
La cacería ha dado comienzo, y hallar al asesino serial es cuestión de tiempo, en más de un sentido de percibirlo.
Por @mauvais1
La memoria fragmentada. El ataque asesino que casi le cuesta la vida la ha convertido no solo en un paria de su propia existencia, como si deambulara en un abstraído mundo paralelo; también en una pasajera de una fraccionada existencia de la que no posee una memoria completa. La historia de Kirby retrata de manera contundente el trauma que una víctima carga al haber sobrevivido el horror. En Shining Girls, la persecución de un asesino es mucho más que seguir las pistas que estos psicópatas dejan como firmas de sus aberrantes hechos, es una reconstrucción de las historias de sus victimas que se entrelazan hasta formar un prisma, una multifacética narración que trasciende el tiempo, que lo enreda y complejiza.
Basada en la novela de Lauren Beukes (uno de esos pesos pesados del género ciencia ficción actuales) del mismo nombre y creada por Silka Luisa (The Wilding, Strange Angel), este thriller dramático es sobre todo una puesta visual de los padecimientos de una victima, una mujer (en este caso) que sobrevive al ataque de un asesino y los trastornos que el estrés postraumático provoca en ella. El género una vez más como hilo conductor de una realidad cruel, marco de sentimientos y razonamientos casi imposibles de visualizar sin capturarlos como una pesadilla surrealista.
Pero volvamos, Kirby Mazrachi (Elisabeth Moss) lleva un diario de los hechos cotidianos que cualquier otro guarda en su memoria a corto plazo; dirección y departamento donde vive, donde trabaja, en que sitio guarda sus llaves, si su mascota es un gato o perro y hasta quien es su marido o madre. Día tras día llena páginas con apuntes que la anclan a su existencia como si esta se fuera a desmaterializar de un momento a otro. Porque ese es el catalizador que hará que el espectador se interese en su historia, el cambio constate, mínimo y superficial, hasta los profundos y complejos. Todo esto sucede desde hace años, tantos como su memoria le permite razonar y a la vez desde hace seis, cuando fue brutalmente atacada.
Es 1992, una joven aparece muerta, con las mismas características que su ataque, y entonces se convence que es el mismo hombre. Escondida en los archivos del periódico en el que trabaja esta aterrada periodista, comenzará a hacer su propia investigación, iniciándola por las notas de Dan Velázquez, un colega de redacción. Pronto ambos se enredarán en esta enrevesada trama de asesinos seriales, de muertes espantosas y la extraordinaria idea de que él, el atacante, se mueve a través de algo más que los barrios de la ciudad o comunidades vecinas.
Contar más sería estropear el propio viaje del espectador, pero de seguro entenderá que este no es solo un thriller de “Serial Killers”, de historias de victimas y sobrevivientes, de casos sin resolver o “Cold Cases”. También es una reinterpretación de la mente de las victimas, de sus traumas, los agujeros que dejan en la existencia esas experiencias extremas. Una vez más, Elisabeth Moss muestra sus capacidades actorales, con la vulnerabilidad de Cecilia Kass en The Invisible Man (2020) y la resiliencia de June Osborne en The Handmaid’s Tale. Es claro que sus trabajos, los últimos por lo menos, han tenido a las victimas femeninas como protagonistas y que a la actriz le queda bastante para narrar desde sus perspectivas.
Seguramente el espectador recordará a El efecto mariposa (The Butterfly Effect – 2004) o por qué no a Proyecto Almanac (Project Almanac – 2015), por dar algunos indicios, pero el enfoque es la novedad como también el que, en un comienzo, es un confuso desarrollo de los eventos. El tiempo es la clave en más de una capa y determina no solo la urgencia con que debe enfrentarse la falta de este, también lo que crea en desfavor de los protagonistas.
Los personajes son solo un rejunte de gente rota, partida por sus miserias, congestionadas de horrores propios, de circunstancias adversas, muchas de ellas creadas por ellos mismos, otras por la oscuridad que enfrentan en ese asesino que siempre va un paso adelante. Hablábamos de la recurrencia en los personajes que últimamente ha interpretado Elisabeth Moss y aquí no es la excepción; y es lo interesante porque habla sobre otro tipo de héroe. Uno nacido de la desesperación, de la adversidad más abyecta y atormentada. Personajes que ni siquiera son antihéroes, más bien pobres diablos, mujeres, empojadas por las circunstancias, las peores y las que vulnerabilizan hasta la médula. Aquí más que empoderamiento, que lo hay, es sobrevivencia. No es heroísmo en definitiva, es puro coraje, ira y sed de ajuste.
Si tienen la posibilidad de ver Shining Girls, no la pierdan, y sean pacientes, que la recompensa es mayor que la perplejidad que sentirán al inicio, en los primeros episodios. Como viene haciendo con la estupenda Severance (2021-) y Servant (2019-), Apple TV+ tiene entre manos otro de sus mejores materiales.
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Esta review se escribió con habiendo visto los primeros cuatro episodios de los ocho que conforman la temporada que se estrena el 29 de abril.
Título: Shining Girls
Creadora: Silka Luisa.
Dirección: Michelle MacLaren, Elisabeth Moss, Daina Reid.
Guion: Silka Luisa. Novela: Lauren Beukes.
Reparto: Elisabeth Moss, Wagner Moura, Phillipa Soo, Amy Brenneman, Jamie Bell, Christopher Denham, Deanna Reed-Foster, Marc Grapey, Chris Chalk.
Kirby Mazrachi es una archivista de periódicos de Chicago cuyo sueño de convertirse en periodista quedó en suspenso tras sobrevivir a un brutal ataque que la dejó habitando una realidad incierta. Cuando Kirby se entera de que un asesinato reciente está relacionado con su asalto, se une al veterano y atormentado reportero Dan Velazquez para intentar descubrir la identidad de su atacante. A medida que se dan cuenta de que varios casos sin resolver están inextricablemente vinculados, la realidad borrosa de Kirby y sus traumas personales permiten que su agresor permanezca siempre un paso por delante de ellos.
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