[REVIEW] Chilling Adventures of Sabrina – Parte 3

[REVIEW] Chilling Adventures of Sabrina - Parte 3

La hija de Lucifer, Morningstar, inició una batalla con los viejos usos y costumbres; y al hacerlo perdió parte de su mortalidad. Estamos aquí para ver como la recobra.

Por @mauvais1

No es la mar de sutilezas, ni se anda con rodeos en sus metáforas que sí pueden rozar el ridículo, hasta quizás y solo por momentos, abrazarlo. Algo que aquellas para nada olvidadas series de los noventas supieron cultivar. Ese tufo entre drama coming of age y telenovela adolescente que «Buffy the Vampire Slayer» inteligentemente disimuló en una saga fantástica. Claro que en los días que corren, la nota se subraya a veces hasta la embriaguez de un grupo de guionistas que parecen realmente pasarla bien escribiendo los episodios.

Chilling Adventures of Sabrina (El mundo oculto de Sabrina), en su tercer entrega, no solo resulta una aproximación interesante a aquel querido y recordado momento seriéfilo, sino que además abraza la tónica y lo kitsch e inverosímil sin ambages. Una suerte de upgrade para tanta carga ética-moral que propone y desanda. Equilibra el juego con alguna que otra moraleja de actual tesitura, es por descontado, pero en el desarrollo de los personajes crea una mitología interesante e inherente al tema.

Lo que nos llama poderosamente la atención, no es la des-satanización de la familia protagonista, sino como es conducida a hacerlo. La cruenta batalla por el trono del infierno, que cobra vigor en la segunda entrega, aquí se resuelve con una interesante propuesta. ¿De Satán a la Wicca, eso es todo? No, es mucho, mucho mejor.

[REVIEW] Chilling Adventures of Sabrina - Parte 3

La hija de Lucifer, Morningstar, inició una batalla con los viejos usos y costumbres, y al hacerlo pierde parte de su mortalidad en el abandono que hace de Nicholas Scratch a las puertas del infierno. En brazos de Lilith, la nueva reina del infierno, este es conducido al inframundo, cargando en él al mismo Lucifer. Y, conociendo a la protagonista y su terquedad ante los retos, no retrasó la decisión de ir a rescatarlo. Hecho que dará comienzo a una suerte de alteración de los basamentos que sostienen los reinos metafísicos y humano por igual.

La cuestión aquí versa sobre la familia, que más allá de su composición podrá, si lo necesita, balancear hasta al mismo cosmos. El amor en todas sus vertientes, hasta el propio. Que no quita el «poder», el poseerlo como don,  más bien contempla la posibilidad de que bien ganado también es un rasgo positivo a tener en cuenta. Es una serie para adolescentes, lo sabemos, que no se antoja disruptiva o exhibicionista de problemáticas del target etario. Es una particular aventura que logra en su fantasía kitsch trazar algunas ideas, leer sin tanta pompa acontecimientos actuales como el feminismo o el «no» entendido como tal. La posición de poder que puede adoptar si se lo propone. Vamos, que todo tiene que ver con ellas, ustedes. Lo que era una lucha púber sobre el lugar que quería ocupar Sabrina en el mundo en las dos primeras entregas, aquí es una guerra abierta de géneros. No es una potencia en  alegorías o silogismos, pero sí una encarnizada aventura sobre el papel de ellas en la configuración de un nuevo estado. Mujeres al poder,  grita desgañitándose; y es divertido, inquieto, y desternillante.

Hilda y Zelda Spellman, unas brillantes Lucy Davis y Miranda Otto, son las adultas que, cada una a su manera, seguirán hablando de esa desconstrucción. Aunque, suponemos por cuestiones de trama, penamos que Michelle Gomez y su Lilith/Mary Wardwell no haya tenido una profundización de estos avatares, después de vista su última gran performance. Que el resto del elenco tenga un poco más de historia, y hablamos sobre los pobres mortales Rosalind Walker, Theo Putnam y Harvey Kinkle, es de agradecer porque en su exploración surge la trama de Theo Putnam, el chico transgénero, y su primer amor. Una tontería que lo emparejen con un ser mítico. Casi cobarde.

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En tres líneas se parten los arcos dramáticos, de los que surgen otros tantos, lo que podría marear al espectador. A veces la cantidad junto con lo trepidante puede resultar en una mixtura errática y, peor aún, anticlimática; y estos ocho episodios no pierden tiempo, con tanto por contar, con tantos por sumar. Al encauzarlos es cuando más ruido hace, se bambolea una bien desarrollada expansión de la protagonista y su historia. Solo eso, y quizás no sea para tanto.

