[REVIEW] Fue la mano de Dios: Paolo Sorrentino en su fuero íntimo

La obra más emotiva de Sorrentino llegó a Netflix para desestabilizar el contenido de la plataforma, con una película profunda que podría llamarse obra maestra. Desde su Nápoles natal al mundo.

Por @Gimei18

Fue la mano de Dios, presentada en el 78º Festival Internacional de Cine de Venecia, es el regreso del director napolitano Paolo Sorrentino después del film Loro (2018) y las series The Young Pope (2016) y The New Pope (2020). Así, vuelve a su ciudad natal y ese cine “sorrentiniano” (creemos que ya es momento de utilizar el adjetivo) lleno de nostalgia y lejos de las fiestas descontroladas que suponen sus antecedentes cinematográficos recientes.

Esta vez se trata de un retrato sumamente autobiográfico, situado en su juventud. Con extraordinaria música y fotografía, Fue la mano de Dios es de obligado visionado dentro de lo que hay en el catálogo de las plataformas de streaming, acercándonos a una melancolía a la que no estamos acostumbrados a consumir desde casa. La familia italiana, el fanatismo por Maradona, lo grotesco, la pasión por la felicidad y el dolor. Todo en un explosivo cóctel de recuerdos y realismo mágico. El álter ego del director en el personaje de Fabietto (Filippo Scotti). Esto es È stata la mano di Dio (su título original).

En sus 130 minutos de metraje, hay episodios delimitados que muestran los recuerdos del director en la década del 80. Así, a partir de Diego Armando Maradona y su llegada a Nápoles, se construye una autobiografía rara, sí, pero maravillosa, donde los límites entre la realidad y la fantasía se combinan.

La trama es quizás difícil de retratar en un texto cuando la complejidad de la narrativa y la fuerza visual son lo primordial. Narra la historia del joven Fabietto Schisa que, en la década de 1980, está descubriendo el mundo a partir de las aventuras propias de un adolescente. Todo es monótono y tranquilo hasta que una serie de hechos cambian todo: la llegada de D10S al Napoli y un terrible accidente. El destino, la alegría y la tragedia se entrelazan para crear el nuevo presente y futuro de Fabietto.

La superstición se encuentra presente durante toda la historia, desde las creencias de la tía Patrizia hasta el milagro del gol de Maradona. Todo tiene una conexión mística muy fuerte. Como se mencionó antes, podemos volver a hablar del cine “sorrentiniano”, ese nostálgico con toques religiosos que cala bien hondo.

La película es fascinante de comienzo a fin. Con sus simbolismos, es un poético retrato del mismo director, que se aleja de la realidad en muchos casos para dar lugar a lo onírico. Cada fotograma transmite un sinfín de sensaciones, lo que supone un exhaustivo trabajo de Paolo Sorrentino.

En fin, Fue la mano de Dios es brillante. Emotiva, grotesca, sensible, graciosa. Una obra intimista que conmueve. Esperemos que pueda llegar a la próxima entrega de los Premios Oscar. Total merecimiento, sin dudas.

PUNTAJE: 9.5/10


Título: Fue la mano de dios

Título original: È stata la mano di Dio

Año: 2021.

Duración: 130 min.

País: Italia.

Dirección: Paolo Sorrentino.

Guion: Paolo Sorrentino.

Música: Lele Marchitelli.

Fotografía: Daria D’Antonio.

Reparto: Filippo Scotti, Toni Servillo, Luisa Ranieri, Teresa Saponangelo, Marlon Joubert, Lino Musella, Renato Carpentieri, Sofya Gershevich, Enzo Decaro, Massimiliano Gallo, Elisabetta Pedrazzi, Ciro Capano y Biagio Manna.

Producción: The Apartment, Netflix.

Distribuidora: Netflix.

En los años ochenta, Fabietto Schisa es un napolitano de diecisiete años cuya vida cambia por dos hechos: la llegada de Maradona a Nápoles primero y un grave accidente que interrumpe después la felicidad familiar.

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