Este thriller argentino que incorpora Netflix a su catálogo involucra a un programa de televisión en los años ’80 que buscará desenmascarar al aire un aquelarre vinculado con la política.

Por @belmalone

Como Cronos, dios griego del tiempo, concebido por algunas personas como tirano, también lo es el reloj de “60 minutos antes de la medianoche”, uno de los protagonistas de esta película dirigida y escrita por Cristian Jesús Ponce. El creador de la serie animada La Frecuencia Kirlian, esta vez decide ir por el live-action e invita a la audiencia a sumergirse en su ópera prima: Historia de lo oculto.

Allí se ve a un grupo de periodistas producir su último programa al aire en una casa, en vez de hacerlo en el estudio de grabación, por la numerosas amenazas que han recibido. Están Lucio (Iván Esquerré) como cabeza de equipo, guiando a María (Nadia Lozano), Abel (Casper Uncal), Jorge (Agustín Recondo) y Natalia (Lucía Arreche). Esta última aguardando instrucciones desde un teléfono público. (Centennials, no lo entenderían). En su última noche al aire, el equipo de “60 minutos…” trabajará conjuntamente con Alfredo, su conductor (Héctor Ostrofsky) para revelar el vínculo que tiene el presidente Velasco con la magia negra.

No obstante, esto es sólo el comienzo.

Historia de lo oculto tiene la particularidad de hacer propios elementos de la cultura sci-fi y el terror. También se toma la licencia de mostrar algunos guiños al adn argentino televisivo, tomando como punto de partida algunos programas abocados a la política como es el caso de Tiempo Nuevo (1966-1997) conducido por Bernardo Neustard y Mariano Grondona, y Hora Clave (1989-2015), que contaba con la conducción de Mariano Grondona. Esto contrasta con una influencia menos ortodoxa dentro del periodismo, ya que también se puede pensar en el trabajo que ha hecho Chiche Gelblung, sensacionalista y transgresor, si se lo compara con los anteriores, quien se ha animado a mostrar al aire una autopsia extraterrestre.

Retomando la ficción, se aprecia una vinculación entre lo sobrenatural y la política, como sucede en el caso de Los Expedientes Secretos X (X files), sólo que esta vez, en vez de ser agentes del gobierno, los investigadores son periodistas que buscar sacar la verdad a la luz. Otra de las posibles influencias del metraje es “Todos los hombres del presidente” (1976) (All the president’s men), espejando lo que fue el escándalo del “Watergate” con el gobierno argentino y la nefasta dictadura militar. Sin dudas, una de las influencias ocultas a la vista de la audiencia es “El bebé de Rosemary” (Rosemary’s Baby). Adrián Marcato (Germán Baudino) sale del universo de una de las películas más controversiales de Polanski para residir en suelo austral y desenvolverse con un fluído rioplatense.

Los que probablemente sean parte de otro aquelarre son los involucrados de este proyecto. Aquí se adjuntan algunas pruebas. Para empezar, uno de los sellos distintivos de este filme es la música. Cada nota que elige Cataldo es pertinente para crear climas, como la cortina del programa, cuando se trata de flashbacks o para permitir al espectador zambullirse en las experiencias lisérgicas de los personajes. Así es como el público se mantiene expectante y alerta a lo que puede llegar a pasar. La música y el diseño de sonido coexisten armónicamente con la fotografía de Cerana y Giordano, que le han dado una estética analógica similar a las películas de terror y ciencia ficción de los años 50, en blanco y negro, pero con una vuelta de tuerca moderna. Otra de las cosas que enriquecen la fotografía es el juego con la relación de aspecto durante la narración.

Todo lo dicho anteriormente carecería de impacto si no fuera por la puesta en escena, que se hace eco de los 80 en las locaciones y el vestuario. Junto al guion de Ponce, que unifica todas las piezas para darle sentido a este ritual, funciona como un reloj suizo. Cada momento es relevante, cada línea dicha por los actores como el ritmo en el que la dicen tiene una razón de ser. Esto se ve en las líneas de Baudino, quien parece que en vez de hablar con el conductor y los invitados del programa, está narrando una historia para los televidentes. Alfredo, en el piso, y la producción en el living de un hogar, mantienen un ida y vuelta con los presentes que genera dinamismo.

Para cerrar, Historia de lo oculto es una carta de amor a los pilares fundamentales del cine, especialmente el terror y ciencia ficción, además de la labor periodística argentina, que mantiene en vilo al espectador hasta el último momento. Ponce se divierte haciendo cosas que no son tan vistas dentro del thriller, como es el “cine periodístico” y da un aire fresco a la producción nacional. El paso de la película por infinidad de festivales y el acompañamiento en redes por parte del público da evidencia de que el cine argentino está abriendo nuevo horizontes y es gratamente recibido.

PUNTAJE: 10/10

• El 15 de octubre se estrena en exclusiva para Latinoamérica y España en la plataforma Netflix.

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Título: Historia de lo oculto

Dirección: Cristian Jesús Ponce.

Guión: Cristian Jesús Ponce.

Música: Marcelo Cataldo.

Fotografía: Franco Cerana, Camilo Giordano.

Reparto: Germán Baudino, Casper Uncal, Hernán Bengoa, Juanjo Suker, Mario Lombard, Agustín Recondo, Pedro Saieg, Nadia Lozano, Victor Díaz, Cristian Salgueiro, Alex Abdeneve, Lucia Arreche, Victoria Reyes, Raúl Omar García, Hernán Altamirano, Héctor Ostrofsky.

Productora: Tangram Cine.

Género: Thriller. Terror.

Es la última emisión de 60 minutos antes de la medianoche, el programa periodístico más visto de la televisión. La estrella de la noche es Adrián Marcato, quien podría exponer una conspiración y vincular al gobierno con un aquelarre. Al mismo tiempo, un grupo de periodistas correrá contrarreloj para localizar un artículo que permitiría la confesión de Marcato al aire. Se valdrán de su oficio, pero también de métodos mucho menos habituales.