesos sociales, en las aspiraciones que tanto alimentó Margaret Thatcher y su política liberal. Ciertamente, el retrato que aquí se postula, intenta de varias maneras humanizar a quien históricamente se conoció como la Dama de Hierro, una formidable Gillian Anderson que rehace al personaje desde una gelidez y dureza que no son más que algunas de las características de una mujer con convicciones, que realmente cree tener la solución a los problemas. El duro cruce que ella, siendo conservadora en sus inicios, sostiene con la herencia de clases en la política, la confrontación con la reina, y su propia batalla con mismas circunstancias pero diferentes resultados, son de los mejores momentos de la historia, porque apunta aún con más morbo a ese tiempo que parece detenido en los salones de Buckingham.
De igual manera, el retrato de la pareja de los príncipes Carlos (Josh O’Connor) y Diana Spencer (Emma Corrin), más allá del efectivo y, por qué no, irónico comienzo de la historia, en la que se conocen como si de Romeo y Julieta en la fiesta se tratara, trazan una realidad dual entre la percepción del cuento de hadas, muchas veces enunciado, y la sombría realidad que los acompañó.
El Heredero y la Herencia
Ellas, las herencias, son otro de los vehículos de la temporada sin lugar a dudas. El legado emocional y educacional de una generación que rompe pero que no reconstruye, que se ve imposibilitada de redefinir. Criaturas construidas por el acervo, memorias ajenas de un mundo que, no saben, se ha vuelto arcaico, y justo por eso, destructivo. Ciertamente The Crown es un vívido museo de rencores, amores truncos y mucha prosapia, pero a la vez no un barco fantasma con viejos personajes de dramas Isabelinos, lo que crea una interesante perspectiva. La brillante, no cabe otro epíteto, Olivia Colman con su Reina Isabel, captura las etapas y advierte los cambios, aunque a golpes y porrazos, y desarrolla un sentimiento de época, de re-orden de sensibilidades.
Más allá de lo que podamos acarrear como bagaje de sus historias, por periódicos y libros dedicados a sus vidas, estos personajes resultan una visión fresca y estimulante con respecto a sus realidades. La serie es, sin lugar a dudas, la propuesta que más estima ha tenido de la plataforma, viendo la fabulosa producción con que es narrada, la dirección de sus episodios, la fotografía de sus escenas. El detalle en la construcción de estas y los montajes paralelos entre un personaje y la macro historia que nos tomaría mucho, mucho más de lo escrito aquí, es otra de sus eficaces características para enmarcar la narración. El velo de novia sobre un rostro cabizbajo y de ojos cerrados como si de una mortaja se tratara, el marco de las puertas y la penumbra reinante. En lo que sería la brillante boda soñada, Diana parece lista para tumba.
Una historia estimulante. Un elegante melodrama palaciego de módico repaso histórico. Un producto para entretener que no subestima al espectador con cierres didácticos o moralina edificante. Vuelven a nosotros las imágenes de la tercera temporada y el príncipe Felipe (Tobias Menzies) intentando filmar un documental de la familia en aras de acercarla al común, de presentarla como una más del Reino Unido, y su estrepitoso fracaso al no comprender, aunque ya lo sabe, que no lo son, que la familia real inglesa, con su milenario pasado (siempre vivo y a cuestas), es todo menos una más del montón. Ese es el retrato, el planteo que hace interesante a la serie. La reacción de los estirados y casi olvidados, en sus formas, elementos de la realeza británica.
A nuestro parecer, esta cuarta temporada es mucho más estimulante y sugestiva que las anteriores, que ya eran de apreciar; y eso se debe, sin dudas, a que esta vez la casa de Windsor debe lidiar con el cambio dentro de sus propias filas.
Netflix estrena la cuarta temporada de “The Crown” el 15 de noviembre. Esta review se escribió habiendo visto el total de episodios (10) de esta temporada.
Título: The Crown
Peter Morgan (Creador)
Dirección: Benjamin Caron
Guion: Peter Morgan
Reparto: Olivia Colman, Helena Bonham Carter, Gillian Anderson, Emma Corrin, Tobias Menzies, Josh O’Connor, Erin Doherty, Emerald Fennell, Freddie Fox, Colin Blyth
Productora: Netflix, Left Bank Pictures, Sony Pictures Television International
Hacia el final de la década de 1970, la reina Isabel (Olivia Colman) y su familia se empiezan a preocupar por la línea de sucesión. Para ello deberán encontrar a una novia apropiada para el príncipe Carlos (Josh O’Connor), que sigue soltero a los 30 años. Mientras la nación comienza a sentir el impacto de las políticas de la primera ministra Margaret Thatcher (Gillian Anderson), la primera mujer en ocupar este puesto, la relación tensa entre ella y la reina empeora significativamente cuando Thatcher lleva al país a la guerra por las Islas Malvinas, lo que genera un conflicto. Mientras el romance de Carlos con la joven lady Diana Spencer (Emma Corrin) ofrece el cuento de hadas perfecto para mantener unido al pueblo británico, puertas adentro del palacio, la familia real está cada vez más dividida.
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