[4B Recomienda] SILO

Aunque se vale de todas las características del género, sabe ser una interesante distopía que supera al original literario. Hablemos de “Silo” de Graham Yost.

Por @mauvais1

Una vez que terminé la lectura de La ciudad de la oscuridad de Jeanne DuPrau, de la que tal vez escucharon por su adaptación cinematográfica The City of Ember de Gil Kenan en 2008, me llegó, en mi afán de continuar lecturas parecidas, Wool de Hugh Howey. Un relato mucho más adulto e interesante en su premisa. En la primera, una aventura infanto/juvenil que se desarrolla por una serie de eventos desafortunados, que aquí no vale la pena mencionar. Pero en Silo, la ciudad subterránea se convertía en escenario de un thriller policial, con una serie de personajes grises y harapientos, emocionalmente hablando.

La lectura lo tiene bastante bien armado, el aspecto técnico (en su mayoría) era fascinante; los habitantes lo suficientemente retorcidos como para mantener al lector subido al drama. Pero no es ni de lejos un experimento sociológico o algo más profundo. El anuncio de su adaptación por Apple TV+ me pareció interesante, el núcleo del relato y sus derivados invitan a un desarrollo a largo plazo de la historia, además de ese futuro post-apocalíptico tan caro a los amantes del género con sustancia. Además, Apple sabe lo que hace con el y sus derivados: tomemos como ejemplo For All Mankind (2019-) de Ronald D. Moore, Fundación (2021-) de Josh Friedman y David S. Goyer, o también la fascinante en producción Hello Tomorrow! (2023-) de Amit Bhalla y Lucas Jansen.

[4B Recomienda] Las mejores series de ciencia ficción de Apple TV Plus

Es lo que nos llevó a ver la serie que adapta Graham Yost, quien ha sido productor y guionista de muchas e interesante series y películas, entre las cuales se encuentran Máxima Velocidad (1994), Operación Flecha Rota (1996), o Falling Skies (2011-2015) y The Americans (2013 – 2018), como para dar algunos ejemplos de su larga carrera. Junto a un equipo, obviamente de guionistas y directores, y de estos últimos menciono a David Semel porque siempre es un placer recordar The Man in the High Castle (2015-2019), y claro, la miniserie Watchmen (2019). También a Bert & Bertie de The Great (2020) y por qué no Hawkeye (2021), que no es su culpa.

La serie transcurre en una ciudad subterránea que, como un espiral, desciende en 144 pisos donde viven un poco más que 10.000 personas. Esto debido a un cataclismo que destruyó la superficie de la Tierra. Sus habitantes no conocen absolutamente nada sobre el pasado de la humanidad. Solo desde el día en que, literalmente, se sepultaron en ella. En la gigantesca Silo convive una sociedad estratificada, vigilada y fuertemente atada a una serie de leyes casi totalitarias. Decimos casi porque existe un alcalde que es electo y una policía que no es represiva o militarizada, pero a su vez sí hay una policía judicial, oficina cuyos representantes deambula los pasillos y es temida por todos, más por lo que creen que son capaces que lo que realmente hacen.

Silo es un clásico thriller de suspenso anclado en una distopía al uso y se vale de varios subgéneros de la novela policiaca para narrar sus misterios, que los guionistas sabiamente han estructurado por complejidades. Además de beber desaforada de clásicos como 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley, por mencionar las madres de las todas las historias de este tipo hasta hoy.

La alegoría de la caverna, de Platón, aquí se intenta elevar a una nueva potencia, y por momentos lo logra. Las sombras que creen que es el mundo y que observan a través de esas cámaras, justamente proyectadas en los sitios públicos como el comedor general, están convulsionadas por los hechos que ocurren allí y entre ellos. Las sombras proyectadas se someten a diferentes lecturas, no solo sobre las paredes que suponemos abigarradas en texturas volviéndolas aún más extraordinarias, sino que también las que habitan a cada uno de los protagonistas.

En el devenir de la narración actualizan tópicos, que para los tiempos que vivimos, se han ido convirtiendo en debates polémicos. El control sobre el hombre por el estado hasta en lo más íntimo, como la natalidad ganada por sorteo que está sometido al azar de la naturaleza, y que al no poder parir en tiempo y forma vuelven a la lista, truculentamente cruel. La estratificación por profesión, las clases se constituyen por habilidades. Desde los ingenieros, que como enanos en las minas mantienen el silo en funcionamiento, hasta los eruditos en los pisos superiores que controlan leyes y pactos. Lo que podría suponerse un estado totalitario socialista; la estratificación suena a formas feudales, sociedades estamentales. Ese complejo de concreto comunicado por una interminable escalera, único medio de trasporte entre los pisos, recuerda un poco los misterios de abadías y bibliotecas. Infinitos pasillos donde se guardan hombres y mujeres, que más allá de sus ignorancias suplen los interminables libros que algún Borges custodia.

