Sergio Leone, sin lugar a dudas, fue uno de los directores europeos mas influyentes en la historia de las películas del oeste, y sobre todo, del cine en general. En otro aniversario de su nacimiento, repasemos un poco de su historia tanto artística como personal.
Por @diegui83
UNA VIDA PARA EL CINE.
Nacido en una familia de artistas (su padre, Vicenzo Leone, fue uno de los grandes pioneros de la pantalla grande peninsular, y su madre actriz, trabajo varias veces con su esposo), Sergio tuvo sus primeros pasos en el mundo artístico con un pequeño papel en “Ladrones de bicicletas”, ese clásico neorrealista de Vittorio Sica y mas tarde aprendió los secretos de la realización fílmica como asistente de grandes de su tiempo como Mario Soldati o Mario Camerini.
Sergio Leone y Clint Eastwood en el set de “For a fistful of Dollars”
Siendo asistente de dirección de realizadores norteamericanos que llegaron a Italia después de la 2da Guerra Mundial, Leone fue parte del equipo que llevo adelante grandes proyectos como “Quo Vadis” y “Ben-Hur”.
Gracias a este curriculum, incursionó entonces en las denominadas películas del genero “Peplum” (películas de Gladiadores), haciéndose cargo de la ultima parte de “Los últimos días de Pompeya” y realizando las suyas propias: “Sodoma y Gomorra” y “El Coloso de Rodas”. Era un gran obsesionado con el cine clásico de Hollywood y sobre todo, el cine del Oeste, en especial el de John Ford.
John Ford venia a caer en la década del 60 con una visión mas cínica y desengañadora del western con películas como “Un tiro en la noche”, “Dos cabalgan juntos” y “El ocaso de los Cheyennes”. Estas últimas obras de Ford quizás hayan sido estudiadas al detalle por Leone, ya que su tono amargo y crepuscular fue revisado y revitalizado en su obra posterior.
EL WESTERN RENOVADO.
Leone en el set de “The Good, The Bad and The Ugly”.
Sergio llegó a la conclusión de que los western de Hollywood no lograban representar la idea, expresión y sobre todo los sentimientos mas profundos del hombre del Oeste.
Decía que los personajes llegaban a nosotros en forma de moldes estereotipados: todos los sheriffs eran impolutos e incorruptibles, todos los jueces aplicaban la ley de modo romántico y apasionado, todos los bandidos resultaban castigados para posibilitar un final feliz…“Pero el verdadero Oeste era un mundo de violencia, temor y puro instinto. No era una vida placentera o poética, y la ley pertenecía a los mas duros, a los mas crueles, a los mas cínicos”, subrayaba Leone.
La revitalización del género se debe a que rechazó los cánones convencionales en la realización de películas y formuló una nueva forma de hacer cine. Leone parece haber tenido una doble influencia en su obra: por un lado, la etapa mas crepuscular de John Ford y por el otro, compatriotas suyos como Luchino Visconti y Bernardo Bertolucci, cuya concepción del cine tiene mucho que ver con lo “operístico” (no por nada éste último colaboró en el guión de “Erase una vez en el Oeste”).
Leone y el elenco de “Once Upon a Time in the West”.
Según los estudiosos, el “Estilo Leone” se compone de tramas laberínticas, héroes nihilistas con obsesiones románticas, primeros planos microscópicos con vistas panorámicas, planos y contraplanos triangulares y una idea y concepción de la violencia mas allá de lo que cualquier creador de western clásico hubiese llegado a imaginar.
Leone y James Coburn en el set de “A Fistful of Dynamite”.
Junto al compositor Ennio Morricones llegaron a ser la asociación mas fructífera del Spaghetti Western y también el realizador catapulto la carrera del, hasta ese momento, ignoto Clint Eastwood. Sergio Leone llevo el cine del Oeste desde Italia hacia el mundo, revitalizándolo y dejando innumerables clásicos, algunos de los cuales hemos repasado en nuestra sección Fideo del Oeste.
Leone y el elenco de “Once upon a Time in America”
Pero quizás el mejor homenaje que ha recibido, fue por parte de su mejor alumno, cuando en 1992 Clint Eastwood le dedicó su obra maestra, y el relato definitivo que tiene el cine sobre el mundo del Lejano Oeste: “Los Imperdonables”.
Y quien mejor para definirlo que su gran alumno, el maestro Clint Eastwood:
