
Una divertidísima, pero inusual coming of age. Inusual porque la mayoría trata sobre adolescentes en su transición a la adultez y rara vez sobre adultos teniendo una crisis de la tercera edad. En este caso, el protagonista es Arturo, un hombre de 30 años de edad que debe lidiar con los fantasmas de su pasado mientras vive —como puede— el presente.
Por nahuutwm
Arturo a los 30 se autoexplica en su título. Trata sobre la vida de un treintañero torpe y depresivo que hace lo posible por lidiar con sus fantasmas del pasado, al mismo tiempo que intenta conectar, sin mucho éxito, con las personas de su presente. Una especie de coming of age inusual. Es raro ver personajes de dicha edad protagonizando este tipo de historias.
Esta propuesta de género cobra sentido si tenemos en cuenta que la película comienza en las vísperas de la pandemia y finaliza plenamente en ella. Un hecho del cual los más pesimistas afirman que “perdimos años de nuestra vida”, que nos estancamos; mientras que los positivos, por otro lado, piensan que nos dio tiempo para encontrarnos con nuestros problemas y reflexionar sobre que hacer con ellos.
En esta película, se encuentra un punto medio acerca de este hecho. Es cierto que perdimos tiempo de nuestra vida, pero es algo que, en cierta manera, ya veníamos haciendo. Arturo se quedó estancado en la muerte trágica de su hermano mayor y se vio imposibilitado de avanzar, estancado en esa edad clave en donde se dan los pasos más firmes de la vida adulta, Arturo nunca dejará de ser un niño. Algo reforzado por el hecho de que llevar un diario íntimo donde relata cada uno de sus sentimientos y actividades importantes de su día a día; algo común en la terapia infantil.
Su incapacidad de afrontar la realidad, los problemas de pereza y anomia es lo que lo lleva a pelearse con sus amigos y pareja. No es capaz de conectar con los demás porque tampoco es capaz de conectar consigo mismo. En algún punto, Arturo es un fiel reflejo de Juana, su hermana. Una joven que encuentra una salida a su soledad y una búsqueda de satisfacción personal haciendo actos egoístas y sin pensar en cómo afecta a sus amigas. Siempre por la salida fácil, al igual que Arturo, que prefiere la receta para obtener la medicación psiquiátrica antes que cambiar de psicóloga y manejar sus problemas de manera sensata y con una terapia introspectiva.
Una persona de 30 años comportándose como un niño porque es incapaz de lidiar con su duelo, profundizado en el hecho de no poder aceptar que actualmente es más grande de lo que fue su hermano mayor. Incapaz de confrontar a su hermana, y siguiendo todos sus caprichos porque sabe que, en el fondo, son iguales. Arturo es un niño: sigue jugando el rol de hermano menor, aunque su hermano mayor ya no esté allí y delegando ese papel a las demás personas de su vida.
En este sentido, me hace acordar mucho al cine de Cooper Raiff, director de la infravalorada Shithouse y la levemente popular Cha Cha Real Smooth, dos películas que son dirigidas y protagonizadas por el mismo Raiff. Un joven cineasta que abre sus sentimientos ante el mundo para poder encontrar respuestas a la incertidumbre constante de la vida adulta. Arturo a los 30, en cierta manera, se siente igual. Una película que utiliza la comedia para abrirse paso a caminos más dramáticos y profundos. Películas de jóvenes adultos intentando ser, haciendo lo que pueden, lidiando con sus sentimientos, intentando conectar.
Arturo no es el único intentando tomar el timón de su vida, con muchos fracasos de por medio. Todos los personajes, en mayor o menor medida, intentan seguir adelante a pesar de los golpes: el personaje de Paula Grinszpan es un ególatra que es incapaz de otra cosa que no sea ella misma, algo que funciona como chiste recurrente, pero que esconde el intento de tapar el dolor por la pérdida de su marido. Dafne siempre arrastra a Arturo en sus caprichos, se enoja si le dicen algo malo y encima nunca lo apoya en sus decisiones, pero esconde sus inseguridades y síntomas de ansiedad. Nico lidia como puede con la no aceptación de su madre biológica y de la mirada del resto del mundo para con su identidad. Todos manejan sus problemas pateando la pelota para adelante, pero sin levantar nunca la cabeza, malabareando como pueden esos problemas que se le van presentando; pero sin dejar de avanzar.
El movimiento en la película es una constante: el viaje hacia la fiesta post casamiento, el viaje ida y vuelta del colegio de Juana, a la fiesta de sus amigas en el country, el viaje con Nico al sur. Es interesante que todos estos viajes sean fallidos, ya sea por un choque, una pelea, una negación, una despedida. Son todos viajes que terminan de mala manera, pero los personajes no tienen intención de frenar. El ritmo de la película acompaña, es vertiginoso, siempre está pasando algo, siempre hay un gag, un sentimiento atravesado, es una película que expone el ritmo de vida que llevábamos prepandemia (y quizás también post), pero que se propone como optimista en un mundo donde nada sale como desean sus habitantes. Y, sin embargo, se continúan moviendo, siguen viviendo.
Por esto retomamos la idea inicial, la película termina en plena pandemia, con todos encerrados. Pero, lejos de pintarlo como un panorama desolador, como lo fue el plano inicial de Arturo llegando al casamiento, se siente como una nueva oportunidad. Una oportunidad para frenar de ese vértigo constante de la vida, para barajar y dar de nuevo. De entendernos a nosotros, para entender a los demás. No por nada Arturo termina trabajando de profesor de inglés, ayudando a otros a comunicarse mejor.
El choque con la realidad, con esa realidad que nos lastima, siempre fue inevitable. Pero es un choque que, siendo colectivo, quizás nos ayudó a tomar impulso para seguir avanzando, sintiéndonos un poco menos solos, acompañados. Exactamente así, es como te hace sentir este tipo de películas, este tipo de cine.
PUNTAJE: 8/10
*Arturo a los 30 puede verse en el Buenos Aires Internacional Festival de Cine Independiente (BAFICI) el sábado – 29 Abr 2023 – 14:00 hs en El Cultural San Martín Sala 2 y el domingo – 30 Abr 2023 – 18:35 hs en la misma sala.
*A su vez, puede encontrarse de manera online en la página de Vivamos Cultura. Solo estará disponible por este medio hasta el 9/5 de las 22:00.
Título: Arturo a los 30
Dirección: Martin Shanly.
Guion: Ana Godoy, Federico Lastra, Victoria Marotta, Martin Shanly.
Música: Manque La Banca.
Fotografía: Federico Lastra.
Reparto: Martin Shanly, Camila Dougall, Julia Azcurra, Martita Alchourrón, Paul Grinszpan, Miel Bargman, Julieta Caputo, Paul Dougall, Esmeralds Escalante, Pedro Merlo, María Soldi, Camila Videtta, Ivo Colonna Olsen.
Camino a una boda, Arturo se ve envuelto en un accidente del cual sale ileso pero cuyo suceso desata una serie de flashbacks que lo obligan a enfrentarse a duelos postergados, así como a aceptar los aspectos más oscuros de su personalidad.
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