[4B Recomienda] His Dark Materials: La Materia Oscura

Lyra y Will son dos niños que viven una peligrosa aventura en mundos encantados y repletos de amenazas. Pero hay más, mucho más en esta fabulosa adaptación de la trilogía de Philip Pullman, «La Materia Oscura». Y aquí te contamos qué es.

Por @mauvais1

Entiendo que llego meses después de su final, que ya estoy fuera de la conversación que pudo haber entonces, si es que la hubo, porque tampoco fue el suceso que mereció ser. Descargo inútil que hago más para mi que usted, paciente lector. El último episodio de la tercera y final temporada se televisó a finales de diciembre de 2022 para más INRI, habiendo hecho su debut en noviembre de 2019, con pandemia de por medio. Y llegó a su final con una temporada a todo vapor habiendo establecido un universo tan solido como extraordinario. Es por eso que lo logrado por Jack Thorne con su adaptación de la trilogía original de Philip Pullman es hablar de acontecimientos en el género.

La fantasía oscura adulto-juvenil que se forja aquí adquiere una universalidad maravillosa, apabullante. Thorne, el de Enola Holmes (2020 y 2022), pero también de la olvidada The Fades (2010), y claro Philip K. Dick’s Electric Dreams (2017), por mencionar sus escarceos con el género, aquí hace equipo con Francesca Gardiner (The Man in the High Castle, The Rook), Lydia Adetunji (Noughts + Crosses), Namsi Khan (deberíamos estar hablando de The Midwich Cuckoos) y Sarah Quintrell (The Power).

Y claro, la historia original de Pullman, que en tiempos de su publicación se perdió en la masividad de Harry Potter, la saga brujeril de J. K. Rowling. Esta es una saga fantástica que rompió con cánones del género, que irrumpió con una poesía creada por un ateo y planteó el humanismo como la salvación del universo. El mal se corporiza en la luz, porque hasta en ella se tejen anhelos corruptos. Lyra Belacqua, la niña de la profecía, asalta el mundo adulto para invertir lo aprehendido.

Y la serie se toma en serio no solo su aventura, también los temas que la saga desarrolla, la urdimbre que la sostiene. Lejos de la modosa, cobarde y por lo tanto falsa La brújula dorada (2007) de Chris Weitz, la seríe de HBO se interna en los intersticios incómodos. Construye un verdadero evento de combate de fuerzas humanistas contra las adoctrinadoras y fraudulentas instituciones religiosas. No con la fe, pues con ella dialoga, debate y concilia. Así de compleja se lee, así se ve en las tres temporadas.

La saga sigue a la niña en una aventura multiversal. Ya sé, estamos hartos de este tema, pero aquí el trato es distinto porque la construcción de los universos realmente se toma en serio cuando se trata de compartimentarlos en sus excentricidades y a la vez unirlos en sus anhelos. La niña decíamos, Lyra Belacqua -una formidable Dafne Keen nominada al BAFTA en 2020-, emprende una aventura a través de los mundos con la sola idea de salvar a su mejor amigo, Roger. Esto la involucrará en una épica guerra del cielo contra la humanidad. ¿Alguien vió Shingeki no Bahamut: Virgin Soul? Bueno, parecido. Hay otros tantos parecidos. Solo que aquí el planteo no se somete a la aventura o es de alguna manera oscurecido por metáforas y simbolismos.

La primera temporada, al igual que el libro, interna al espectador en el universo con el que tendrá no solo que convivir, sino también entender en sus leyes tanto físicas como sociales. Desarrolla lentamente, que no es lo mismo que lerdo, la aventura, que hasta se toma el trabajo de ser reconocible en sus cuitas a otras de fantasía oscura joven-adulta, para introducir en realidad el trasfondo espiritual y metafísico que desde la segunda temporada cobrará protagonismo. Es un viaje de aprendizaje para el televidente y la misma Lyra.

La niña debe madurar, le es impuesto el mundo adulto, y ella lo quebrantará al no abandonar su inocencia. Esta lo impregnará todo al igual que la mal vista obcecación infantil que aquí se convertirá en determinación. Cada nueva aventura es una profundización en lo abstracto del planteamiento que el autor especula; que sería una guerra por la liberación de la mente humana. La conquista final del libre albedrío. Los guionistas lo entendieron, y hasta lograron concretar imágenes que en las páginas se diluían en formas literarias, metáforas y ensoñaciones.

