
El film original de Netflix es un drama paranormal que no tiene nada de terror, como había sido anunciado. Amanda Seyfried encabeza el elenco del film con que Shari Springer Berman y Robert Pulcini retornan a la dirección de una película, adaptando la novela de Elizabeth Brundage.
Por @Gimei18
Luego de seis años alejados de la realización de películas, Shari Springer Berman y Robert Pulcini retornan a la dirección compartida con su versión fílmica de “La apariencia de las cosas”, la galardonada novela publicada por Elizabeth Brundage en 2016. Alejándose de las comedias que ya los caracterizaban como, “American Splendor” (2003) o “Diario de una niñera” (2007) para hacer algo completamente distinto.
“En La apariencia de las cosas”, Catherine y George son una joven pareja que se muda junto a su hija a un pueblo rural del Valle de Hudson, al norte del estado de Nueva York, ya que George consigue allí un puesto de profesor en una universidad privada. De ahí, la trama lleva al espectador a algún tiempo atrás, cuando George y su esposa celebran el cumpleaños de su pequeña hija Franny, en su departamento en Manhattan. Un cambio de vida al que pronto se suman raros acontecimientos (¿paranormales?) que empiezan a surgir en la casa, como una lámpara que se enciende y apaga, o un piano que se toca solo. Y que se combinan con la soledad que siente Catherine.
La mayor tensión se alcanza en las escenas con los tormentos de Catherine y George Claire, interpretados apropiadamente por Amanda Seyfried y James Norton, y no tanto por los ingredientes paranormales. Así que se agradece la participación de estos protagonistas. El resto del reparto con F. Murray Abraham, Karen Allen, Rhea Seehorn y Natalia Dyer es correcto, no mucho más.
Realmente, desconozco si la novela es mejor, ya que no la he leído, pero por las críticas literarias que encontré, lo tildan de una buena mezcla entre el noir y terror gótico. La película confirma la eficacia de Springer Berman y Pulcini como realizadores acostumbrados a trasladar novelas al cine, aunque hubiese sido maravilloso que además de cumplir con la premisa, hubiese sido buena. No es un film de terror sobrenatural, sino apenas un melodrama con toques de thriller que, lamentablemente, se queda a medio camino de demasiadas cosas.
El personaje interpretado por Seyfried tiene cierta complejidad no explorada como su trastorno bulímico y otros detalles sobre los que se pasa por arriba. También es una buena idea la conexión fantasmal en la que los espíritus pueden convertirse en ángeles de la guarda más que en demonios. Sin embargo, queda una sensación deprimente en esa repetición constante de los hechos del pasado y los miedos del presente. Visualmente es atractiva, el problema está en su ritmo anodino durante sus dos horas sin concretar qué tipo de película quiere ser. Sobran, de forma exagerada, las tramas secundarias como los romances extramaritales lo que la hace más lenta aún.
La apariencia de las cosas no es una mala película, al menos en aspectos técnicos y actuaciones. El vestuario y los decorados nos transportan a principios de los años 80, de manera correcta. La música y sonido son buenos, aunque no consiguen crear la perniciosa atmósfera que pedía esta historia. El visionado no llega a ser disfrutable ya que da la impresión de que se podía haber hecho mucho mejor con el material del que disponían.
LA HISTORIA OFICIAL
Fue en 1982, cuando Cathleen Krauseneck fue hallada muerta en su cama, con un hacha incrustada en la cabeza. Su hija de tres años había permanecido en la casa durante varias horas con el cadáver, antes de que el esposo de la mujer, llamado James Krauseneck, supuestamente regresara del trabajo para descubrir la espantosa escena.
Elizabeth Brundage reconoció que usó los elementos principales del asesinato para escribir su novela. Cuando se publicó el libro, en 2016, no se habían producido arrestos por este crimen. Sin embargo, tres años después, Krauseneck, quien actualmente tiene 67 años, fue imputado por asesinato en segundo grado. El comienzo del juicio está programado para junio próximo.
Según informó el diario The News Tribune, lo que convenció a las autoridades de que el marido de la víctima sería el autor del crimen es que “no se encontró ADN de nadie más dentro de la casa familiar”. Krauseneck fue liberado tras pagar una fianza de 100.000 dólares. Y fue acompañado por su hija Sara a la última audiencia en la Corte, donde se le ordenó entregar su pasaporte para evitar su fuga.
Brundage reveló que la película de Netflix tiene componentes de su novela y que ambas mantienen similitudes con el femicidio de 1982 y las personas involucradas. Por ejemplo, en la historia real, James mintió sobre haber terminado su doctorado, primero a sus jefes de la Universidad de Virginia; y, más tarde, a los de la Eastman Kodak Company, en Rochester. Esto fue descubierto por su esposa y generó un conflicto familiar. Mientras que, en la producción de Netflix, George Clare es profesor de Historia del Arte en el ficticio Saginaw College, y también esconde un secreto.
A su vez, en el film la pareja se muda a una casa que encierra oscuros misterios. Y, en el caso de la familia Krauseneck, hay informes que indican que los anteriores habitantes de esa vivienda murieron por intoxicación accidental con monóxido de carbono, tras haber dejado el motor de un automóvil encendido en el garaje. Todo muy raro alrededor del caso. ¿Actividad paranormal o sólo violencia familiar y coincidencias?
Puntaje: 5,5/10
Título: La apariencia de las cosas (Things Heard & Seen – 2021)
Dirección: Shari Springer Berman, Robert Pulcini
Guion: Shari Springer Berman, Robert Pulcini. Novela: Elizabeth Brundage
Reparto: Amanda Seyfried, James Norton, Karen Allen, F. Murray Abraham, Natalia Dyer, Rhea Seehorn, Alex Neustaedter, Jack Gore, Olivia Boreham-Wing, Kelcy Griffin, Emily Dorsch, Cotter Smith, Ana Sophia Heger
Una pareja de Manhattan se muda a una aldea histórica en el valle del Hudson y acaba descubriendo que su matrimonio oculta una siniestra oscuridad que rivaliza con la historia de su nuevo hogar.
Be the first to comment