De Satán a Hécate

La ruptura, fantástica, que es la favorita de este humilde reseñador, tiene que ver con el culto a la diosa primigenia, la triple señora a la que Robert Graves dedicó gran parte de sus poemas y muchos de sus estudios sobre la antigüedad, la que Anne Baring y Jules Cashford analizaron en su «The Myth of the Goddess: Evolution of an Image«. Aquí la llaman «Hécate» (diosa del panteón griego asociada de diversas maneras con cruces, caminos de entrada, luz, magia, brujería, conocimiento de hierbas y plantas venenosas, fantasmas, nigromancia y hechicería) y aunque son diversas sus formas, y ella no tan antigua como Némesis o Nicte, si es fácil de asociar a su triple forma; la Doncella, la Madre y la Anciana; las Moiras, Parcas, Normas. El trío perfecto y para muchos esencial de la historia religiosa del mundo humano, que dice que en la antigüedad adoramos primero a la madre, antes de las guerras contra el hombre y posterior subyugación. Tealogía que le dicen, la reflexión sobre la divinidad femenina desde una perspectiva feminista.

Decíamos que no es sutil en sus maneras, se plantea desde el comienzo la búsqueda de un divertimento, la capacidad de entretener con una fantasía de brujas, infiernos y deidades olvidadas. El paganismo puesto como el malo del acto como al Faustus Blackwood y Lucifer Morningstar, de unos Richard Coyle y Luke Cook casi de parodia, de commedia dell’arte, empujan el juego hasta el borde de un ridículo del que se salva al abrazarlo y juguetear con esas casi inexistentes fronteras. Pero no por ello impregnada de magia.

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La citas son casi imposibles de enumerar, el desfile carnavalesco que hacen las criaturas surgidos del folklore, mitos y religiones antiguas, literatura, películas y series crean justamente un background hilarante, por momentos con chispazos de genialidad. La reina del infierno es una sugestiva recreación de la coronación de Elizabeth I de Inglaterra, la soltera reina que se casó con su estado. Sycorax, Calibán, Circe y la Gorgona, Salomé, Mambo Marie, las listas engrosan el ya constituido universo dejando en claro que todo es posible. Una porrista de día y la reina del infierno por las noches; una banda de covers y el culto al hombre de mimbre por deidades griegas; los infiernos de Dante matizados por personajes de Shakespeare.

El mundo oculto de Sabrina: Parte 3 (Chilling Adventures of Sabrina: Part 3) es de las mejores series que la gigante N a producido.


[REVIEW] Chilling Adventures of Sabrina - Parte 3

Título: El mundo oculto de Sabrina: Parte 3 (Chilling Adventures of Sabrina: Part 3 – 2020)

Dirección: Lee Toland Krieger, Rob Seidenglanz, Maggie Kiley, Craig William Macneill, Viet Nguyen, Alex Garcia Lopez

Guion: Roberto Aguirre-Sacasa, Matthew Barry, Donna Thorland, Joshua Conkel, Oanh Ly, Ross Maxwell, Lindsay Calhoon Bring, Christina Ham, Christianne Hedtke, MJ Kaufman, Axelle Carolyn (Cómic: Roberto Aguirre-Sacasa)

Reparto: Kiernan Shipka, Jaz Sinclair, Michelle Gomez, Miranda Otto, Lucy Davis, Chance Perdomo, Richard Coyle, Tati Gabrielle, Ross Lynch, Bronson Pinchot, Abigail F. Cowen, Christopher Rosamond, Darren Mann, Annette Reilly, Kurt Max Runte, Ty Wood, Peter Bundic, Adrian Hough, Justin Dobies, Alvina August, Georgie Daburas, Sarah-Jane Redmond, Aaron Hale, Xantha Radley, Jenna Berman, BJ Harrison, Arielle Tuliao, Reese Alexander, Carmel Amit, Guy Christie, Liam Hughes, Jett Klyne, Nicole G. Leier, Cynthia Mendez, Melissa M. Montgomery, Madison Smith, Jeff Joseph

La tercera parte encuentra a Sabrina tambaleándose por los terribles eventos de la segunda parte. Aunque derrotó a su padre Lucifer, el Señor Oscuro permanece atrapado dentro de la prisión humana de su amado novio, Nicholas Scratch.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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