Y más aún, no dudan en dar tridimensionalidad a personajes que no serán queridos, pero tampoco despreciados como a villanos de cuentos de hadas. Los adultos de este universo son criaturas fieras y determinadas, pero como un niño vería a los grandes, también crueles sin sentido, ambiciosas sin finalidades e ignorantes de lo que realmente importa. La visión infantil del mundo adulto es la perspectiva de la serie. Los caminos de aprendizaje en los pequeños es intuitiva y casi animal, en la que se sirven del olfato y la corazonada. La de ellos es filosófica, en repensada hasta el delirio rebuscado y extremo.

Se menciona una y otra vez a El paraíso perdido (1667) de John Milton, pero también fue fuente de inspiración el extraordinario ensayo On the Marionette Theatre de Heinrich von Kleist y el peculiar pensamiento y obra del poeta William Blake. El pensamiento romántico es parte de la obra y la serie por suerte con más afán. El énfasis en las emociones y el individualismo, los sublime del alma mixturado con el horror existencial. La misma Lyra es, lo decíamos, una fuerza natural que se abre paso ante el racionalismo científico de su padre Lord Asriel -dicho sea de paso, su nombre es una distorsión de Azrael, el ángel de la muerte- y de Marisa Coulter, la fría y despiadada antagonista. Ella es el viaje del alma en la existencia, los otros el ser humano y su constante lucha por adaptarse a la materia.

Ángeles, animales parlantes, nuestro propio mundo, el cielo y el gris abismo que es purgatorio de las almas. Las locaciones, como si de la Divina Comedia (1472) de Dante Alighieri se sirvieran los narradores, son rompecabezas alucinados que se ensamblam de a poco con desarrollo. Y los personajes son el motor delicadísimo de esta relojería. La Dra. Mary Malone (Simone Kirby) y los Mulefas, en la serie no solo cobran un protagonismo maravilloso y conciliador (el lector de las novelas entenderá mejor, quizás), sino que también se profundiza de manera cabal el tema de la serpiente en la tentación.

Jack Thorne y el equipo entienden el dilema de la saga original. No se destrona a Dios ni se destruye el pensamiento espiritual, sino que indaga en lo holístico de sus temas, de cómo lo racional es parte fundamental de lo místico en todas sus subjetividades.

Debería hacer un apartado de cuestiones técnicas, mencionar el CGI y las locaciones, o el detalle que el equipo de directores pones en sus episodios, en las escenas que muestran y hablan al espectador más allá de los diálogos: Jamie Childs (Doctor Who, Sandman), William McGregor (Misfits, Lockwood & Co.), Otto Bathurst, Euros Lyn (Heartstopper, Sherlock), y la lista continua… El diseño de producción, de vestuario. El formidable trabajo de Ruth Wilson como Mrs Coulter, James McAvoy interpretando a Lord Asriel, Amir Wilson como Will o la corta pero emocionante aparición de Andrew Scott como John Parry. Pero es mucho más fascinante comentar sus ideas, la propuesta temática, el alcance que tiene la complejidad de esta y que no subestima al espectador en ningún momento.

His Dark Materials ya ha sido, y sin embargo para nosotros seguirá siendo por mucho tiempo una de las adaptaciones de sagas infanto/juveniles de fantasía mejor logradas. Una capaz de dialogar con los niños, jóvenes y adultos en igualdad de profundidad de contenido, sin olvidar la acción y aventura característica del género.


Título: La Materia Oscura (His Dark Materials 2019 – 2022)

Dirección: Jack Thorne (Creador), Tom Hooper, Otto Bathurst, Jamie Childs, Euros Lyn, Dawn Shadforth, William McGregor, Leanne Welham.

Guion: Jack Thorne, Francesca Gardiner, Lydia Adetunji, Namsi Khan, Sarah Quintrell. Novela: Philip Pullman.

Reparto: Dafne Keen, Tyler Howitt, Ian Peck, Ruta Gedmintas, Ruth Wilson, James McAvoy, Anne-Marie Duff, Lin-Manuel Miranda, Kate Rutter, Nabil Elouahabi, Ariyon Bakare, Geoff Bell, Georgina Campbell.

Compañías: Bad Wolf, BBC, New Line Cinema, Scholastic Entertainment. Distribuidora: HBO.

3 temporadas: 23 episodios.

Lyra y Will son dos niños que viven una peligrosa aventura en mundos encantados y repletos de amenazas. Haciendo frente a osos, brujas, ángeles caídos e incluso a espectros devoraalmas, los dos muchachos pronto se darán cuenta de que el peso del futuro de la humanidad, tanto de los vivos como de aquellos que han fallecido, depende de ellos.

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Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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