Malvinas: El lado B del camino del héroe

En el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas recomendamos la obra “De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos”, con dramaturgia y dirección de Pilar Ruiz que les rinde homenaje en el teatro Beckett. Conoce en esta entrevista exclusiva con Ruiz y el elenco protagónico la importancia de darles voz a quienes no la tienen; cómo se vuelve de una guerra; qué sucedió con aquellos soldados que fueron pese a su voluntad y cómo conciben la espera sus seres queridos.

Por @LulyCalbosa

Cuatro Bastardos: Pilar ¿Qué te llevó a escribir la génesis de la trama de tu obra en un encuentro basado y atravesado por lo bélico y porqué el énfasis en aquel joven que no quería ir a la Guerra de Malvinas?

Pilar Ruiz: “Principalmente escribí sobre Malvinas porque siempre me interesó el tema. Cuando comencé, trabaje un monologo de una mujer que espera al novio que se fue a la Guerra de Malvinas. Luego trabajé el encuentro de esos dos cuerpos: El del recién llegado (Julio) y aquel que espera (Cecilia); qué espera y cómo se reencuentran fue el eje para retratar el comienzo de los 80´ con la guerra mediante, en una pequeña locación: su casa. Ese espacio, donde el tiempo parece haber quedado detenido y ni siquiera las cosas fueron embaladas me impulsó a soltar la mano para que los personajes hablen. En paralelo, investigué el hecho histórico de Malvinas: leí testimonios para sintetizar la historia, fui a museos, vi películas… Si bien en la obra hay expresiones de excombatientes, bastantes textuales, de cosas que ellos describen, como por ejemplo: cómo era el aviso de la famosa lista y cómo se enteraban mutuamente las cosas en aquella época…. En la obra, el personaje de Julio representa la voz de todos los que intentaron volverse héroes, pese a su voluntad.”.

Cuatro Bastardos: En este sentido, el elenco acompaña las edades a la perfección. Actúan Juan Tupac Soler y Verónica Cognioul Hanicq, dos jóvenes que brillan en escena al interpretar la pareja argentina que soñaba con ser músicos, tenían una banda de rock, convivían y todo marchaba bien hasta que, de pronto, pese a su voluntad el hombre acepta el llamado y viaja al servicio de la Patria ¿Cuánto tiempo ensayaron el texto y cómo se prepararon para la interpretación?

Juan Tupac Soler: “Ensayamos casi un año y medio, dos veces por semana. Fue muy intenso. La obra en sí, más allá del hecho histórico, me gustó mucho cuando la leí. Investigue la época porque me llama mucho la atención Malvinas pero también me gustó el desafío de cómo poner el cuerpo en escena, mas allá de la singularidad de lo que fue la guerra. Trabajé el perfil de alguien que no quería ir. Hubo una minoría que no quería ir ni estaba preparada y esta bueno trabajar que les pasó a quienes fueron pese a su voluntad.”. 

Cuatro Bastardos: ¿Y para vos, Verónica? 

Verónica Cognioul Hanicq: “Yo sabia que Pilar estaba escribiendo una historia de Malvinas porque somos amigas. La primera vez que la leímos juntas no me la había ofrecido y mi devolución fue que me había encantado. Le dije que para mi te atravesaba el alma. Me la ofreció y fue un regalo muy lindo. Después, como dice Juan, fue un camino largo cuando acepté mi personaje. Lo más costoso fue el encuentro entre nosotros para reflejar ése vinculo que viene de muchos años.”. 

Cuatro Bastardos: Es evidente en los climas que atraviesan que hubo mucho ensayo y dedicación… Hay un despliegue emocional, dramático, intenso, que ponen en escena ¿Qué sienten después, cuando dejan el escenario?

Juan Tupac Soler: “Termino muy cansado. Un cansancio lindo. A veces estas mas agotado, se siente un suspiro”.

Verónica Cognioul Hanicq: “Es como tomarte una copa de vino. Pura satisfacción”.

Cuatro Bastardos: La premisa oscila sobre un hecho pasado que se hace presente ¿Qué devolución les da el público cuando sale de la sala: hablan más del aquí-ahora posguerra que logra la pareja o enfatizan el hecho histórico de Malvinas?

Pilar Ruiz: “Salen muy conmovidos. Nos agradecen mucho el retomar el tema desde una mirada del hoy. Mucha gente que vivió en esa época nos agradece ser jóvenes y hablar de esto desde nuestra mirada porque nos permite repensar la historia. Usan mucho la palabra intenso, como dijiste antes, y es lo que buscamos lograr entre esos cuerpos al trabajar un hecho histórico. También nos dicen como que les van cayendo las fichas de a poco”.

Cuatro Bastardos: Justamente ese encadenamiento es el ritmo que despliega la trama. En efecto, hay una frase “Una persona que va a Malvinas, un pedacito de una isla perdida.”… ¿Este leitmotiv retórico entre los relatos de Malvinas te inspiro a ambientar la escenografía y la luz sobre matices blancos?

Pilar Ruiz: “Hay como un corrimiento estético. Evité caer en los lugares comunes y encontrar una forma metafórica del teatro y el documental mediante elementos que van en función a entretener. Por ejemplo: Al pensar el espacio para poetizar la historia… Surgieron varias lecturas, el color blanco denota algo que queda detenido en el tiempo y también al frío que hay entre ellos. Me gusta trabajar mucho con mis sensaciones; acá no podían encontrar ese calor, son invadidos por el frío de allá. Desde que empecé a escribirla la veía blanca. Sin estructura. Si veía un espacio blanco como referencia del lugar pero la fuimos descubriendo en los ensayos.”.

Cuatro Bastardos: En cuanto a la musicalización… Ese frío mediante la presencia de sonidos de ambiente a través de elementos como el tocadiscos en vivo junto al órgano en vivo y las referencias implícitas de notas blancas, negras, semicorcheas… intenta fusionar mediante esta vibra energética la guerra con el amor… ¿Cómo se te ocurrió este imaginario?

Pilar Ruiz: “Tiene que ver con una singularidad del personaje que, al final de una dictadura (el 82´), quería salir y hacer ruido para manifestarse sobre lo que estaba pasando. Me parece que la música es vida; lo que irrumpe. El arte puede sostener un mensaje e ir contra un sistema tan fuerte. A su vez, pensé en los jóvenes de esa época y el contraste que había con lo que pasaba políticamente. Es la época de Charly García donde el arte convivía con el horror entre lo político y lo social. Me inspire en una carta real de un maestro que fue a la guerra Malvinas y le dice a sus alumnos que pronto van a viajar a la isla de los cuentos cuando él vuelva. Poder hacer música entonces implicaba volver y estar vivo”.

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 De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos

Funciones: Jueves 21 hs. en Beckett Teatro: Guardia Vieja 3556, CABA.

Para adquirir localidades visite ⇒  www.alternativateatral.com

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