[REVIEW] Chainsaw Man

El anime más esperado del año cumplió con creces las expectativas, y la historia de Denji y Pochita nos brindó la propuesta narrativa más arriesgada del 2022. 

Por @nahuutwm

Hacia finales de 2020 se anunciaba la adaptación animada de Chainsaw Man, manga escrito y dibujado por Tatsuki Fujimoto, autor que ya tenía cierto nombre destacado dentro de los amantes del manga por su obra Fire Punch. Sin embargo, no sería hasta la llegada de Chainsaw Man que la fama de este autor explotaría por completo.

La historia trata sobre Denji, un adolescente que carga con las inmensas deudas de su padre y que sobrevive como puede para saldarlas, ya sea vendiendo sus órganos o haciendo todo tipo de trabajos mal pagados, con el único objetivo de algún día poder comer un trozo de pan untado en mermelada, acostarse con una mujer y llevar una vida normal. Su única compañía es Pochita, un demonio motosierra que es el primer y único amigo que ha tenido en su vida y quien le ayuda a realizar estos encargos. La vida de Denji toma un cambio drástico cuándo, tras un trágico accidente que conlleva la muerte de su querido amigo, es reclutado por Makima para convertirse en un Devil Hunter a cargo del gobierno. Si bien a partir de este momento la serie parece tomar el camino usual de los shōnen de peleas, donde el protagonista deberá alzarse para ser el mejor de una organización, acompañado de un grupo de otros dos miembros con cualidades y personalidades dispares, todo cambia cuando rápidamente entendemos que lo único que le interesa a Denji es llevar una vida normal bajo el mantra del hedonismo.

A Denji no le interesa que lo utilicen, ni tampoco si está en el bando de los buenos o de los malos, como bien dice en el capítulo 10: “Solo estoy aquí para vivir una vida normal y estaré del lado que me trate mejor”. Tenemos un protagonista que no le interesa ni aparenta tener emociones como la bondad o el amor. Incluso ante muertes de compañeros cercanos, a él no le afecta en lo más mínimo mientras pueda conservar su estilo de vida. Denji solo quiere cumplir sus deseos egoístas y la serie, lejos de crucificarlo por esto… lo justifica.

En un universo de series como One Piece o Naruto, que se estructuran bajo ideales y valores morales del heroísmo y la bondad que son recompensadas, en Chainsaw Man lo que tenemos es una sátira total de este típico arquetipo shōnen. Similar a One Punch Man, quien se burlaba del arquetipo del héroe, aquí lo que tenemos es un completo desorden y caos del mundo del héroe, empezando por la ausencia total de este.

Cuando a Denji se lo trata de egoísta, que se toma la vida sin seriedad o como si fuera un niño, este vuelve a revalorizar su lugar alegando que quizás su sueño no sea el más sano, puro e ideal, pero que es tan válido como cualquier otro. Denji no quiere ser un héroe, no le interesa salvar a las personas y el mundo, simplemente quiere vivir esa vida que siempre se le negó. Por esto mismo, la serie hace tanto hincapié en esos momentos mundanos como la comida, el baño y los quehaceres domésticos, porque eso es lo que nuestro protagonista desea proteger. Si antes comparábamos a Chainsaw Man con One Punch Man, tenemos que resaltar que Denji se posiciona en el sitio completamente opuesto a Saitama. Mientras uno quiere volver a sentir emociones fuertes, dignas del héroe más fuerte de todos los tiempos, el otro simplemente quiere dormir en los pechos de una mujer después de darse una cena de lujo. Ambos construyen una sátira pero desde intenciones opuestas. 

Otro de los puntos más fuertes de Chainsaw Man es su comedia. La serie no se toma en serio a sí misma y no teme matar personajes, desactivar posibles situaciones “épicas” o destruir situaciones dramáticas con un personaje golpeando en los testículos a otro, la decapitación repentina de personajes protagónicos o destruir de la forma más asquerosa posible el primer beso del protagonista. Todos estos puntos convierten a esta en una serie digna de recibir el premio de “anime del año”.

Si bien podríamos hablar de personajes como Power o Aki, compañeros que completan el trio protagónico junto a Denji, aún no han tenido las situaciones ni el desarrollo necesario para brillar en una serie que, podría decirse, recién comienza (la serie adaptó 39 capítulos del manga en 12 del anime). Es cierto que Aki es interesante tanto por su relación con Himeno, su mentora, y por cómo su capa de seriedad contrasta con la de Power y Denji. Es el único cuerdo en un mundo de locos, pero sospechamos (sin haber leído el manga) que el principal atractivo de este personaje será su pronta degeneración y caída a la locura, como se puede sospechar por aquel acto empático del último capítulo, el cual no revelaremos.

Tampoco creemos que merezca mucho la pena detenerse en el diseño de los demonios y en el factor narrativo que suponen las posesiones y los contratos entre demonios y Devil Hunters, ya que esto podrá apreciarse mucho más viendo la serie. Donde sí nos queremos detener es para mencionar brevemente el apartado visual porque existían ciertos temores cuando salieron los primeros avances de la adaptación animada. Se podía vislumbrar cierto uso de la animación 3D y el estudio de animación MAPPA no tiene un gran historial en este apartado, teniendo en cuenta lo mal que lo hicieron con la última temporada de Shingeki No Kyojin (Attack On Titan).

Habiendo expuesto esto, el resultado, si bien podría haber sido mejor, fue muy satisfactorio. La combinación de ciertos movimientos en 3D en batallas o momentos con muchisimos personajes en escena, con un dibujado 2D tradicional para los momentos de mucha más calma, se sintió natural y lejos de otros proyectos donde esta animación por computadora llega a sacarte completamente de la inmersión de la serie. Es cierto que es imposible ponerse puristas en ocasiones y desear que en todo momento se mantenga el apartado tradicional. Sin embargo, la dirección de Ryū Nakayama, quién ya había brillado en capítulos de Jujutsu Kaisen, One Punch Man y Naruto Shippūden logró disimular algunas carencias técnicas y potenciar las virtudes de esta metodología de animación, generando momentos igual de fluidos y electrizantes que las mejores animaciones 2D del año.

En definitiva, Chainsaw Man es una de las propuestas más innovadoras del 2022. Una serie que se burla de los arquetipos de los shōnen de peleas más clásicos y revaloriza la comedia y el absurdo, pero por sobre todas las cosas, del ideal final del héroe. En Chainsaw Man no importa ser el mejor de nada, ni el héroe más importante mientras podamos vivir en paz y en armonía con nosotros mismos. Al menos en esta primera temporada, debido a que se dejó vislumbrar cierto cuestionamiento hacia la personalidad e identidad de Denji que seguramente exploraremos en la siguiente, aun sin confirmación oficial de cuándo llegará.


Título: Chainsaw Man

Año: 2022.

País: Japón.

Creador: Tatsuki Fujimoto.

Dirección: Ryū Nakayama, Makoto Nakazonoa​.

Estudio de animación: MAPPA.

Música: Kensuke Ushio.

Denji es un joven pobre que haría cualquier cosa por dinero, incluso perseguir demonios con su perro diabólico Pochita. Es una persona simple, con sueños simples, que se está ahogando en una montaña de deudas. Pero su triste vida da un vuelco cuando le traiciona alguien en quien confía. Ahora, con el poder del demonio dentro, Denji da la bienvenida a un hombre nuevo —¡’Chainsaw Man’!.

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