Zombies. Una historia de amor. Surrealismo. Locura. Crítica social. Necrofilia. Más zombies. Todo esto y más en la película bizarra recomendada de esta semana.
Por: @Pocodemucho
El horror italiano tiene una larga tradición de buenas películas de grandes directores como Lucio Fulci, Sergio Martino o Dario Argento. Y el realizador de esta perla, Michele Soavi, es un continuador de estos genios.
Dellamorte Dellamore, lanzada en 1994, fue traducida como Cemetery man o como Mi novia es un zombie; lejos están de la intención del título. Hablar de muerte y de amor en un mundo surreal y lejos de lo familiar y conocido.
Partiendo de una versión pseudo apócrifa del cómic Dylan Dog del también italiano Tiziano Sclavi (un clásico donde un detective bastante común investiga casos paranormales, predecesor y referencia de Hellboy) Michele Soavi crea algo totalmente nuevo, loco y muy bizarro.
Francesco Dellamorte (Rupert Everett) es un enterrador en el cementerio de la ciudad de Buffaflora. Tiene un ayudante mudo y cuasi jorobado, Gnaghi (Francois Hadji-Lazaro). Ecos de Nekrodamus se escuchan (un cómic del argentino Horacio Lalia muy bueno con una temática y personajes similares pero en otro tono). Y les es asignado este trabajo en el cementerio porque los muertos están volviendo de la tumba. Francesco debe matar a los muertos. Esto es presentado de forma casi casual, como si fuera normal. Y lo aceptamos como tal. Los personajes principales son los comunes. Los habitantes de la ciudad son los raros, los anormales. Entre las tumbas y los cadáveres se vive de forma más normal. Fuera de sus muros vive la locura.
Todo cambia cuando llega una mujer (Anna Falchi). Y Francesco se enamora. De alguna forma ella morirá pero sabemos que volverá de su tumba. Entonces los miedos y la lujuria chocarán con las convenciones de lo que creemos que debe suceder. Porque el amor puede vivir más allá de lo muerte ¿O no? ¿O es simple y horrorosa necrofilia?
La manera de mostrar a los zombies tiene mucho de orgánico y real. Porque vuelven con ramas y raíces en sus ropas y pelos. Esto es algo novedoso también. Un detalle que suma mucho. Pero es solo una parte de un hermoso todo. Porque también Gnaghi se enamora, de forma grotesca conoce a la cabeza de su vida, Valentina. Y un detective que viene en busca de una verdad que tal vez no exista en sus parámetros de realidad. Y un zombie haciendo motocross. Y la muerte que viene a saludar y darnos la mano. Y una horda de zombies. Y disparos con esos sonidos clásicos de tiros. Y un poco de sexo. Y un amor tan raro y anormal como creíble.
A todo esto le sumamos uno de los más lindos y surrealistas finales que se hayan visto en muchísimo tiempo. Quedas con la mandíbula en el piso ante tanta poesía en medio de tanta locura. Una película para buscar y disfrutar en cualquier momento.
Te dejamos el tráiler para que puedas entrever lo que te espera:
Estoy viendola por tercera vez en mi vida. Muy buena peli.
Saludos desde Monte Grande, Buenos Aires!