
Mientras intenta liberar a su hermana de las garras de Fahai, Xiao Qing acaba en una ciudad distópica y conoce a un misterioso hombre que no recuerda su pasado.
Por @mauvais1
Del casi inabarcable acerbo de personajes mitológicos y fantásticos, de las leyendas y mitos chinos, la historia de la Serpiente blanca y su compañera la Serpiente Verde es una de las más conocidas. Se la reconoce como uno de los cuatro grandes cuentos populares chinos y se la posiciona junto a otros personajes como Sun Wukong, el Rey Mono, por dar un ejemplo práctico.
La leyenda ha sido adaptada a través de la historia en tanto medio como uno se pueda imaginar, también siendo inspiración de otras tantas historias Xianxia, género que bien podría valer una “Alta Fantasía” occidental, coronada claro de mucho de la mitología y religión china.
Desde el film animado de 1958 dirigido por Taiji Yabushita hasta The Sorcerer and the White Snake (2011) con Jet Li, ha habido una adaptación cinematográfica para cada generación. Hasta para televidentes como es la de 2019 protagonizada por Jingyi Ju y que dirigió Yimo An. La leyenda no envejece, al contrario, en cada nueva reposición parecen hallarle un nuevo acercamiento al corpus de la misma. Como cine de acción y fantasía, una revuelta Wuxia y Xianxia, donde los protagonistas libran una batalla contra quienes osan separarlos. Una fantasía romántica sobre el amor entre opuestos y peculiares criaturas mágicas y humanas. Sobre la humanidad misma y sus miserias, su encuentro con lo maravilloso.
Hay también una historia de amor entre ellas, las hermanas de la leyenda, la Serpiente blanca y su compañera la Serpiente Verde, una de redención para el atribulado monje que las persigue, que lucha con demonios acallando los propios. El amor redime, y después del amor hay iluminación, el paso siguiente, suele decir, es ser capaz de dejar ir, de reconstruirse como ser individualmente espiritual después de amar con pasión y sin descanso.
La primera entrega 白蛇: 缘起 (Bai She: Yuan Qi), que se traduce como La Serpiente Blanca: El Origen, dirigida por Amp Wong y Zhao Ji Ping (Nezha Reborn), hacía una repaso de la leyenda de la titular, de su amor por Xu Xuan -un cazador de serpientes- y el largo periplo que ambos transitaban para contenerlo y hacerlo crecer. Las intervenciones de otros personajes eran solo para atestiguar algo que no todos estaban dispuestos a creer, el amor lo vence todo, aún entre demonios y humanos, aún a pesar de las propias corrupciones de espíritu.
Y entonces llega su secuela 白蛇 2: 青蛇 劫 起 (Bai She 2: Qing She Jie Qi), o La Serpiente Blanca 2: La Serpiente Verde, titulada en Netflix como La Serpiente Verde, dirigida por Amp Wong y producida por Light Chaser Animation Studios (New Gods: Nezha Reborn). Y si nos detenemos en ella es porque creímos que tendría un parecido en cuanto a tema y fondo que su anterior entrega. Esta vez con Xiaoxi Tang (Verta) como protagonista de su propio camino de redención. Algo así como un coming of age espiritual, la resolución o perdición de su trabajo de iluminación por culpa de una historia de la que nunca fue realmente protagonista. La historia de la serpiente verde, es de caída y liberación aquí, aunque no de superación.
Es extraño, pero a lo largo del relato, el personaje no es capaz de razonar su condena, desarrollar su esencia y claramente el género trata sobre eso, sobre el cultivar a través de las vivencias el alma para ser capaz de trascender lo ordinario y hacerse uno con la… el nirvana. Usualmente estas historias tienen como protagonistas a héroes que deben redescubrir su humanidad para por fin dejarla atrás. Abnegados y desprendidos suelen terminar siendo, algo más que simples dioses o mortales.
Aquí la historia es sobre la obsesión, la obstinación del alma que no es idónea al momento de desprenderse, de lo que sea, amor, vida. Y vaga sin descanso como un fantasma cargado de dolor y furia. Serpiente verde erra en un infierno particular para estas criaturas, sea humano o demonio, queriendo volver a salvar a su amiga y hermana, tanto así que no es capaz de reconocer nada más. En dos horas y cuarto asistimos a un film de acción pero también uno oscuro y desalentador, sorpresivamente, que lamentablemente no son capaces sostener hasta el final. Extraño porque parecía que la idea era hablar sobre la perdición, lo inagotable que es horror de no superar. Y sin embargo al final, solo dejan que esa criatura no mute, no venza su envilecimiento y obtenga igual lo que desea.
Más allá de todo eso, esta entrega vuelve a sorprender con su estética, los esplendidos fondos y la fluida animación. Bai She 2: Qing She Jie Qi AKA La Serpiente Verde dará al espectador un espectáculo entretenido, aunque por momento no sepa sostener el drama y decante por un acelerado juego de carreras hacia alguna parte, y aún así se lee entre sus líneas, fluidas, un drama triste sobre la perdida y la voluntad de seguir adelante.
Título: La Serpiente Verde (Bai She 2: Qing She Jie Qi)
Dirección: Amp Wong
Guion: Damao
Animación
Productora: Light Chaser Animation
Mientras intenta liberar a su hermana de las garras de Fahai, Xiao Qing acaba en una ciudad distópica y conoce a un misterioso hombre que no recuerda su pasado.
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