Una cría siniestra llega volando desde Finlandia para demostrar que la postal de la familia feliz no es más que un cuento de hadas.
Desde Finlandia llega una producción de terror psicológico con la clásica postal escandinava de la familia perfecta. Eso sí, con alguna vuelta de tuerca.
Tinja, una obediente niña de 12 años, cumple el mandato de una madre sobreprotectora; con un padre totalmente maleable y un hermano poco afable, el drama familiar va evolucionando (o involucionando) poco a poco hasta sumergirse en el terror.
La trama cobra sustancia cuando la niña decide criar un huevo que encuentra en el bosque, justo a las afueras de una casita de ensueño. Como gancho, no sabemos que hay dentro de él (y mejor así) pero sirve como una gran alegoría de lo que está por venir.
Ya desde el inicio, Pahanhautoja (título original finés), demuestra que no es una de terror al uso. Más de una vez logra escapar al escenario común, al susto fácil o al jumpscare (que los tiene pero no se vale de eso). De hecho Hatching, título otorgado en todo el mundo, hace mención de una incubación, no sabemos por qué ni sabemos de qué. He aquí el dilema.
Con escenificaciones propias de la quietud nórdica, el conflicto per sé se desliza encima de una niña herida que tiene el peso del mundo sobre sus hombros: con problemas de columna, de alimentación y de socialización con sus pares. Tinja (interpretada por Siiri Solalinna) es un personaje que interesa y personifica la fragilidad e inocencia, logrando así empatía e identificación.
La sobre exigencia de una mujer que da muestras de haber fracasado en algún momento de su vida y que quiere vivir a través de su hija, allí se encuentra una madre (Sophia Heikkilä) con altas expectativas puestas sobre su niña. El fin justifica los medios, cualquiera que se interponga en el camino no será más que un escollo. Una exigencia deportiva materna equiparable al extremismo religioso de la madre de Carrie (Brian de Palma, 1976).
Es inevitable recordar otros films de renombre del subgénero del terror psicológico, la más presente podría ser Goodnight mommy (Fiala y Franz, 2014). Al ser un género propicio para lo sugerente, se crea el ambiente perfecto para el desconcierto: muecas, paredes hermosas, silencios y naturaleza mórbida, todo se mezcla para orquestar algo dulcemente macabro. Con algo del estilo de Jordan Peele o la reciente Smile (Parker Finn, 2022).
El huevo como metáfora funciona, no tanto como una animal movie de los 90, sino más bien a lo coming of age. La niña crece a la par que su, digamos, «retoño». La adolescencia como un tiempo difícil de vivir, crecer duele, alimentarse duele, encajar duele. Se toca el terreno fantástico sin caer en lo fantasmagórico ni el surrealismo y el terror viene ya designado desde la propia sangre.
El corolario de la familia perfecta propuesto desde el sueño americano (ahora actualizado al finés) yace en un blog pedorro y de poca monta propulsado por una madre que se preocupa más por el «que dirán». La idea de familia está bastardeada desde el mismo momento en que la madre retuerce el pescuezo de un pobre cuervo que termina en la basura después de entrar por la ventana y romper accidentalmente algunos objetos de la casa. Tinja no está cómoda, el espectador tampoco.
Funciona como película de terror, como drama familiar y como coming of age. Sin fuegos artificiales ni excesos sanguinolentos. Esta Cría Siniestra provee suficiente caldo de cultivo oscuro para dosificar algunas pesadillas. Terror psicológico atractivo, de ejecución y planteamiento sencillo con alguna licencia para abordar terrenos poco explorados.
PUNTAJE: 7/10
Título: Cría Siniestra (Pahanhautojaaka – 2022)
Dirección: Hanna Bergholm
Guion: Ilja Rautsi. Historia: Hanna Bergholm
Reparto: Siiri Solalinna, Sophia Heikkilä, Jani Volanen, Reino Nordin, Oiva Ollila, Saija Lentonen, Stella Leppikorpi, Ida Määttänen, Hertta Karen, Miroslava Agejeva
Tinja es una joven gimnasta que intenta desesperadamente complacer a su madre. Esta es una mujer obsesionada con mostrar ante el mundo, a través de sus redes sociales, la imagen de una vida familiar perfecta. Una noche, Tinja encontrará un extraño huevo. En lugar de deshacerse de él, lo esconde y mantiene caliente, porque percibe vida dentro de él. Pero ni ella misma podría haber imaginado nunca lo que saldría del cascarón…
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