Recorrimos el catálogo de Netflix y les brindamos un listado de las mejores series coreanas del género de terror que pueden encontrar allí.

Por @mauvais1 y @Nicolas_S91

Terror, un género confiable a la hora de elegir qué ver, pero a la vez irregular. Hay para todos los gustos, muchos incluso pasando por el lado del placer culposo y obviando casi sin esfuerzo sus falencias para pasar un buen rato frente a la pantalla. Sin embargo, en los tiempos que corren y dejando un poco relegada la oleada de J-Horror que cada tanto se asoma para hacer su regreso, son las producciones coreanas las que demuestran estar a la altura de las circunstancias para brindarnos productos de calidad que, al igual que lo hacen con otros géneros como los thrillers y la fantasía, poco (y en ocasiones nada) tienen que envidiarle a las producciones de Hollywood.

Para este breve listado que les ofrecemos a continuación, hemos seleccionado algunas series coreanas de terror catalogadas como «Originales de Netflix» para garantizar que no van a desaparecer de su siempre cambiante catálogo y podrán ir a agregarlas a su lista para posteriormente darles play sin inconveniente alguno.

Ahora sí, comencemos a explorar las recomendaciones…

Kingdom (2019-2020)

¿DE QUÉ SE TRATA? En un reino azotado por la corrupción y la escasez, se extiende el misterioso rumor de la muerte del rey, al igual que una extraña plaga que convierte a sus víctimas en criaturas inmortales y hambrientas de carne. El príncipe heredero, preso de una conspiración, se embarca en una travesía para poner fin al malvado plan y salvar a su pueblo.

¿POR QUÉ VALE LA PENA? La historia combina rasgos dramáticos que implican a la corona, eruditos, entre otros magistrados, con tensión abrumadora consecuencia de persecuciones excitantes que involucran a los monstruos, con traiciones y confabulaciones por doquier. En este sentido, hay también varias costumbres culturales que son utilizadas de forma sabia y entretenida para el desarrollo de la trama: Desde tradiciones de cómo tratar a los cadáveres, además de la clara distinción entre los niveles sociales.
La fotografía excelsa ayuda a admirar los paisajes, tanto bellos como brutales, de esta Corea de antaño. Como también eldiseño de producciónde gran magnitud, que valió millones de dólares por cada capítulo y merece ser apreciado en una buena pantalla.
Con una trama tanto seria como sangrienta, cada capítulo te magnetiza para que sigas viendo. Con momentos emocionantes y atractivas batallas, y con la noche como compañía, la cual lo hace más épico. Lo tradicional y lo inhumano está perfectamente combinado y demostrado en la poco menos de 1 hora que dura cada capítulo de esta gran serie, la cual también cuenta con un más que recomendable episodio especial que amplía los horizontes de la historia y se titula Kingdom: Ashin del Norte (2021).

Dulce Hogar (2020-)

¿DE QUÉ SE TRATA? Un solitario adolescente se muda a un nuevo departamento donde los sucesos extraños y espeluznantes están siempre al acecho. Ahora sin su familia, Cha Hyun‑su luchará por sobrevivir en un mundo lleno de vertiginosos cambios y al borde del colapso.

¿POR QUÉ VALE LA PENA? Una vez más el género como catalizador de las miserias humanas. Un experimento recurrente en la televisión coreana (nos referimos a la del sur) donde un grupo de miserables y héroes de cotillón enfrentan limites insospechados a su propia humanidad. En este caso el infierno desatado en las calles por esas oscuridades hechas carne de deformes monstruos. Es una conversación sobre los anhelos desvirtuados, sobre los improbables que a lo largo de los episodios se vuelve algo confuso e inverosímil, aún dentro de las leyes de la misma ficción. De todas maneras la acción es trepidante, con personajes bien delineados.

No da respiro, es imaginativa y sobre todo de ritmo constante, donde los espacios para desarrollo de personajes son lo más interesante, aunque poco explotado. Con una segunda y una tercera temporada en marcha, es posible que se pueda empatizar un poco más con ellos y presentirlos menos que personajes de un videojuego derrotando un Boss. De todas maneras, se trata de una de las mejores producciones de Corea del Sur del género que ha estrenado Netflix.

Rumbo al Infierno (2021-)

¿DE QUÉ SE TRATA? Seres de otro mundo aparecen de pronto y dan un aviso que condena a la gente al averno. Los eventos sobrenaturales provocan un gran caos y son el impulso perfecto para que el grupo religioso La Nueva Verdad gane más adeptos. Sin embargo, algunas personas sospechan de las actividades de la organización y comienzan a investigar hasta qué punto está involucrada en sucesos misteriosos.

¿POR QUÉ VALE LA PENA? Es un cuento moral de cinismo y hasta socarrón análisis de la imperfección humana, cuya brutalidad e ignorancia no es para todos los estómagos, que transa con el espectáculo fantástico de manera equilibrada y, cuando vuelve las tornas a partir del episodio tres, la narrativa toma impulso, se estandariza la acción. Se activa una carrera contra reloj que no desentona y provoca la adicción.
Es muy común en la filmografía coreana la exploración de los vínculos, las desdichas de los mismos, la construcción de personajes que rozan la parodia del patetismo. El mundo que plantea esta serie dirigida por Yeon Sang-ho (Train To Busan) es una suerte de carnaval del patetismo, un aquelarre de miserias que se amontonan sobre los cuerpos de los justos, retratados aquí como la mente inquisitoria y empática
Destruyen para luego reconstruir de la peor manera, la destrucción total del héroe arquetípico, y aventura al espectador en historias de atrevidas e irreflexivas criaturas que sobreviven el, a veces, sinsentido de la vida.

Estamos Muertos (2022-)

¿DE QUÉ SE TRATA? Un grupo de estudiantes inesperadamente se encuentra atrapado en las instalaciones de su colegio cuando surge un brote de un virus zombie. Mientras el virus se propaga rápidamente por todo el mundo y dentro de su propia escuela, los estudiantes harán todo lo posible por impedir ser infectados y huir de la terrible situación a toda costa.

¿POR QUÉ VALE LA PENA? Esta serie puede aumentar la adrenalina cuando la acción comienza a crecer, a pesar de estar calma y silenciosa en muchas otras escenas. Los escenarios de acción vertiginosa generalmente involucran a civiles que huyen de los zombies, pero una vez que los personajes contraatacan, el público puede ver una cantidad sorprendente de golpes, palazos y hasta flechazos. Estamos Muertos mezcla momentos tranquilos y tristes; intriga política y militar tensa; humor y acción desgarradora.
Otra de sus fortalezas es la de no contar con un único protagonista. Aquí se trata de un grupo tratando de sobrevivir, con cada integrante siendo dotado de un trasfondo distinto que se explora con el correr de los episodios y cediéndose el rol central según la situación lo amerite. Lo más destacable es cómo todos, a su manera, nos generan algo. Lo peor que podría pasar es la indiferencia, y aquí todos y cada uno de los personajes nos producen amor u odio, queriendo verlos sobrevivir o perecer, indignándonos y a la vez entendiéndolos en cada una de sus acciones. Este no es un grupo de extraños, son personas que compartieron muchos momentos juntos a lo largo de años, y tener que decidir sobre qué hacer cuando uno de ellos es mordido y se va a convertir en un monstruo… es algo terrible que forma parte de muchas producciones similares, y esta no es la excepción.