[REVIEW] The Tragedy of Macbeth

Una nueva adaptación del clásico shakesperiano por Joel Coen. Hablemos de “La tragedia de Macbeth”, protagonizada por Denzel Washington y Frances McDormand.

Por @mauvais1

“(…) En Shakespeare, los personajes se desarrollan más que se despliegan, y se desarrollan porque se conciben de nuevo a sí mismos. A veces esto sucede porque se escuchan hablar, a sí mismos o mutuamente”, narra el crítico y teórico literario Harold Bloom al inicio de su Shakespeare: The Invention of the Human (1999). Algo que se ha convertido casi en un mandamiento cada vez que el lector se adentra en las obras del bardo inglés. Una especie de faro guía como también una obviedad cuando se trata de personajes como Macbeth o, por qué no, el Rey Lear.

Criaturas que no solo conversan consigo mismos, sino que además ven pasar ante sus ojos la transformación de sus espíritus, el renacimiento de sus ansias y terrores cuando los eventos tuercen sus designios. En cada adaptación que hemos presenciado de la obra los hemos oído farfullar en soledades, increpar a otros y transmutar a medida que entienden su lugar en el juego dado. Mencionar cada adaptación de Macbeth o The Tragedy of Macbeth nos llevaría varias páginas, tiempo, y una larga discusión sobre el espíritu con que fue imbuido por el director y guionista/adaptador al momento de abordarlas, aunque sí serán rápidamente rememoradas las de Orson Welles, Roman Polanski, la soporífera de Justin Kurzel o la tan mentada de Akira Kurosawa.

Pero la que nos reúne aquí es la nueva versión que ha escrito y dirigido Joel Coen, sin Ethan esta vez. Una que, más allá de las particularidades técnicas con que es abordada, el aspect ratio, el blanco y negro, la escenificación casi teatral, los primeros planos que beben de Carl Theodor Dreyer o la puesta de Sergei M. Eisenstein, tiene un concepto completamente distinto sobre la secuencia de eventos y sobre sus protagonistas, en un juego cíclico fascinante que hacia el final no dejará de evocar a El séptimo sello (1957) de Ingmar Bergman.

Todos recordarán, y quienes no conozcan la obra sabrán, que Macbeth es un formidable guerrero y señor escocés al servicio del rey Duncan, que luego de una batalla crucial se encuentra, junto a Banquo, a un trio de brujas que vaticinan su ascensión a thane de Cawdor para luego ser llamado rey de Escocia. Este es el puntapié que da inicio al drama del noble Macbeth y su esposa Lady Macbeth, la ascensión de su nobleza  y la caída de sus corrompidas almas, cuyas funestas acciones se amontonan su alrededor y deja de sentir el apremio de sus traiciones.

Entre los personajes que rodean a este par, se encuentra el trio de brujas que una y otra vez darán voz a las profecías que alimentan sus ambiciones y que serán oídas como consejeros en sus pesadillescos desvaríos. Ambos son atormentados por los demonios que a si mismos se crean con su traiciones e intrigas. La obra es la decadencia del espíritu, la lucha de este con el remordimiento a causa de sus acciones por la ambición desmedida, la culpa y la traición.

Joel Coen pretende en su puesta una concepción casi irreal de la historia, como si por momentos estuviéramos presenciando el relato de un mito donde se ha fraguado lo arquetípico hasta olvidar lo mínimo y vulgar de sus componentes. La blancura sempiterna, aún de noche, las líneas que se recortan con sombras gruesas y pesadas, las oscuras pero pulidas cavidades, todo da a entender algo intangible, editado. Y de esto no están exentos los personajes, que parecen haber sido despojados sin sutilezas de sus humanidades terrenas. No hay mugre o sangre o sudor.

Ángulos y más ángulos en las construcciones, en el vestuario de Lady Macbeth, en los puntos de vista de la historia que se narra. La brujas, interpretadas por la magnifica Kathryn Hunter, y Ross, de Alex Hassell, son los protagonistas disimulados de una trama que, más allá de abordar las ideas antes mencionadas como la ambición y traición, se asienta en el destino o el “fatum” irreversible. El juego trata sobre lo que está escrito para los protagonistas, y sobre cómo estas criaturas, en parte místicas y en parte humanas, los empujan sin miramientos.

Aquí Macbeth y su esposa son solo peones de un juego superior que los arrolla y los excita, demandándoles acciones. Los personajes susurran sus cuitas, algún que otro grito en medio de un horror, y se mueven al compás de una canción que se les canta sin parar. Aquí se habla de una maldición, un purgatorio donde los residentes solo se repiten en sus roles una y otra vez.

El mismo Ross, sacado ahora de su sitio original de comparsa en la obra, es una intrigante criatura que solo aparece cuando una atrocidad está a punto de cometerse. Es un espíritu que anuncia terrores, el cortesano taimado y también un hacedor de destinos. Hacia el final, en el rescate de Fleance (Lucas Barker) y el vuelo atronador de esa inmensa bandada de cuervos, parece sugerir la culminación del ciclo fantasmal de esta almas en pena que vuelan oscureciendo el sol. Quién sabe si, cuando este se oculte, no regresarán para repetir sus hazañas, y así hasta el infinito.

Una susurrada reconstrucción, una adaptación purificada hasta el exceso y una lectura interesante sobre estos personajes. The Tragedy of Macbeth es un ejercicio que logra algo distinto donde, a pesar de contar con estrellas de la talla de Denzel Washington y Frances McDormand, la que realmente se luce es la magnifica interpretación de Kathryn Hunter y esa abstracción que el director y guionista da a la historia, donde lo humano no es más que un juego perverso de estos dioses paganos que son las brujas y el enigmático Ross.


Título: The Tragedy of Macbeth

Guion y Dirección: Joel Coen.

ObraWilliam Shakespeare.

Música: Carter Burwell.

Fotografía: Bruno Delbonnel.

Reparto: Denzel Washington, Frances McDormand, Alex Hassell, Corey Hawkins, Bertie Carvel, Brendan Gleeson, Miles Anderson, Kathryn Hunter, Harry Melling, Matt Helm, Moses Ingram, Ralph Ineson, Stephen Root, Brian Thompson, Scott Subiono, Lucas Barker, Sean Patrick Thomas.

Productora: A24, IAC Films.

DistribuidoraA24, Apple TV+.

Denzel Washington y Frances McDormand protagonizan la audaz y feroz adaptación de Joel Coen; una historia de asesinato, locura, ambición y astucia colérica.

Acerca de Marco Guillén 4274 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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