Entrevista con Armando Bo, el hombre detrás de Animal

Animal

El ganador del premio Oscar a mejor guion por Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance) junto a su colega Nicolás Giacobone en 2014, presenta su tercer opus en tierras argentinas. Una historia que tuvimos la oportunidad de analizar junto a él en una entrevista.

Por @mauvais1

La cita fue en el Palacio Duhau, en una de sus suite en las que montaron todo un estudio, entre cámaras, cajas y colaboradores nos cruzamos con los protagonistas de esta interesante película que de drama resulta algo siniestramente cómica. Guillermo Francella y Carla Peterson conversan frente a las cámaras, los productores nos guían a otro cuarto donde encontramos a Armando Bo Jr o II de acuerdo a quien lo nombre. Rápidamente da comienzo esta miniconferencia de prensa en la que pudimos charlar mano a mano con el director y guionista. Uno de los colegas indaga sobre los inicios, sobre la construcción de la historia.

Armando Bo – Fue un recorte de diario que leí hace como cinco años y que era que alguien ofrecía partes de su cuerpo a cambio de una casa. Y eso me movilizó bastante, me pareció original, viéndolo desde el lado irónico y al mismo tiempo dramático. Siento que en ese recorte es lo que está pasando en el mundo y la sociedad, que todo tiene un precio, que parte de tu cuerpo tenga un precio y que todo se pueda comprar o vender. Y ahí lo convoqué a Nico (Nicolás Giacobone quien más tarde será parte del diálogo) para compartir y desarrollar la película. La idea era como podíamos llevar eso a una historia y que tenga ese germen, y que no nos tomáramos todo en serio, que no tenga una bajada de línea puntual. Sino más bien que traiga el tema sobre la mesa. Pasaron como cuatro o cinco años de limpieza, de los guiones, está bueno el tiempo porque permite la limpieza, sacar las obviedades.

Construida entonces la historia, resuelto el guion llega el momento de la elección de los actores que darán vida a los personajes…

Armando Bo – Primero apareció Guillermo Francella, la película para mí necesitaba alguien, que no fuera solo un actor dramático. Guillermo tiene esta cosa, hace como diez años que viene jugando con esos personajes en el mundo dramático, demostrando que es un tremendo actor. Lo que me pareció más seductor de esto; primero es que le compartí el guion y le encantó y como es él de apasionado con esa energía que tiene. Le gustó muchísimo. Y después, ese lado que tienE, ese humor que en otras producciones que participó se decidía por una sola cosa, en ahora «es dramático». Y a mí me interesaba un poco soltarlo… Ya está claro que es un tremendo actor, me lo demostró en los ensayos. Pero empecé a trabajarle el otro lado. Claramente no es solo una comedia pero si hay un montón de humor en el guion, ácido, oscuro. Uno que quizás el público lo vea o no, pero no quería negar esa luz que puede traer, ese timing que tiene la gente que sabe del humor. Guillermo es una combinación perfecta, que está en la edad justa. Paralelamente Carla Peterson tiene que ver también con la elección, tiene este lado de mujer con una calle tremenda, la gente que hace humor, tiene que tener todas esas historias vividas para poder hacer reír. Pero la necesitábamos en un papel dramático, sacudirla estéticamente muy fuerte y al mismo tiempo su ritmo, el timing que la gente de humor posee, me seducía este lugar de ella, de un personaje dramático y a la vez que tenga el ritmo que pueda darle un segundo o tercer “layer” a la película que no es un thriller ni un drama y también posee un lado de comedia. Entonces me pareció como un lugar fascinante, y ella no había jugado con estos personajes, y bueno se armó un buen equipo con ellos que tuvieron una química bárbara. Los dos estaban muy dispuestos a despojarse o a jugar con sus estéticas. Me dejaron la libertad de jugar a mí para ponerlos en un lugar diferente, que hagan algo que por ahí no habían hecho.

El tono de la película, vos lo esperabas así. De cómo fue decantando la historia hasta ese final.

Armando Bo – Sí, la verdad es que fue buscado desde el guion. A mí hay algo que un poco me aburre de las películas y es que son de un solo género, está todo tan hecho, que el thriller es thriller y hay que atrapar al asesino, en la comedia está todo liberado y solamente nos vamos a reír y el drama es eso, drama. Hay algo en la mezcla que me seducía, que dan ganas de jugar de un poco. Por eso de llevar los personajes y situaciones al extremo, la estética al extremo, jugar con corrernos un poco de la realidad de alguien en esta situación e ir por esos extremos. Por eso, esta familia perfecta y meter estos otros personajes totalmente comunes y ponerlos en ese contexto de tensión para ver cómo reaccionan. El tono para mí fue clave, el control de ver hacia donde no iba a ir, utilizando las herramientas de estos tres géneros pero al mismo tiempo tenerlo controlado para que no se vaya para ningún lado

«Después del mundo del Oscar se te abren muchas puertas y es importante encontrar que puertas uno elige cruzar y cuáles no. Y para mí fue clave esta elección de seguir construyendo una carrera de a poco, no ser cortoplacista, de seguir teniendo mi propio mundo de a poco seguir creciendo…»

¿Es incomodar también al espectador…?