La serie utiliza certeramente la claustrofobia del gris silo de concreto; esa atalaya o torre de homenaje, laberíntica edificación con callejuelas de la que se sube y baja caminando, que decir peregrinando. Es como esos grandes recintos que fantasearon Michael Moorcock en Gloriana y Mervyn Peake y el fabuloso Gormenghast.

Los secretos comienzan a develarse desde lo más profundo cuando Juliette Nichols, una hipnótica Rebecca Ferguson, que desde los pisos inferiores, entre calderas y generadores, surge para plantear los extravíos de los superiores. El catalizador es una serie de videos con imágenes de un mundo que olvidaron. La trama se concentra en la memoria y en el olvido actual que los lleva a una vida repetitiva y somnolienta, abocada más en lo inmediato que la construcción de una totalidad donde el pasado y presente pueda moldear algún de futuro, de ansias que los eleve de ese oscuro e intacto ahora.

En lo que fallaron sagas como Divergente de Veronica Roth y The Maze Runner de James Dashner, o incluso Los juegos del hambre de Suzanne Collins y sus adaptaciones fílmicas, aquí los guionistas sabiamente lo eluden. Dan al ser humano la capacidad del cambio pero no por fuera del sistema, más bien integrándose a él y evolucionándolo. Es decir, Juliette Nichols puede parecer la típica elegida del género que revierte el status quo a fuerza de habilidades extraordinarias, pero se las ingenian para trazarla como una criatura cuya única proeza es su curiosidad, su imposibilidad de dejar algo a medio hacer, no es heroína es una testaruda arregla todo que no puede evitar involucrarse en los rompecabezas. Con un sentido de justicia acorde a su vida de ingeniera. Algo similar ocurre con los antagonistas que, al poseer motivaciones reconocibles para el espectador, no son meros comparsas de las aventuras de ella. Algo así como un futuro posible, cercano y no para nada remoto al punto de parecer más fantasía que distopía.

La primera temporada ha hecho un buen trabajo al dosificar los eventos, el agregar otros de propia cosecha, y revelar pacientemente el entretejido tanto entre personajes como tramas más profundas. El apartado técnico en la construcción del universo de Silo sin lugar a dudas es lo mejor de la producción porque da al drama un contexto realista, sinergia que aporta y moldea su universo. Ni de lejos es lo mejor del género en lo que va en del año, es una saga distópica que ha sabido jugar con sus características y que inteligentemente ha utilizado sus temas como una fabricación de un ¿Qué pasaría si…?

Hay varios secretos aún develar, aventuras por correr y gracias al público y crítica tendrá nuevas temporadas, huelgas mediante, para ser desarrolladas y crecer en conflictos que justamente no son de acción sino más bien de desarrollo de personajes, lo que la hace aún más interesante. Deberían dar una oportunidad a Silo, aunque sea por el solo hecho de disfrutar el género cuando es utilizado para narrar la humanidad en extremos imprevistos y el poder, que a veces olvidamos, que posee de cambiar su historia y elegir su propio destino.


Título: Silo (2023)

Dirección: Morten Tyldum, David Semel, Adam Bernstein, Bert, Bertie.

Guion: Graham Yost (Creador), Jeffery Wang, Jessica Blaire, Lekethia Dalcoe, Ingrid Escajeda, Cassie Pappas, Aric Avelino, Remi Aubuchon, Fred Golan.

Libro: Hugh Howey.

Reparto: Rebecca Ferguson, Rashida Jones, David Oyelowo, Tim Robbins, Will Patton, Iain Glen, Harriet Walter, Common, Chinaza Uche, Avi Nash, Haroon Rafiq, Ferdinand Kingsley, Caitlin Zoz.

Compañías: AMC Studios. Distribuidora: Apple TV+.

En un futuro ruinoso y tóxico, existe una comunidad en un gigantesco silo subterráneo que alcanza cientos de pisos de profundidad. Allí, las personas viven en una sociedad llena de normas que creen que están destinadas a protegerlas.

Acerca de Marco Guillén 4276 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.