
En una era donde todo pasa por lo que vemos a través de una pantalla, el creador de la serie de HBO “We Are Who We Are” explora lo que significa el pasaje por la adolescencia: la identidad, las amistades, el descubrimiento sexual y el primer amor.
Por @RoochiiCesped
Con un grupo de adolescentes como protagonistas, Luca Guadagnino -director de Call Me By Your Name (2017) y Suspiria (2018)– se la jugó esta vez con una miniserie. Ambientada en una porción de Estados Unidos en un pueblito de Italia, el director y guionista italiano nos habla del autodescubrimiento, la juventud y la diversidad.
La producción de 2020 tiene como personajes principales a Fraser Wilson (Jack Dylan Grazer) y a Caitlin (Jordan Kristine Seamón), quienes se conocen en una base militar estadounidense donde trabajan sus padres. En el caso de Fraser -un jovencillo rubio e interesado en la moda-, su mamá es nombrada la nueva coronel del ejército de Estados Unidos. En cambio, del lado de Caitlin, su padre es teniente coronel del ejército. Ambos personajes empiezan a conocerse y autoconocerse.
Como sucede con Call Me By Your Name, la fotografía cumple un papel importante en el curso de la obra. En ambas producciones, Guadagnino se esmera en mostrarnos los paisajes y ambientes donde se desarrollan los personajes. La diferenciación entre la “cultura” norteamericana detrás de las paredes de la base militar y las expresiones europeas, junto con los edificios italianos, es muy clara. Así como, el recurso del conocimiento del idioma inglés y del italiano: la fusión de ambas lenguas en los diálogos nos sumerge en la trama.
Que Guadagnino trate temas vinculados a la juventud no es algo nuevo (lo hizo en también en su película de 2018, con las vivencias de Elio). Muy lejos -a kilómetros si hiciera falta aclarar- está de ridiculizar los problemas y crisis que puede atravesar un joven estos días. Cada una de las historias que se cuentan en Somos Quienes Somos están relacionadas entre sí y están engarzadas por temas que nos atraviesan a nosotros mismos, los espectadores. No rebaja las actitudes de los jóvenes y las reduce como “comportamientos rebeldes”, sino que los trata con delicadeza y como seres humanos.
Estas historias, que están acompañadas con un guion yankee-europeo, están bien contadas y profundizadas debido a las actuaciones que encarnan en cada personaje. En el caso de Fraser -que es el mismo niñito de It y Shazam– con su conducta (desde su forma de hablar, hasta la manera en que camina) logra mostrarnos a un adolescente en plena etapa de descubrimiento personal. Y lo mismo sucede con Caitlin y los otros personajes: cada uno con su esencia, pero a la vez en esa etapa de encontrarse y reencontrarse a ellos mismos.
Si bien la miniserie se centra en un grupo de jóvenes, los adultos también tienen su minuto de fama. Esto se ve, principalmente, con la madre de Fraser. Ella se enfrenta a los comportamientos y comentarios machistas que se desarrollan en el ejército. Guadagnino, desde un primer momento, mostró las constantes críticas ante cualquier decisión de la coronel. Aquel “derecho de piso”, el director italiano le sumó “el ser mujer” y, no podía ser peor, “una mujer con más autoridad”.
Una de ellas palabra que describiría el ritmo de la serie es “tranquilidad”. Esto se debe a que el director no corre por contarnos lo que pasa. Se toma su tiempo para desentramar cada suceso. Las tomas de los amaneceres y atardeceres italianos, junto con la parte yankee (más relacionada al consumo) nos provocan una calma capaz de seguir la narrativa propuesta por Guadagnino y esperar aquello que los personajes nos quieren contar.
Siguiendo en esa línea, otra característica está vinculada a la sensación que nos va dejando a medida que transcurren los 8 capítulos. Con un desenlace imaginable pero inesperado en la realidad, un sabor amargo, pero a la vez dulce, se nos va formando en la boca. En cada episodio, nos vamos formando -los protagonistas y público- una visión de los personajes. Esta visión está adornada y construida en base a las acciones de cada uno y hasta de cómo se ven y visten. Y esto es un poco de lo que nos quiso hablar el director mediante esta serie: el prejuzgar.
Desde un primer momento, tenemos distintos pensamientos sobre Fraser y sus amigos. Pero no somos los únicos, ellos mismos tienen esas autopercepciones de cómo son y cómo tienen que actuar. We Are Who We Are juega con ese temprano juicio a los demás, un juicio que en algunos casos puede ser erróneo. La obra de Guadagnino nos aplasta en la cara eso y nos apela al cuestionamiento, hasta la llegada de un baldazo de agua fría que nos despierta.
Concluyendo, la miniserie es eso: una discusión sobre los modos de juzgar a las personas que nos rodean. Así como, entender que los seres humanos -sí, los adolescentes también- sufren. Luca Guadagnino intenta recuperar, mediante las relaciones entre jóvenes y aventuras por fuera de las exigencias de sus padres, cómo es el viaje por aquello que llamamos adolescencia.
Título: We Are Who We Are (2020)
Dirección: Luca Guadagnino.
Guion: Sean Conway, Paolo Giordano, Luca Guadagnino, Francesca Manieri.
Reparto: Jack Dylan Grazer, Jordan Kristine Seamon, Alice Braga, Chloë Sevigny, Faith Alabi, Scott Mescudi, Corey Knight, Benjamin L. Taylor II, Tom Mercier, Spence Moore II, Sebastiano Pigazzi, Francesca Scorsese, Jared McNeill.
Dos adolescentes estadounidenses alcanzan la mayoría de edad mientras viven en una base militar estadounidense en Italia.
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