
En Creed III, Michael B. Jordan debuta como director y demuestra que su personaje creció lo suficiente como para construir su propio legado fuera de la sombra de Rocky Balboa.
Por @alejosanchezpy
Ya hace algunos años se había confirmado que Sylvester Stallone no formaría parte de esta entrega, factor que a más de uno le llamó la atención pues, si bien ahora la trama se enfoca en la carrera de Adonis Creed, toda esta gran historia gira en torno al ya legendario Rocky Balboa. Sin embargo, por más que cueste aceptarlo, es imposible terminar de “pasar la antorcha” si siempre tenemos a Balboa en escena brillando en los momentos decisivos, como ocurrió en las dos primeras películas del hijo de Apollo.
Es por eso que esta nueva secuela asume un gran desafío al no tener a Stallone actuando ni aportando creativamente, y es un desafío que cumple con creces, pues ofrece al espectador una historia totalmente nueva con acercamientos al pasado de Adonis que nunca antes habíamos visto, personajes muy interesantes y, sin lugar a dudas, uno de los mejores antagonistas dentro de la franquicia y el mejor que este filme pudo haber tenido: Damian “Dame” Anderson, interpretado por Jonathan Majors.
Este personaje será introducido ya en los primeros minutos de la película y, como pudimos ver en los tráilers, será una persona muy importante dentro de la vida de Adonis, siendo estos dos casi como hermanos. Sin embargo, por razones que conoceremos a medida que la historia avanza, Dame termina preso durante 18 años y en este periodo de tiempo estos dos cortan totalmente el vínculo que tenían.
Volvemos nuevamente al presente, con un Adonis Creed retirándose luego de 7 largos años de carrera, pensando que podría disfrutar de su familia y dirigir su gimnasio, pero ya lejos del ring. Esto no duraría mucho, pues Dame lo encuentra y le confiesa que quiere recuperar lo que le fue arrebatado y demostrar que sigue siendo el mejor boxeador, pero esta vez a nivel mundial.
Es de esta manera que los avances nos adelantan un gran enfrentamiento cargado de emociones, drama, problemas no resueltos del pasado y mucha, pero mucha acción. De alguna manera, la película cae levemente en una especie de cliché de “amigos a enemigos”, pero es ahí donde entra Michael B. Jordan como director y sus ideas e inspiraciones para darle un aire fresco a la franquicia.
Sí, entra en acción el fanatismo que Jordan tiene hacia el animé y el manga, lo que notaremos a lo largo de la película por medio de referencias, movimientos de cámara, coreografías de combate y la misma energía cinemática que aporta. Esta creativa fusión entre drama deportivo y animé shōnen hace que la tercera entrega resalte y se diferencie entre las demás de Creed y Rocky, pues ya no estamos frente a las típicas peleas que simulan el boxeo de la vida real. Este nuevo estilo visual y coreográfico fue bastante acertado para dejar la marca personal del actor y ahora director, cosa que ya viene siendo una tradición desde las primeras películas de Rocky en las que Stallone también hacía de director y aportaba creativamente para que el personaje sea lo más suyo posible.
En cuanto a los personajes, esta tercera entrega ofrece una gran química entre todo el reparto, desde la relación de Adonis con su familia y con su equipo de entrenamiento, hasta la caótica relación con Damian Anderson. Definitivamente esta última es una de las mejores y más interesantes de la película, ya que conoceremos cada aspecto de esta gran y longeva amistad, hasta los más pequeños, logrando que empaticemos y acompañemos a estos dos desde su infancia hasta su adultez, como si hubiésemos crecido y aprendido junto a ellos.
Antes de pasar a otro punto, es más que necesario destacar la maravillosa interpretación de Tessa Thompson como Bianca y la gran conexión que tiene con Michael B. Jordan en esta secuela, pues sus personajes demuestran una gran madurez y solidificación en la relación que vienen construyendo desde la primera película. Sin mencionar demasiado para evitar spoilers, otro elemento que la actriz también interpreta a la perfección es el desarrollo y la actualidad de su carrera artística, mostrándose cada vez más humana y transparente con su más grande pasión, la música.
Así como muchas otras secciones de la película, y volviéndonos brevemente a los contrincantes, la dupla de Dame y Adonis también absorbe bastante de las influencias de animé que Jordan tomó a la hora de dar su propio toque, siendo claros ejemplos las rivalidades de Naruto y Sasuke o Goku y Vegeta, asegurando un grado extra de satisfacción a quienes hayan visto sus respectivas series y reconozcan las referencias (pero quienes no lo hayan hecho, lo disfrutarán igual). Obviamente no veremos poderes saiyajin ni técnicas ninja, pero el director debutante se encargó de adaptar todos estos detalles al mundo del boxeo de manera que encajen a la perfección, creando una nueva forma de filmar un combate cinematográfico.
Si bien la idea era muy buena y terminó siendo un éxito, nada de eso habría sido posible si no fuese por el gran talento y dedicación de Jonathan Majors en el rol de Dame Anderson, con el que no solamente logró crear a un antagonista único y bastante original, sino que también logró robarse casi todas las escenas rivalizando a la perfección con Adonis Creed en todo sentido, desde la actuación hasta el físico, pues el actor comentó que tuvo que entrenar intensamente dos veces al día para subir varios kilos de masa muscular que necesitaba para el papel. En los trailers podemos ver que claramente logró su objetivo.
Es una pena que Sylvester Stallone se haya alejado de esta manera de la franquicia ya que, como se mencionaba al comienzo de la reseña, Rocky es el corazón de toda esta historia. Sin embargo, el actor confesó que si hubiese sido por él habría llevado esta tercera entrega por otra dirección, pues ya sabía lo que quería hacer en esta nueva etapa de Creed y lo que terminaron haciendo Jordan y el productor Irwin Winkler le parecía algo innecesariamente oscuro. Aun así, debido a acuerdos legales que se realizaron hace varios años, Stallone ya no cuenta con los derechos de la franquicia, por lo tanto solo tenía dos opciones: formar parte de los planes de Jordan y Winkler o dar un paso al costado.
Por más difícil que sea aceptarlo, la salida de Stallone fue en gran parte la que permitió a Jordan brillar por su cuenta y al fin salir de la sombra de Balboa, creando lo que podría ser el cierre perfecto para esta trilogía… si es que su inminente éxito no los convence de crear una cuarta película. Sea como sea, Michael B. Jordan tuvo un excelente debut como director en una gran película.
PUNTAJE: 9/10
Título: Creed III
Año: 2023.
Duración: 116 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: Michael B. Jordan.
Guion: Keenan Coogler, Ryan Coogler, Zach Baylin.
Fotografía: Kramer Morgenthau.
Reparto: Michael B. Jordan, Tessa Thompson, Jonathan Majors, Phylicia Rashad, Wood Harris, Florian Munteanu, Mila Davis-Kent, Teófimo López.
Compañías: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Warner Bros., Chartoff-Winkler Productions, New Line Cinema, Proximity, Glickmania.
Distrubuidora: Warner Bros.
Luego de dominar el mundo del box, Adonis Creed ha tenido éxito en su carrera y en su vida familiar. Cuando Damian (Jonathan Majors), un amigo de la infancia y antiguo prodigio del box sale de la cárcel, él está entusiasmado por demostrar que merece una oportunidad en el ring. El encuentro entre ambos será más que sólo una pelea. Para ajustar cuentas, Adonis tendrá que poner su futuro en riesgo y luchar contra Damian: un peleador que no tiene nada qué perder. Tercera entrega de la revitalizada franquicia ‘Rocky’ para MGM, en la que Jordan retoma su papel de “Adonis Creed”.
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