Armando Bo – Sin dudas. Está llena de tensión, es un thriller atrapante que incomoda en algún punto, pero también tiene otra capa donde se está jugando con esa situación y no hay tiros ni muchas muertes. Es algo interesante esta cosa de que la película sea también especial y no se encasille. Después del mundo del Oscar se te abren muchas puertas y es importante encontrar que puertas uno elige cruzar y cuáles no. Y para mí fue clave esta elección de seguir construyendo una carrera de a poco, no ser cortoplacista, de seguir teniendo mi propio mundo de a poco seguir creciendo y bueno cuando aparecieron los actores comprendí que tenía que ser así.

Hay una segunda línea que recuerda a “Casa Tomada” (Julio Cortázar – 1951), le preguntan, en esos dos personajes bastantes oscuros que contrastan con los de Guillermo y Carla, con ese edificio que es bastante icónico de Mar del Plata. Como fue esa construcción.

Armando Bo – Es todo una jugada, principalmente la elección de Mercedes De Santis y Federico Salles, que son tremendos actores pero al mismo tiempo era un riesgo porque no tenían experiencia y eso me seducía también. El hecho de darle la oportunidad a alguien y que brille. En estos personajes la clave es lo totalmente impredecible, esto de no conocerlos ayuda a que el espectador no sepa que van a hacer y es parte de la locura en el que se mete el personaje de Guillermo. Que no sean malos de chumbo en la mesa, de macho argentino. Que estos personajes se sientan de alguna manera como parte de esta nueva generación cortoplacistas donde todo es posible, donde lo quieren ya. Una educación opuesta al personaje de Guillermo, en la que hay que ahorrar, que ahorrando y trabajando todo va a salir bien. Ese choque de generaciones me parecía muy excitante. Y trabajar la imprevisibilidad de estos personajes y que no sean cliché. Fue un casting muy difícil con ellos porque yo buscaba esa frescura y que sean diferentes. Lograr esos opuestos.

Detrás y sobre, el tema es el riñón que Antonio Decoud necesita desesperadamente y su peregrinaje para obtenerlo por vías tanto ilegales como no. Sobre eso le preguntan el hecho de que el film encara de manera indirecta y si cree que logrará que la gente hable del tema.

Armando Bo – Sin dudas la película se apoya en ese tema, pero no es una película médica, no es Biutiful (Alejandro González Iñárritu – 2010), no es un film sobre la enfermedad de un tipo. Eso se usa como plataforma para que el personaje de Francella explote y vaya hacia la locura, pero sin dudas es una oportunidad, es un tema clave que está dando vueltas hoy muy fuerte. Trae el tema a la mesa pero también trata otras cuestiones.

Entonces se suma a la mesa el colaborador del director, el otro ganador del premio de la academia, Nicolás Giacobone, que colaboró también en la recomendable El último Elvis (2012) y Biutiful (2010). Un ítem más y que también es interesante de mencionar es que fue productor de la galardonada The Revenant (2015), que le valió el primer Oscar a mejor actor a Leonardo DiCaprio. Volvemos con él a la construcción de la historia, el trabajo en conjunto con Armando Bo.

Nicolás Giacobone – La verdad, primero en la colaboración tenés que encontrar el lugar tanto personal como creativo una coincidencia, una forma que nosotros encontramos rápido, colaboramos hace mucho tiempo. Lo que nos ayuda también es que venimos de disciplinas distintas. Yo soy escritor y el director, y el guion es trabajo en parte literario y en parte visual. Es como la guía para hacer una obra, un plano para hacer la obra de arte. Desde ese lugar se hace fácil, básicamente es juntarnos mucho, decirnos todo lo que tenemos para decirnos, juzgarnos sin problemas, cuando es algo horrible poder decirlo a la cara. Encontrar que es lo mejor, cual es la mejor idea. Y también mi trabajo de encerrarme y escribir.

Utilizas referencias literarias para la creación de los personajes o es la vida misma la que utilizas.

Nicolás Giacobone – Yo creo que, en parte, dejé letras por eso. No es una carrera que te enseñe a escribir, es una que te enseña a leer. Yo sabía que no quería ser profesor, quería escribir y me di cuenta rápidamente que por más que uno lea o vea un montón de películas y se prepare desde ese lugar, cuanto te sentás a hacer estás solo. Aprendés que las cosas salen haciéndolas, haciéndolas mal, es todo un proceso largo. Creo que las referencias son muy parciales o puntuales, para una cuestión de tono que puede haber, pero después no, más que nada es encontrar el personaje que representa lo que vos necesitas para la historia que querés contar. Yo cuando escribo el guion trato de dejar espacio para los distintos artistas que colaboran en una película, que el director de arte, el vestuarista puedan plasmar su visión. No son guiones muy cargados.

Armando Bo II – También por el lado de la dirección de la película es similar, por más que hayas visto o estudiado, estás ahí y hay que hacerlo suceder, y ese es el desafío.

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Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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